No todo lo que sucede fuera de la mano de Cristo es porque Dios lo quiera

Hemos visto bastantes principios en las Columnas anteriores, de nuestra responsabilidad como Iglesia, junto a los principios que nos ha dado el Padre para vivir. Y como vimos en la Columna 2, con Proverbios 26:2, parafraseando este pasaje: "No hay mal que no venga sin causa."

Hay una corriente que veo que no es de Dios, de que todo lo que ocurre es porque Dios quiere.

No que Dios no sea todopoderoso. Pero Dios no obliga a nadie. Y debemos diferenciar lo que está en Cristo, y lo que está fuera de Él.

Jesús no mintió, lo que está en su mano, nada pierde, Juan 10:28:

"Y Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano."

Pero veamos lo que le ocurrió a Judás. O cómo fue zarandeado Pedro por el diablo, tras antes el mismo Jesús, tras tremenda revelación que no es por carne ni sangre, Jesús mismo le dice satanás.

Veamos el Pedro alineado al Padre, Mateo 16:15-17:

"Les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente. Respondió Jesús y le dijo: Bienaventurado eres Simón bar Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos."

Pero luego Pedro piensa lo bueno según el mundo. ¿Quién quisiera que un ser muy querido muriera, cuando este anuncia que va a morir? Y vemos lo que ocurre en Mateo 16, 21 al 23; Jesús declara con mayor detalle lo que iba a padecer y su muerte, Pedro declara a Jesús, "de ningún modo te sucederá esto", y Jesús le responde de regreso, "¡Fuera de mi vista Satanas!", que era piedra de tropiezo, por pensar lo de los hombres antes que lo de Dios. Y luego vemos el zarandeo que iba a vivir Pedro, y todo lo que sufre.

¿Pedro se pudo haber ahorrado esto? ¿Jesús quería que Pedro fuera zarandeado y sufriera de esta manera?

Veamos uno de los casos más gráficos, la vida de Sansón:

Hombre escogido por Dios, con un tremendo diseño. Fue criado distinto al resto. Tenía una gran fuerza, y un objetivo para la liberación del pueblo de los Filisteos, como vemos en Jueces 13:3-5:

"Pero el ángel de YHVH se apareció a aquella mujer y le dijo: He aquí que eres estéril y no has tenido descendencia, pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora pues, no bebas vino ni licor fuerte, ni comas cosa inmunda, porque he aquí concebirás y darás a luz un hijo. No pasará navaja sobre su cabeza, porque ese niño será nazareo de Dios desde el vientre, y él comenzará a librar a Israel de mano de los filisteos."

Tremendo propósito, y promesa del Señor para la vida de Sansón. Pero él debía tener cuidado, como no romper la ley como tomar por mujer a una fuera del Pueblo de Dios; y vemos que llega hasta a acostarse con una prostituta; Jueces 16:1:

"Fue Sansón a Gaza y vio allí a una ramera, y se llegó a ella."

Luego es seducido por Dalila, quien enviada por los filisteos, en medio del lecho, busca que le diga el secreto de su fuerza para debilitarlo.

Y Sansón, en medio de un "juego de seducción" con Dalila, a la cuarta vez que se lo pide sede. Le cortan el cabello, y tiene un final horrible... Por los filisteos termina atado y le sacan los ojos. Y en un acto que veo de misericordia del Señor, Sansón se arrepiente, y recibe un último momento de fuerzas para matar a los filisteos que habían en el lugar. Pero Sansón nunca cumplió su propósito, de librar a Israel de los filisteos, más que unas muertes aquí y por allá.

¿Dios da tremendo diseño a un hombre, para que tenga tal muerte horrible?

Dios tiene tremendos diseños para cada uno, pero uno debe ser responsable qué es lo que hace con todo lo recibido del Padre. Y a mayor revelación, mayor responsabilidad.

Pedro en Mateo 16 tuvo tremenda revelación directa del Padre Dios, no por carne ni sangre. Y cuando Jesús habló de su muerte, Pedro no le consulta a Dios, se mueve por la carne, no piensa en lo de Dios y piensa en lo que los hombres.

Es esto último lo que marca la diferencia. Sansón movido por sus pasiones sexuales, fue vencido.

Muchos Hijos de Dios con tremendos diseños, en un momento, dejan de pensar las cosas de Dios, ver como Él ve una situación, una decisión, y se piensa como hombre, se confía en el viejo hombre; recordemos Jeremías 17:5-8, que profundizamos en la Columna 7 de no confundirnos con el polvo.

