Un solo Israel

Vimos que toda profecía del antiguo testamento sobre la obra de Cristo fue cumplida, en Lucas 18:31 y Lucas 24:44, y que para los de la descendencia de Abraham que no llegan a Cristo, está este diseño de los 144 mil a ser guardados.

¿Pero hay dos Israel hoy? O cómo sería esto, es una muy buena pregunta. Ya que pueden venir confusiones e interpretaciones que nos vienen a sacar autoridad de la obra que tenemos que hacer como Iglesia hoy.

He escuchado en ocasiones, que Israel, como país de estado político, es "el reloj de las naciones", que marca los tiempos, en cuanto lo que ocurra allí para el resto del mundo. No digo que lo que suceda en el Israel geográfico no sea importante, pero a quienes se les dio las llaves de la Iglesia, para atar y desatar en el cielo como en la tierra, y las puertas del Hades no prevalezcan, es a la Iglesia.

¿Uno o dos pueblos? ¿Cómo sería entonces?

A mi me era muy confuso, pero las Escrituras traen un orden. Vemos en el antiguo testamento, que se había profetizado que Cristo uniría a todo su pueblo en uno solo; Ezequiel 37:21-22:

"Y les dirás: Así dice Adonay YHVH: He aquí, Yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones adonde fueron, y los reco­geré de todas partes, y los traeré a su propia tierra. Y haré de ellos una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey, y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos."

Esta es una profecía, que Jesús nos dice que ya fue cumplida, como ya cumplió todas las profecías de su obra que están en el antiguo pacto. Vamos por parte con este pasaje:

  • Contexto: Este pasaje es en los tiempos cuando el pueblo de Israel, las tribus ya se habían dividido, y estaban por todas las naciones.
  • Una nación en la tierra: Somos un solo Cuerpo de Cristo.
  • En los montes de Israel: Si pensaste en un mapa geográfico de la tierra, estás viendo la profecía con un pensamiento griego. Ni aunque juntaras toda la población judía actual, cabrían estrictamente en los montes de Israel. Las profecías se hablan en lo eterno. Hay un solo monte de Dios, el monte Sion, y nos hemos acercado a ese monte, como también ya estamos en la Jerusalén celestial como vemos en Hebreos 12:22; este pasaje de Hebreos, justamente hace el contraste en los versículos anteriores al 22, con el monte terrenal del Sinaí, y con este el monte celestial de Dios Sion.
  • Nos traerá a nuestra propia tierra: Sí, sí, ese iba antes, pero era importante ver antes el contraste de a qué monte nos acercamos hoy, y que no es uno terrenal. No que tampoco nos quedemos solo en lo celestial. Recordemos Apocalipsis 5:10 que vimos; somos ya un reino de sacerdotes, pero falta el "reinarán sobre la tierra", porque aún debemos terminar el Ministerio de reconciliar todas las cosas, así en los cielos como en la tierra.
  • Un solo Rey: Este es Cristo, no hay otro. Recordemos también, cuando Jesús dice, que en tres días levantaría el templo, Jesús ya lo hizo; Cristo vence a la muerte, y tras tres días el Hijo sube a los cielos glorificado, y en su resurrección somos nueva criatura y somos templo del Dios vivo, no lo olvidemos.

Y es que Dios no tiene dos pueblos. Veamos Hebreos 2:16:

"Porque ciertamente no viene en ayuda de los ángeles, sino que viene en ayuda de la descendencia de Abraham."

Ya somos de la generación de Abraham, somos parte de Israel. Aquí la palabra descendencia en griego es "sperma", que significa semilla, a como se traduce descendencia en el antiguo testamento del hebreo "serah" que también significa semilla.

Somos hechos un solo pueblo, Efesios 2:11-14:

"Por tanto, acordaos de que anteriormente vosotros, los gentiles en la carne (los llamados incircuncisión por la llamada circuncisión, hecha por manos en la carne), en aquel tiempo estabais sin el Mesías, apartados de la ciudadanía de Israel, y extraños a los pactos de la promesa, no teniendo esperanza, y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Jesús el Mesías, vosotros, que en un tiempo estabais lejos, fuisteis hechos cercanos por la sangre del Mesías. Porque Él es nuestra paz, que de ambos hizo uno, y derribó la pared intermedia de separación, es decir, la enemistad;"

Ya tenemos la ciudadanía del pueblo de Dios, Filipenses 3:20:

"Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde aguardamos ardientemente al Salvador, al Señor Jesús, el Mesías."

No hay un "Israel natural" y otro "Israel espiritual". Todo lo que es espiritual es natural, no caer en esta bipolaridad. Así como yo soy uno con mi espíritu, alma y cuerpo, nadie dice, "hoy quiero hablar con el alma de Juanito, mañana quiero hablar con su cuerpo, y la otra semana con su espíritu".

Somos de una sola ciudadanía, del pueblo de Dios, como Pablo también dice en Gálatas 3:28-29:

"No hay judío ni griego, no hay siervo ni libre, no hay varón ni hembra: porque todos vosotros sois uno solo en Jesús el Mesías. Y si vosotros sois del Mesías, entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa."

Una sola descendencia somos, un solo pueblo.