Somos llamados a gobernar hoy
Desde un comienzo, todo el pueblo de Dios llamado a ser un reino de sacerdotes, Éxodo 19:6:
"Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas son las palabras que hablarás a los hijos de Israel."
Recordemos que Dios siempre quiso hablar directamente con su pueblo, por esto en Deuteronomio 28:1, comienza, "Y sucederá que si oyes atentamente la voz de YHVH tu Dios para..."
Comienza con el oír. No dijo algo como "si oyeras al profeta que yo te envío hoy, para...".
Es lo que Moisés habla, que todo el pueblo debiera comunicarse con Dios, como vemos en Números 11:24-35:
"Pero Moisés le dijo: ¿Tienes celos por causa mía? ¡Quien diera que todo el pueblo de YHVH fuera profeta, y que YHVH pusiera su Espíritu sobre ellos!"
Pero vemos que la sola ley no restaura al hombre. El pueblo de Dios, pese a todo lo que se manifestó el Señor, como las plagas y la columna de fuego, hasta salir de Egipto al desierto, el pueblo seguía pecando, tenía incredulidad, y murmuraban mucho contra Moisés y Dios. Más adelante, el pueblo de Dios aún con el diseño del tabernáculo, no pudieron ver al Señor como Rey, aún cuando el diseño de plano de las 12 tribus, eran estas con el tabernáculo en medio de ellas, y pidieron ser como las otras naciones con un rey hombre. Y a la larga vemos cómo fue cayendo Israel en tinieblas con sus reyes. De esto último, veo que en gran medida fue porque no desarrollaron una relación de oír a Dios, pese a que ya estaba en la ley la superioridad de oírlo antes que nada, y querían algo más cercano, más palpable, y pidieron un rey hombre.
Y es que, si no escuchamos a Dios antes que cualquier cosa para obedecerlo, como vimos en la misma ley en Deuteronomios 28:1, no podremos vivir el reino de sacerdotes de Éxodo 19:6, porque seguir en sus caminos es lo que nos habla los versículos 4 y 5 anteriores de Éxodo 19:
"Vosotros mismos visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os levanté sobre alas de águilas y os he traído a mí. Ahora pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi pacto, entonces vosotros seréis objeto de mi predilección entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra."
Dos principios para ser un reino de sacerdotes que vemos aquí:
Versículo 4: Vivir la manifestación de Dios en nuestras vidas. No convertirse por creer "intelectualmente" por ejemplo. Debo vivir el Reino en mi vida. No ver el fuego descender, lo que ocurría en el antiguo testamento, pero sí vivir aquella revelación que no es por carne ni sangre de Mateo 16:17.
Versículo 5: De verdad escuchar su voz, y guardar su pacto. Ya que si de verdad no lo escucho, guardaré su pacto, como las Escrituras, a mi propia manera, con mi propia interpretación muchas veces, con mi propia vara de justicia, y no con lo que el Padre nos quiere llevar en mayores alturas de madurez para que tengamos mayores alturas de su justicia y autoridad.
Vemos en Éxodo 19 que el plan era que toda la nación Israel fueran un reino de sacerdotes. Luego vemos que este diseño no se cumple, y entra en escena el sacerdocio de Leví con solo una tribu siendo sacerdotes. Ahora leamos Apocalipsis 5:10, considerando el título de Cristo de Melquisedec, que es sacerdote como también Rey, en contraste con el diseño del antiguo pacto que llegaron a vivir, que el sacerdocio de Leví no tenía autoridad de rey:
"¡Y los has hecho para nuestro Dios, un reino de sacerdotes, Y reinarán sobre la tierra!"
Esto es antes de la gran tribulación, antes de Apocalipsis 7 donde vemos a los Santos y sus vestiduras blancas saliendo de la gran tribulación.
Este pasaje habla del estado de la Iglesia hoy:
Ya somos reyes y sacerdotes, "has hecho" en tiempo verbal presente, pero aún no reinamos sobre la tierra, "reinarán" en tiempo verbal futuro; por como ya hemos visto, debemos terminar el Ministerio de reconciliar todas las cosas, así en el cielo como en la tierra, y tras ello reinaremos con Dios sobre toda la tierra.
Tengamos claro, revelado, la verdadero diseño de lo que es ser un reino de sacerdotes, que es la Iglesia aquí en la tierra, con lo visto que el Reino de Dios está aquí sí está la Iglesia; porque es lamentable cuando uno ve en una serie o película, cuando un rey es derrotado y pierde su reino, no tiene nada que hacer con un título sin capacidad territorial.
No dejemos que el diablo nos siga sedando con mentiras, y tomemos la autoridad que el Padre nos ha dado, para que verdaderamente escuchando su voz, hagamos su obra aquí en la tierra.