Así también, hay muchas cosas que ocurren en el mundo, por falta o ausencia de Iglesia. Como hemos visto, en el mundo aún deben ponerse todos sus enemigos por estrado a sus pies, debemos llevar a cabo el Ministerio de la Reconciliación de todas las cosas que vimos en profundidad en la Columna 9. Y otros principios, frente a los gobiernos, lo importante de 1 Timoteo 2:1-4, para "vivir quieta y sosegadamente, con toda piedad y dignidad."

Entonces, no todo está en Cristo, si todo aún no ha sido reconciliado con y en Él. Y aún en nuestra vida personal, si tomamos decisiones alejados de Él, nos saldremos de su mano.

Si consumes torta todos los días en cada comida, te dará diabetes, y puede que a la larga pierdas uno o más dedos, o caer en estados peores; no es que Dios quiso que tú vivieras la enfermedad y pierdas hasta miembros de tu cuerpo.

Si la Iglesia de una nación unge a un político, que tiene en su corazón iniquidad, este hará lo malo sobre la nación ahora con el manto de la Iglesia, con autoridad de ella; no es que Dios quiso que en la nación ocurriera lo malo.

Si siendo Hijo de Dios, me caso, entro en relación conyugal, porque solo me pareció atractiva mi pareja, teníamos gustos similares y ambos éramos creyentes. Pero nunca discernimos en el Espíritu Santo temas como el llamado en Cristo de cada uno, y luego el matrimonio es tensión día tras día, no es que Dios quiso esto. No digo que los que vivan esto se separen, lo hecho, hecho está, sobre todo si ya hay hijos, y en Cristo ver el mejor camino para la llevar la relación conyugal a sanidad y mayor luz, con apoyo del liderazgo de la Iglesia, el presbiterio, para guía; en parte vemos y en parte profetizamos como está escrito, y principios de la disciplina que vimos en la Columna 1.

También, como vimos en la Columna 8, por la creación sujeta en corrupción, nuestra labor de liberarla, y aún las Escrituras describen los fenómenos sísmicos a causa del pecado que inunda la tierra.

Hay muchas cosas que suceden cada día, y en el mundo, como las guerras, suicidios, violaciones, trata de blancas, catástrofes naturales como terremotos y tanto más. Pero no es porque Dios quiera.

Como vimos también en Génesis 1:1, Dios creó todo, y todo lo creó perfecto, porque Él es perfecto. Pero luego versículo 2, la tierra "llegó a estar desordenada y vacía", llegó a quebrarse la creación, por la caída de Lucero. Pero no fue Dios que hizo a Lucero para que cayera. Y así luego la siguiente caída del hombre en que la creación se corrompe más; no fue Dios que hizo al hombre para que cayera.

Debemos discernir, viendo los principios de las columnas anteriores. Como vernos dónde estamos posicionados, lo que estamos haciendo, y ver qué cosas que han sucedido en nuestra vida, han sido porque Dios así lo quería, o sucedieron porque me alejé de Cristo.

Y el título de esta columna: "No todo lo que sucede fuera de la mano de Cristo es porque Dios lo quiera", es porque no todo está en Dios hoy en día, no todos los enemigos han sido puesto aún por estrado de sus pies, la creación no ha sido liberada de corrupción a la libertad gloriosa de los Hijos de Dios; aún no terminamos el Ministerio que nos confió el Señor de la reconciliación de todas las cosas, así en el cielo como en la tierra.

A quienes están en su mano y no se han alejado, sí, todo lo que ocurre es porque Dios quiere, y todo ayuda para bien. Y veamos el versículo que habla, todo ayuda para bien, Romanos 8:28-30:

"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan para bien, a los que son llamados conforme a su propósito. Porque a los que antes escogió, también los predestinó a ser de la misma forma de la imagen de su Hijo, para que Él sea primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también declaró justos; y a los que declaró justos, a éstos también glorificó."

Todo ayuda para bien, pero si estamos viviendo el propósito; "a los que son llamados conforme a su propósito" como vemos en este pasaje. El propósito: Somos predestinados a ser de la misma forma de la imagen de su Hijo. Entonces, debemos preguntarnos:

¿Lo que estoy haciendo, es en alguna dirección que me ha mostrado el Padre, que he oído del Hijo?

Como vimos, solo los guiados por el Espíritu son Hijos de Dios, Romanos 8:14. Comienza a unir todos los principios de las Columnas de este libro. Todo debe hacerse con diseño del Hijo y el Padre.

