¿Habrá un gobierno del diablo sobre todos, y vencerá hasta a los Santos?

Pregunta que su respuesta ya comenzamos a ver en el punto anterior y en la Columna 9, y que vamos a seguir profundizando en otros puntos. Veamos Apocalipsis 13:7 que nos habla de lo que hace la bestia:

"Y se le concedió hacer guerra contra los santos y vencerlos. También le fue dada autoridad sobre toda tribu, y pueblo, y lengua y nación."

Si bien en un momento el enemigo podrá vencer a los santos, será un momento, o no veríamos la victoria sobre Babilonia y la bestia que vimos en Apocalipsis 14 y 15; sobre todo versículos como el 2 del capítulo 15 no podrían cumplirse. Y vemos también que quienes adoren su gobierno se va a limitar a quienes no están inscritos en el libro de la vida del Cordero, como vemos en los siguientes versículos, Apocalipsis 13:8-9:

"Y la adorarán todos los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado. Si alguno tiene oído, oiga."

Entonces, es mentira, que cuando venga este gobierno de tinieblas, todos se le postran. La Iglesia no caerá. Y la Iglesia estará allí.

Pero van a ocurrir cosas que serán duras, como vemos en Apocalipsis 13:10:

"Si alguno ha de ser llevado a cautividad, a cautividad será llevado; si alguno ha de ser muerto a espada, a espada será muerto. Aquí está la perseverancia y la fe de los santos."

Algunos llevados a cautividad, y otros a muerte, pero aquí está la perseverancia de la fe de los santos. Pero recuerden la perseverancia, la de Apocalipsis 14:12 que vimos, que la victoria estará, no nos dejemos engañar.

Es interesante también en versículos siguientes, en Apocalipsis 13:16-17 que nos habla:

"Y hace que a todos, a pequeños y grandes, a ricos y pobres, a libres y esclavos, les pongan una marca en su mano derecha o en su frente, y que ninguno pueda comprar o vender, sino el que tiene la marca: el nombre de la bestia o el número de su nombre."

Pero en lo personal, no veo que esto se aplique a la Iglesia que persevera hasta el final. Veamos la distinción en Apocalipsis, cuando hay sucesos que ocurren para toda la humanidad, y en los cuales la Iglesia no cae y vence. Como vimos en Apocalipsis 15:2, vencemos a la bestia, su imagen y el número de su nombre. O como vimos también que los que están en el libro de la vida del Cordero no adorarán a la bestia.

Recordemos quienes somos en Cristo, Gálatas 3:28:

"No hay judío ni griego, no hay siervo ni libre, no hay varón ni hembra: porque todos vosotros sois uno solo en Jesús el Mesías."

Somos uno todos en Cristo. Y versículo 29 de Gálatas 3 es aún mayor, nos conecta al linaje de Cristo, a la Palabra de su Promesa:

"Y si vosotros sois del Mesías, entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa."

La Palabra del Rey es eterna. No hay dominio ni principado que pueda con nosotros, ni el gobierno de tinieblas en los últimos días.

Por esto Jesús dice que estamos en este mundo, pero no somos de este mundo. Y como vimos de Juan 17, junto a la importancia de ser uno en el Hijo y en el Padre, "no son del mundo, como Yo no soy del mundo", que vemos en el versículo 16.

Ya no somos de este mundo, pero no olvidar que somos la sal que necesita la tierra, la luz que necesita este mundo.

Pero vemos que no todos retienen el testimonio de Jesucristo, los que son Hermanos que dice el Ángel a Juan en Apocalipsis 19:10-11. Y es que vemos que en lo que cayó el pueblo de Dios en el antiguo testamento, sigue ocurriendo, y es lo que vemos en Jeremías 2:13:

"Porque dos males ha hecho mi pueblo: Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, Y cavaron para sí cisternas, Cisternas rotas que no retienen el agua."

Estos son los que no retienen el testimonio de Jesucristo. Aún teniendo Ministerios, dones espirituales y más como hacer milagros y sacar demonios, "no todo el que me dice Señor, Señor, entrará al Reino de los Cielos", como dice el Cristo, y sobre todo el principio de leche para todo Hijo de Dios: "Nada hace el Hijo si no es lo que ve al Padre hacer."

Seamos fieles y verdaderos, como Él ha sido eternamente fiel y verdadero con toda la humanidad.