El Reino de Dios ya está aquí
Es algo que veo se declara mucho: Que venga el Reino.
Incluso muchas alabanzas hablan de, "que venga tu Espíritu hoy...", y similares. Como si el Espíritu Santo no vino ya a la Iglesia en Hechos 2.
Pero volvamos a en cuanto al Reino de Dios. ¿Vendrá o ya está aquí? Veamos Mateo 4:17:
"Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado"
Situémonos en el momento de este versículo: Jesús ya había vuelto del desierto, victorioso venciendo en las tres tentaciones del diablo, y antes había sido bautizado. Luego de esto, comienza a predicar, "arrepiéntanse porque el Reino de Dios se ha acercado".
En el mismo versículo, vemos también la palabra arrepentirse, que en griego es "metanoia", que significa cambio de mente, cambiar la manera de pensar, con su profundidad de significado que vimos en la Columna 7.
El fundamento de este pasaje, la verdad absoluta, es que el Reino de Dios ya vino. Jesús dijo que el Reino se ha acercado. Lo dijo hace más de 2.000 años. No dice "se va a acercar". ¿Cuando Cristo resucita, se lleva el Reino de los Cielos? Solo leyendo el texto anterior, vemos que el Reino de los cielos ya se acercó. Y en ninguna parte dice que Jesús se lo llevó. Cuando Jesús dice, mi Reino no es de este mundo, en el contexto es porque lo querían hacer Rey en el Israel de la época. Sí, tras resucitar Jesús habla del Reino por 40 días a sus discípulos, pero ya fue un hecho que su Reino ya se acercó.
¿Dónde está el Reino entonces? Cristo es el Reino. Y siendo uno en el Hijo y el Padre, somos el Reino aquí en la tierra. El Reino está aquí, Lucas 17:21:
"Ni dirán: ¡Helo aquí! o: ¡Allí! Porque he aquí el reino de Dios está en medio de vosotros."
Por esto debemos ponerlo como una verdad absoluta, ya que si el Reino no está aquí, nada tenemos de que hablar del Reino. Jesús habla muchísimas veces del Reino. El tema central de la enseñanza de Jesús fue el Reino, Él lo acercó. Es el tema principal de Pablo también.
El mismo versículo que vimos, de que Cristo nos confió el Ministerio de la reconciliación de todas las cosas, 2 Corintios 5:18-20, el versículo 20 nos habla de que somos embajadores:
"Así que, somos embajadores en nombre del Mesías, como si Dios rogara por medio de nosotros: ¡Rogamos en nombre del Mesías, reconciliaos con Dios!"
Aquí embajador en griego es "presbeu", que significa también representante.
El tiempo verbal es muy importante. Veamos de ello en Hebreos 9:11:
"Pero habiendo venido el Mesías, Sumo Sacerdote de los bienes llegados, por medio de un mayor y perfecto tabernáculo, no hecho por manos, es a saber, no de esta creación."
En la Biblia textual no es "bienes venideros" que se ve en otras traducciones; se traduce en tiempo verbal presente, como "bienes llegados". El Reino ya vino y está entre nosotros. Un milagro no es el Reino, es una manifestación de este. El Reino está dentro de nosotros si Cristo vive en uno. El Reino ya está aquí si está su Iglesia.
Nuevamente, Cristo nunca dijo que se llevaba el Reino. Ya Dios nos ha dado el Reino, Lucas 12:32:
"No temáis manada pequeña, porque vuestro Padre se complació en daros el reino."
No dice, "y nos dará el reino cuando...". Está en tiempo verbal pasado, ya nos dio el Reino.
Al Padre le ha complacido entregarnos el Reino, ¡qué tremendo es esto!
Otra cosa es que la Iglesia se corrompa, y no manifieste el Reino de Dios en un territorio, ya que los Hermanos no viven el Reino en sus vidas, sino pecado e iniquidad que es lo que manifiestan al hombre y a la tierra.
Vivir en el Reino viene con responsabilidad, con los principios del Padre, como los que vemos en este libro.
Vivir en el Reino es vivir en Cristo, y la glorificación de la resurrección de Cristo se puede vivir hoy. Está el viejo hombre y el nuevo hombre: 1 Corintios 15:47-49:
"El primer hombre, sacado de la tierra, es terrenal; el segundo Hombre, venido del cielo. Como el terrenal, así también los terrenales, y como el celestial, así también los celestiales. Y así como exhibimos la imagen del terrenal, exhibiremos también la imagen del celestial"
Pablo señala un contraste. En la versión Biblia textual 4, vemos que el "exhibiremos también la imagen del celestial." en el tiempo verbal literal del verbo exhibir, que aquí en griego es "phoreo", es en tiempo presente, es "vistamos también", y "phoreo" nos habla, de acuerdo al diccionario Strong, de llevar o vestir como ropa o acompañamiento constante.
Por ello esta frase del versículo 49 de 1 Corintios 15, en la versión Biblia textual 4 con el tiempo verbal literal, queda mucho mejor:
"Y así como vestimos la imagen del terrenal, vistamos también la imagen del celestial."
Y clave, el versículo 50 siguiente, que si no vestimos el celestial, no entramos al Reino de Dios:
"Pero esto digo, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción."
Esta herencia es una que se puede vivir hoy si somos Hijos de Dios, no en el futuro, como nos habla Pablo en Romanos 8:17 que vimos en la Columna 10; volvamoslo a leer:
"Y si hijos, también herederos: por una parte, herederos de Dios, y por la otra, coherederos con el Mesías, ya que juntamente padecemos para que juntamente seamos glorificados."
Ahora en la tierra, ser uno en Cristo en la tierra, pasada la etapa de salvación, es de uno la decisión con qué se va a vestir, cómo va a vivir en esta tierra, Efesios 4:22-24:
"En cuanto a la antigua manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos, renovaos en el espíritu de vuestra mente, vestidos ya del nuevo hombre, que fue creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad."
Este mensaje es de Pablo a una Iglesia, no a los no creyentes. Uno puede no perder la salvación, pero vivir toda su vida en esta tierra como el viejo hombre, de porrazo en porrazo, en vez de gloria en gloria, de victoria en victoria. Y muchos menos podrá manifestar el Reino de Dios en esta tierra. Literalmente nos dice "vestidos ya del nuevo hombre", como, no esperes más, deja el viejo hombre, ¡no pierdas más tiempo!
Entonces vean como las tinieblas han dejado la falsa promesa de que "el Reino de Dios vendrá", como que estuviéramos como exiliados, fuera del Reino de Dios aquí en la tierra, y que las naciones, todo lo que sucede aquí en la tierra, partiendo por el cambio en uno mismo, no podemos hacer nada por ello en este momento, porque "el Reino ya viene ya, aún no está aquí, pero ya viene", olvidando las tremendas promesas que el Padre nos ha dado como embajadores del Reino, como representantes del Reino, pero también viviendo el Reino para manifestarlo a los hombres y a la tierra, como de ejemplo nos ha dado Jesús como Él hizo; porque ya nos hemos acercado a la Jerusalén celestial como vimos en Hebreos 12.
El diablo quiere que sintamos que estamos como separados, que no tenemos acceso aún al Reino, y menos manifestarlo aquí en la tierra. Pero vemos todos estos principios y preciosas promesas del Padre para ser un cambio en esta tierra, comenzando en nuestras familias. Como dice Pablo, ya vístete de Cristo. Es una decisión personal. No dice "y pide a Dios que te vista"; pero como vimos también, muchos teniendo que ser ya maduros, tienen aún la necesidad de leche.