Tendremos aflicciones dijo el Señor, pero la vida de un Hijo de Dios no es que sea un tormento, depresión, lagrimas y afan cada día; ligera es su carga y fácil su yugo.

Veamos dónde está puesta nuestra Fe, con qué Fe nos movemos, porque esto no es con esfuerzo de hombre, una guerra solo de pensamientos con mis propias fuerzas, para seguir su camino; Romanos 3:26 que hemos visto:

"Con el propósito de demostrar su justicia en el tiempo presente, a fin de que Él siga siendo justo también cuando declara justo al que es de la fe de Jesús"

No olvidar de este pasaje, en el original, el término correcto es "Fe DE Jesús". La Palabra dice que el justo por la fe vivirá. Pero son declarados justos los que son de la Fe de Jesús.

Debemos de tomar todo de Cristo: Su fuerza, su sabiduría, todo, y también de su fe para alcanzar las alturas que el Señor llama para nuestras vidas. Al Padre le agrada nuestra fe y que creamos en Él y en su Hijo. Si no tuviéramos fe propia, no podríamos haber creído en Cristo y el Padre, y entrar en la salvación. Pero ya pasando esta etapa de salvación, entrando Cristo y Dios en nosotros, y nosotros en El Hijo y el Padre, como declara el Señor en Juan capítulo 17, comenzamos a cambiar nuestra naturaleza caída por la naturaleza de Cristo para ser uno con Él. Cristo se forma en nosotros como vemos en Gálatas 4:19, y debemos tomar de la Fe de Jesús para avanzar, ya que nuestra sola fe nos limita para avanzar a nuevos niveles de madurez y vida en Cristo. Y experimentando en nuestras vidas la Fe de Jesús, nuestra propia fe madura y va creciendo, va madurando, hasta llegar a la estatura de la Fe de Jesús.

Vivir en la Fe de Jesús no se trata de caer en prácticas religiosas, en reglas moralistas, y vivir según ello. Y/o en preguntas humanistas que callan la revelación del Espíritu Santo, con preguntas tales como "qué haría Jesús en mi lugar/en esta situación", al tener que tomar una decisión. En las profundidades de Cristo y el Padre, en su Espíritu, Debemos examinarnos en la Fe de Cristo, así como Pablo nos da de ejemplo en Filipenses 3:8-9:

"Y ciertamente aun considero todas las cosas como pérdida por la superioridad del conocimiento de Jesús el Mesías, mi Señor, por el cual perdí todas las cosas, y las tengo por estiércol, para ganar al Mesías, y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia, que procede de la ley, sino la que es mediante la fe del Mesías, la justicia que procede de Dios basada en la fe."

No examinarnos con nuestra propia justicia. Y luego como vemos en los versículos 10 y 11 siguientes, lo tremendo que nos da:

"Para conocerlo a Él y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en su muerte, si en alguna manera llegara a la resurrección de entre los muertos. "

Para vivir en Cristo y vivir temas como el poder de su resurrección, primero debo ser hallado en Él, como dice el versículo 9 anterior: "y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia, que procede de la ley, sino la que es mediante la fe del Mesías, la justicia que procede de Dios basada en la fe."

Vean aquí, nuevamente posición activa que debemos de tener. No es "oraré cada mañana al Señor para ser hallado en Él, para no salirme de su mano", porque Dios no manipula, no controla. Pablo siempre corregía a los Hermanos en sus cartas, y de manera activa, lo que había que cambiar, detallando también el asunto. De manera activa, la responsabilidad de cada uno por sus actos. Además de tremendas revelaciones para vivir en Cristo en libertad en esta tierra, como Gálatas 2:20:

"Y ya no vivo yo, sino que el Mesías vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, quien me amó, y se entregó a sí mismo por mí."

Pablo había llegado a la unanimidad que Jesús pide al Padre por nosotros en Juan 17:21, y que es algo que podemos llegar a vivir en esta tierra. Pero nunca Pablo habla diciendo como, "Dios toma el control de mi vida", o similar.

Y así lo que nos revela cada libro del nuevo testamento, nos muestra la gracia, las bendiciones, sus promesas, pero también la responsabilidad como Cuerpo de Cristo, como su Iglesia.

¿Y qué sana relación sería la de un padre que controla a sus hijos con un control remoto como a un dron?

Dios como Padre quiere una relación sana con sus Hijos, sin control, porque donde está su Espíritu hay libertad, 2 Corintios 3:17, no lo olvidemos.

