La harina que purifica

Seamos la harina no solo que alimenta, sino la que también purifica:

Las aguas que se necesitan primero, que vemos en 2 Reyes 2:19-22:

"Luego los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí el lugar de esta ciudad es bueno, como ve mi señor, pero las aguas son malas y la tierra es estéril. Entonces él dijo: Traedme una vasija nueva y poned allí sal. Y se la trajeron. Y salió al manantial, y echando allí la sal, dijo: Así dice YHVH: Yo he saneado estas aguas, no habrá por ellas más muerte ni esterilidad."

Debemos presentarnos como Hijos, como la sal que purifica la tierra y las aguas de las naciones. Poder vivir así Palabras como Isaías 58:11-12.

Pero no olvidar la advertencia de Mateo 5:13, que podemos volvernos insípidos, y echados a tierra llegar a ser pisoteados por los hombres.

¿Cómo transformaremos entonces las aguas de mortandad en la tierra y las naciones, en aguas de vida?

El Señor es también pan y vino, que desde Abraham nos dio, pan y vino, su carne y su sangre.

De la harina hacemos el pan. Pero en el proceso de trigo a harina, el trigo es presionado.

Presionar en griego es "thlipsis", que vemos traducida en las Escrituras como tribulación o aflicción según el versículo.

Pero tenemos la promesa de Juan 16:33:

"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis aflicción, pero confiad, Yo he vencido al mundo. "

Es un proceso que tenemos que vivir, de ser presionados, de ser thlipsis. Pero también, no confundamos estas aflicciones que tendremos en esta tierra, con aquellos problemas que nosotros mismos nos hemos buscado, por nuestra irresponsabilidad de no permanecer y no obedecer al Padre y al Hijo.

Permaneciendo en Él, la tribulación la pasaremos en victoria, Romanos 5:3-5:

"Y no sólo eso; sino que hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce constancia, y la paciencia, carácter aprobado, y el carácter aprobado, esperanza, y la esperanza no será avergonzada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado."

El thlipsis produce un proceso de madurez. Es el ser probados por su fuego como vimos ya en la Columna 2, donde el material de Dios no se quema; y al escoger correctamente, somos acrisolados, purificados cada vez más.

La pregunta que debemos hacernos, y discernir con el Señor y el Cuerpo de Cristo, es si este thlipsis no vino por algo que he hecho fuera de Cristo, ya que allí es otro el asunto.

La tribulación, la aflicción, con gozo la podemos vivir si estamos en Él, 2 Corintios 7:4:

"Tengo mucha franqueza con vosotros; tengo mucho motivo de gloria acerca de vosotros; estoy lleno de consolación, sobreabundo de gozo en toda nuestra aflicción."

Aún si el thlipsis es de alguien en concreto, no olvidar amar aún al enemigo orando incluso por él, que el juicio es del Señor, y nos dará la victoria en el proceso, 2 Tesalonicenses 1:6-8:

"Ya que es justo delante de Dios retribuir con tribulación a los que os atribulan; y a vosotros, que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocen a Dios, ni obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús."

Nuevamente, discernir si la aflicción es porque te has salido del camino del Señor, es importante, vital. Muchos sufren por sufrir años, y hasta décadas, y este no es el diseño, como nos dice Pedro en 1 Pedro 5:10:

"Y el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en el Mesías, después que padezcáis un poco de tiempo, Él mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá, establecerá."

Sufrir, un poco de tiempo, y a la gloria eterna que nos llamó es en Cristo, no fuera de Él; todo pámpano separado de Cristo no lleva fruto., Juan 15:4:

"Permaneced en mí, y Yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí."

Si llevas ya mucho tiempo, y aun no avanzas en el Reino de Dios, como seguir en la leche, es señal de algo que no está bien. Vuelve a ver los principios de las Columnas 1 y 2 si te sientes así, y no desanimes.

Tanto el trigo, como las uvas, deben ser presionadas, para hacer pan y vino. Para ser carne y sangre del Señor, para dar a otros, para ser su Cuerpo en el mundo viviendo Juan 17:21 tendremos muchos thlipsis, pero salimos con victoria y vivimos el proceso con gozo.

Como vimos con 1 Pedro 5:10, el perfeccionamiento, el acrisolado, tras vivir una tribulación, salimos fortalecidos, sin heridas permanentes, en victoria; 2 Corintios 4:17-18:

"Porque esta leve tribulación momentánea, produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no poniendo nuestra mira en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas."

Vemos el mismo principio de 1 Pedro 5:10, " padezcáis un poco de tiempo", aquí, "leve tribulación momentánea"; el thlipsis, permaneciendo en Dios y obedeciéndolo, es por un poco de tiempo. No olvidemos, no ser un pámpano separado, que allí las malas situaciones durarán mucho, y no serán por procesos que el Señor te esté guiando, porque uno se ha separado de la vid, del Señor. Y sí, el Señor es misericordioso, pero de situaciones así quedarán muy probablemente heridas permanentes.

Todos quieren comer del Señor, de la resurrección, de su carne y su sangre. Y se siente bien ser parte de la cosecha, llegar al Cuerpo de Cristo. Pero no todos quieren vivir el proceso de thlipsis. Mucho de ello, es porque aún en parte confían del viejo hombre, del polvo. Y todos tenemos áreas en las que necesitamos morir aún, pero el problema es cuando nos estancamos en el proceso.

Es como un hijo que se envía a la universidad. Ve a los universitarios. Habrá un grupo que sufre mucho, porque no ha sido responsable, y avanzando en los semestres, como no tuvo una buena mayordomía en sus estudios, reprueba una y otra vez los ramos; se deprime, y hasta abandona la carrera, y se pone a trabajar en cualquier cosas. Y ni hablar de cómo llega a la vejez; arrastra luego décadas en su vida de mal pasar laboral y poca estabilidad económica, todo por unos semestres en que no se dedicó sabiamente a lo que tenía que hacer.

No así el hijo que entiende la importancia que su padre lo envíe a la universidad; podrá cometer errores, pero no se desvía, y sufre un poco de tiempo, pero luego la victoria de terminar la carrera, lo sufrido no se compara a la gloria venidera, y todo lo que podrá seguir desarrollándose más adelante en su vida laboral profesional. Y no le quedan heridas permanentes ni menos traumas del proceso.

Seamos ese pan y ese vino que necesita el mundo. Vivamos el proceso de thlipsis que pueda haber delante nuestro, incluso las que vivimos todos a nivel global, como una crisis económica, pandemia de un virus, o una guerra mundial. Que del proceso, saldremos más purificados y fortalecidos en Cristo Jesús, y el Padre nos dirá con una sonrisa: ¡Este es mi Hijo!