Se suele citar también el pasaje, de que si es de Dios, no se puede destruir, porque lo que es humano se desvanece, en Hechos 5:38-39.

Tenemos también lo que nos dice Juan 15:16, por el fruto que permanece que debemos dar. Pero veo que esto no debe ser el único indicador para medir las obras de los Hijos de Dios. Ya que debemos discernir, en aquellas obras que vinieron de quienes en algún momento fueron Hijos de Dios, y mal utilizaron sus dones y Ministerios.

Recordemos Mateo 7:21-23, donde podemos llegar a operar en dones, en milagros, sacar demonios y mucho más, pero el Señor no nos reconoce como sus Hermanos, como Hijos de Dios, si dejamos de hacer la voluntad del Padre, aún cuando hemos recibido dones y unciones, porque de un momento a otro nos podemos apartar.

Uno de los casos que podemos ver, de algo que nació de la Iglesia, es la masonería. Esta lleva siglos, y esta organización fue fundada por los pastores protestantes ingleses Anderson y Desaguliers.

Y veamos incluso la influencia que tiene la masonería en el mundo, la economía, la política, la educación, en la cultura del entretenimiento, entre otros. Pero no es este libro para hablar de ellos.

O por otro lado, veamos también a los musulmanes, que llevan más de mil años.

¿Es entonces que porque algo no se ha desvanecido, debemos decir que es de Dios?

Y por los musulmanes, ¿por qué son tan potentes?

Debemos ver el principio base de todo, de que hay un solo fundamento, Isaías 28:16:

"Por tanto, Adonay YHVH dice así: He aquí Yo pongo por fundamento en Sión una piedra, Piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable. El que crea, no será conturbado."

Sobre este fundamento, es el que Pablo nos dice, vea cada uno con qué edifica, si con oro, plata y piedras preciosas, el Reino de Dios, hacer la voluntad del Padre, o con madera, heno y hojarasca, naturaleza del mundo caído y del viejo Adán. Esto que vemos en 1 Corintios 3:9-15, y con todo lo que vimos en la Columna 2 de ser probados por el fuego, el acrisolado en Dios.

Cristo es el gran edificador, y nos edificamos unos a otros, 1 Pedro 2:5:

"Vosotros también, como piedras vivas, estáis siendo edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesús el Mesías."

Los Ministerios y los dones son para la edificación, 1 Corintios 14:12 y versículo 26.

"Así también vosotros, puesto que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia."

"Entonces, ¿qué hay, hermanos? Cuando os reunáis, cada uno tiene salmo, tiene doctrina, tiene revelación, tiene lenguas, tiene interpretación; hágase todo para edificación."

Los Ministerios son para la edificación:

"Y Él mismo dio: unos, Apóstoles; otros, profetas; otros, evangelistas; y otros, pastores y maestros; a fin de adiestrar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo del Mesías,"

Y sobre todos los dones, está el de profetizar, 1 Corintios 14:1

"Seguid el amor y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis."

Y versículos 3 al 4 siguientes, vemos el diseño del don profético, como la de edificarnos unos con otros:

"Pero el que profetiza, habla a los hombres para edificación y exhortación, y consuelo. El que habla en lenguas, a sí mismo se edifica, pero el que profetiza edifica a la iglesia."

Pero como vimos, aún teniendo gran autoridad para hacer milagros y sacar demonios, vea cada uno cómo edifica, porque podemos salirnos de hacer la voluntad del Padre.

Entonces, lo que diferencia un material del Reino de Dios, a lo caído, no es una acción en sí misma, sino el hacer la voluntad del Padre.

Para ejemplificar: El Señor dice que vayamos a predicar a las naciones; ¿pero te está enviando a tí a "X" nación, o solo quieres ir porque tus Hermanos en Cristo con los que creciste, el Señor los llamó a ese lugar, y tú crees que debes ir por lo bien que obran juntos en la Palabra, pero no has recibido ese llamado? Entonces, los llamados a ir a "X" lugar edificarán con el material del Reino, pero quien va sin el llamado, lo hará con materiales de lo caído, fuera de Dios.

Veamos de lo anterior un caso del libro de Hechos, actuar en unanimidad, una no solo como Iglesia, sino con el Espíritu Santo, con Cristo y el Padre. Lo vimos en la Columna 1, pero es clave volver a ver este diseño:

Hechos 15 versículo 22 y versículo 25;

"Entonces pareció bien a los Apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, enviar de entre ellos varones escogidos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas, el que se llamaba Barsabás, y a Silas, varones prominentes entre los hermanos."

"Nos pareció bien, habiendo llegado a estar unánimes, elegir a unos varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo."

Vemos algo más atrás, en Hechos 13:2-3; cómo llegaron a esto:

"Estando éstos ministrando al Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado. Y habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los dejaron marchar."

Si no se sigue este diseño, se edificará sin buscar, sin oír ni menos ver la voluntad del Padre, y se edificará con cualquier cosa menos Dios, y lo que ocurra en la Iglesia no será muchas veces porque Dios lo quiera, porque hemos estado edificando mal.

Contrastemos el diseño anterior, con no consultar a Dios, y hasta seguir costumbres culturales para tomar una decisión. Un ejemplo que tenemos es cuando echan suertes por quien iba a ser el siguiente Apóstol, que vemos en Hechos 1:23-26:

"Y propusieron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías. Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra a cuál de estos dos escogiste para tomar el lugar en este ministerio Apóstolico, del cual se extravió Judas, para irse a su propio lugar. Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías, y fue contado con los once Apóstoles."

Solo una oración al aire, y echaron suerte, como culturalmente se hacía en la época, como vemos cuando los soldados romanos echaron suertes por las vestiduras de Jesús. No se habla en ningún momento de estando en unanimidad tomar la decisión. Y más importante aún, esperar al Paracleto, el Espíritu Santo, que el Señor les había prometido que enviaría para guiarlos.

De quien es nombrado como nuevo Apóstol, no vemos nuevamente en todo el libro de Hechos, ni en lo que queda del nuevo testamento, alguna obra ni testimonio suyo.

No así con lo que sucede con el Apóstol Pablo. Pero con lo anterior, vemos gráficamente el "si Dios quiere" que muchas veces se oye dentro de las congregaciones: Decir "si Dios quiere" es como la práctica de echar suertes.

Y esto es algo en lo que muchos caminan como cristianos, echando suertes. En cada paso, si es que algo resulta, decirse a sí mismo casi como revelación que vino, que es de Dios, que es porque Dios quiere, por el solo hecho de que resultó.

Queridos Hermanos, vayamos de gloria en gloria, de victoria en victoria, no de porrazo en porrazo y de llanto en llanto.

Otro caso, fuera de diseño, ocurre lo que Dios no quiere. En el libro de Hechos, cuando salen de Jerusalén, con el diseño de también predicarle a los gentiles, diseño ya revelado a Pedro en la casa de Cornelio, pero que no todos siguen esta voluntad del Padre ya revelada a la Iglesia. Veamos este hecho en particular, en Hechos 11:19-21:

"Ahora bien, como resultado de la tribulación ocurrida a causa de Esteban, los esparcidos pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a judíos. Pero había algunos de ellos, varones chipriotas y cirenenses, que habían ido a Antioquía y hablaban también a los helenistas, predicando al Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos; y un gran número que creyó se convirtió al Señor."

Hay dos grupos. El primero que se menciona, el grupo más grande, tenían más arraigado en su corazones las tradiciones religiosas, que oír la voz del Padre. "Se quedaron pegados" por decirlo de una manera. Hacían la voluntad del Padre, sí, porque predicaban, pero la verdad no, porque solo predicaban a los judíos.

El segundo grupo, el más pequeño, es el que predica a los gentiles, y se escribe que habían ido a Antioquía. Y conocemos que Antioquía, luego con Bernabé y Pablo, y todos los Hermanos con los que se reúnen, Hechos 11:22-26, se transforma en una de las mayores ciudades cristianas, y punto central para enviar misiones de evangelismo en el mundo, desde donde envían a ancianos, Hermanos maduros en Cristo, a levantar presbiterios a otras ciudades, y muchas ciudades se convierten y son llenadas de la gloria de Dios.

El versículo 21 de Hechos 11 nos habla literalmente que la mano del Señor estaba con quienes también predicaban a los gentiles, y un gran número que creyó se convirtió.

Veamos, del primer grupo que solo predicaba a los judíos, de estos no se habla, que hayan dado algún fruto, menos que la mano del Señor estuvo con ellos, y no se vuelve a hablar de ellos.

Parece que había algo de conflicto con la Iglesia de Judea, los que también mantenían temas religiosos como circuncidarse; el tema de diferenciarse de los gentiles que pudo haber persistido, que ya había dejado claro el Señor en la casa de Cornelio, y también Pablo en Gálatas 3:28-29:

"No hay judío ni griego, no hay siervo ni libre, no hay varón ni hembra: porque todos vosotros sois uno solo en Jesús el Mesías. Y si vosotros sois del Mesías, entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa."

Y como vimos en profundidad en la Columna 1, justo después de Hechos 11:22-26 que acabamos de ver, vemos como contraste en Hechos 11:27-30, dos Iglesias en medio de una gran hambruna en la tierra habitada; la de los Hermanos de Judea que pasaron por necesidad, y la de los Hermanos de Antioquía, que, no de lo que tenían ahorrado o vendieron, sino que en medio de la crisis cada uno pudo prosperar, de lo que cada uno prosperaba, tiempo verbal pretérito imperfecto, algo pasado que ocurría continuamente, cada uno pudo ofrendar a la Iglesia en Judea.

¿Dios quiso que en medio de esta gran hambruna en toda la tierra habitada, los Hermanos de Judea pasaran hambre, que lo pasaran mal? ¿O es que la necesidad de la Iglesia en Judea vino por estar fuera de diseño en una o más áreas?

No olvidemos nuestra posición, nuestra herencia, Romanos 8:17:

"Y si hijos, también herederos: por una parte, herederos de Dios, y por la otra, coherederos con el Mesías, ya que juntamente padecemos para que juntamente seamos glorificados."

Somos Hijos del Altísimo; Cristo no se avergüenza de llamarnos Hermanos, Hebreos 2:11:

"Porque el que santifica y los que son santificados, son todos de Uno, por esta razón no se avergüenza de llamarlos hermanos"

Pero todo esto con responsabilidad. Seamos conscientes que también participamos en la edificación de la Iglesia como Hijos de Dios, Coherederos del Hijo, Hermanos de Jesucristo. Pero el Señor nos advierte, con qué materiales edificamos sobre el fundamento como vimos en profundidad en la Columna 2 con 1 Corintios 3:9-15.

Y no ver la edificación como una carga pesada. Es precioso cómo el Padre nos invita a edificar con el Hijo. Pero no olvidando con qué materiales edificamos, porque nuestro Dios no es controlador, y cuando da autoridad, no la quita hasta que la vida de a quien se la otorgó se haya consumado; por esto quien más recibe de autoridad del Señor, más se le pedirá en responsabilidad.

Un ejemplo de esto último, es el caso del primer rey que pidió el pueblo de Israel, que fue Saúl. Este no obedeció al Señor, y conocemos su historia. Pero en un momento, los amigos de David traman para que este matase al rey, y tomara el poder, y ya no sufrieran más. Pero es sorprendente cómo responde David en 1 Samuel 24:10:

"He aquí, en este mismo día están viendo tus ojos cómo YHVH te ha puesto en mi mano dentro de la cueva; y se habló de matarte, pero se tuvo compasión de ti, pues dije: ¡No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de YHVH!"

Cuando alguien dentro de la Iglesia, del pueblo de Dios, que ha sido ungido por Dios, se ha desviado a tal punto de no retorno, no es de nosotros tomar represalias, no olvidemos que la ira y el juicio es de Dios.

No nos confundamos, Dios puede ungir a alguien con multitud de dones y ministerios inclusive, pero aquello no es sello de que la persona no pueda desviarse del camino, eso no existe. Dios nos hace libres, no olvidemos, no controla.

Cuando ocurra lo anterior, lo primero que debemos hacer como Iglesia, es no tomar parte de las obras de este tipo de personas, y orar con discernimiento del Espíritu Santo. Como también presentarnos ante la corte del Padre, para anular lo que haya que anular, y decretar lo que haya que decretar, y el Señor tome juicio. Es un tema delicado, porque Dios aún a quien ha tenido gran autoridad y cae, lo ama y quiere que regrese. No olvidemos que el Señor dice ama aún a tu enemigo. Pero no por esto último toleremos lo que Dios no tolera. No daré un "paso a paso" completo porque no es un único escenario el que se da, y se haga todo con el diseño revelado por el Padre por medio de su Espíritu, que podemos terminar dañando no solo al involucrado, sino a toda la congregación y a muchos más.

También recordemos, "lo que es del César al César", en el sentido, si la persona violó las leyes de la nación, debemos presentar todos los antecedentes a las autoridades, y poner a la luz todas las cosas en tribunales, como hablar las cosas como son cuando de otra congregación nos pregunten por esta persona. Y sí, hablo de llevar los antecedentes penales si hubieren a los tribunales de este mundo, ya que acá hablamos del escenario de alguien que se ha salido del Cuerpo, al punto de no retorno, apostasía, a aquel que ya no se mueve en la justicia de Dios.

Como vimos en profundidad también en la Columna 2 con Romanos 8:28-29, además de ver con qué materiales edificamos, todo debe hacerse en orden, todo para edificación, todo en llevarnos a lo que hemos sido predestinados, a ser a su imagen y semejanza.

En expandir el Reino de Dios, no caer en encerrarnos "entre 4 paredes", y todo lo que haga la Iglesia sean actividad solo dentro de las congregaciones donde ya estamos. Debemos buscar diseños para buscar a las ovejas perdidas, para expandir el Reino de Dios. Recordemos como en el primer tiempo de la Iglesia que tras venir el Espíritu Santo en Hechos 2, se quedaron en Jerusalén, y no salieron al mundo. Tuvo que ocurrir una gran persecución hacia la Iglesia, para que al fin salieran.

Y en cómo expandir el Reino de Dios, con diseño, no caer en religión, tradición del viejo hombre, o la mano del Señor no estará con nosotros para la expansión, como el caso que vimos en Hechos 11, que la mano del Señor estaba con quienes predicaban a los gentiles. Hoy para nosotros, diríamos "esto es pan comido", y no tenemos ese problema de solo predicar a los judíos. Pero entendamos cómo comenzó la Iglesia, con una cultura hebrea, y con mucha tradición de hombre que le fueron colocando a lo largo de la historia. Y hoy nuestra piedra de tropiezo puede ser otra cosa que Dios nunca habló, y colocamos como carga, como diseño religioso sobre la congregación, que nos desvía del camino:

  • Que solo se puede ir de traje formal a la congregación.
  • Que la Iglesia debe congregarse solo el sábado, o que solo el domingo.
  • Que solo aprendiendo Hebreo Dios nos hablará por medio de sus Escrituras.
  • Que no se puede beber alcohol ni una gota y que no se puede comer cerdo (¡no quitando la buena mayordomía de nuestra salud física que debemos tener!).
  • Que solo la versión de la Biblia "reina juanita" es la que aprueba el Señor para los hispanos.
  • Que solo hablando en lenguas manifiestas el Espíritu Santo (¡cuando ya vimos que Pablo nos dice que el don que sobre todo usemos sea el de profetizar! -1 Corintios 14:1-).
  • Que para tener mayor intimidad con Cristo hay que viajar al menos una vez a Israel.
  • Entre otras cargas "ogkos" que agrega el hombre.

Entonces, quizás hoy la tradición con la que podamos chocar no sea la de no predicar a los gentiles. Pero puede ser otra. Una que nos impida ver el diseño fresco que tiene el Padre para hoy.

Creo que el evangelismo debe ser lo que vive Pedro en Mateo 16:15-17; aquella revelación que no es por carne ni sangre. Primero uno tiene que vivirlo, para dar de esas aguas al que tiene sed. Pero primero esa persona tiene que tener sed. Por eso Apocalipsis termina con que quien tenga sed, Él y la Esposa (la Iglesia) dicen que vengan, que beban. Tener sed no es que estén necesariamente en alguna enfermedad o similar de aflicción compleja para necesitar a Dios. Pero para que vean que tienen sed, uno también tiene que ser luz, agua genuina del Hijo y el Padre, o solo transmitiremos una religión más, no viviremos Juan 17:21. Ser hallados en Él para vivir el poder de la resurrección como dicen las Escrituras en Filipenses 3:8-11 que también hemos visto.

Vemos que muchas veces ocurre lo que Dios no quiso, lo que el Señor les advirtió, tomaron y continuaron en el mal camino, mal camino que solo lleva a la muerte, como el caso de Sedequías rey de Israel, que hizo lo malo ante los ojos del Señor, a quien Dios le envió profeta, este no hizo caso en el diseño de rendición que le fue dado, actuó con rebeldía durante la invasión de Babilonia, perdió todo, vio como masacraron a sus hijos, y terminó atado y hasta le sacaron los ojos; atado y sin ojos, similar al destino de Sansón por no obedecer al Señor pese a las advertencias.

Muchas cosas horribles vive el pueblo de Dios, por desobedecer, no porque Dios así lo quiera; el enemigo no nos puede sacar de la mano del Señor, pero sí tomarnos, y dejarnos hasta ciegos y atados, si no obedecemos.

Y, de pecar una vez, no arrepentirnos, pecar reiterada y deliberadamente una y otra vez, pensando muchas veces que estamos bien con nosotros y el Señor, y caemos ya de pecado a un estado de rebelión que aborrece el Padre; como los tibios que teniendo luz, se mueven en oscuridad ya en una etapa madura de pecado, la de rebeldía.

Así mismo vemos en Hebreos 2:1, que lo oído no lo dejemos escurrir, y debemos dar mucha atención a lo que recibimos de Dios. Porque también lo que el Señor ha hablado, hablado directamente como por medio de un Hijo de Dios, se puede ir deteriorando hasta perdiendo completamente, como le ocurrió al pueblo de Israel, y que vemos en Oseas 4:6:

"Perecerá tu patria, Porque mi pueblo perece por falta de conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, Yo te desecharé de mi sacerdocio. Por cuanto olvidaste la Ley de tu Dios, También Yo me olvidaré de tus hijos"

Dios no solo se desentiende de nosotros, también de nuestra descendencia. Es super fuerte este versículo. Muchas veces el pecado, la rebeldía, el irse de la mano del Señor, el no hacer la voluntad del Padre, no verás el mal inmediatamente, el fruto torcido, sino que lo verá tu descendencia. Este principio lo vemos en Jeremías 31:29:

"En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera"

Y hasta puede que en vida no alcances a ver todo el mal que llega hasta tu tercera y cuarta generación de descendientes.

En lo de desviarnos, no olvidar la Columna 4; recordemos que pecar significa en el idioma original "errar en el blanco", y es también no comernos el pan; no hicimos lo que teníamos que hacer, y no hay pan nuevo, solo uno añejándose mientras transcurren los años de nuestras vidas. Cristo quiere que sentados en su mesa, comamos el pan fresco, no el añejo.

Viviendo el diseño fresco del Padre, su mano estará sobre nosotros, y habrá multiplicación.

Pero si nos movemos siempre diciendo, "pero si llevamos décadas en la congregación haciendo las cosas así con esto y así con ello, y acá estamos, Dios está con nosotros", caeremos en un gran error, si se sigue luchando con los mismos problemas, si seguimos con las mismas prédicas y no avanzamos al alimento sólido, ni menos somos ya maestros y edificadores del Cuerpo de Cristo, y la descendencia se va apartando del Señor a medida que los hijos y los nietos crecen.

No es este libro para decirte qué hacer hoy, como un estricto "paso a paso". Es un tema de relación entre Padre Dios e Hijos de Dios. Y aunque se pudiera escribir el diseño que Dios tiene por cada uno de sus Hijos, no habría suficiente papel, o supercomputadora, capaz de contener tal diseño de amor de relación que nuestro Dios quiere con cada uno de sus Hijos.

El bautismo de Cristo es fuerte, beber de su copa, vivir sus padecimientos; Marcos 10:37-39:

"Entonces ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos uno a tu derecha, y otro a tu izquierda. Pero Jesús les dijo: No sabéis qué pedís. ¿Podéis beber la copa que Yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que Yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos. Entonces Jesús les dijo: La copa que Yo bebo beberéis, y con el bautismo con que Yo soy bautizado seréis bautizados"

Tomar de su copa,es también una posición activa en permanecer; no orar como, "Señor quiero permanecer contigo" cada mañana, y que solo con ello lo viviremos. Debemos ser fieles a lo recibido. La Fe no es un tema solo de revelación, es también acción, conlleva responsabilidad; Colosenses 1:22-25:

"Aun así, ahora os reconcilió en su cuerpo de carne por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de Él, ya que en verdad permanecéis fundamentados en la fe, y firmes y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual ha sido proclamado en toda la creación que está debajo del cielo, del cual yo, Pablo, llegué a ser ministro."

Dios nos hace limpios, amén, y sin mancha, tremendo. Pero luego de uno es el permanecer. Recordemos 1 Juan 1:7.

Y en el mundo tendremos aflicciones, y hasta persecuciones. Pero no confundir que todo sufrimiento que llega a nuestras vidas es la copa de Cristo. Si no estamos haciendo lo que vemos al Padre hacer, estamos bebiendo de una copa que no es de Él; como vimos que está escrito, no hay mal que no venga sin causa. Y vemos que es el Padre quien aprueba quien sentarse con Cristo, Mateo 20:23:

"Les dice: A la verdad, de mi copa beberéis; pero el sentarse a mi derecha e izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes ha sido preparado por mi Padre."

Si no hacemos su voluntad, y nos vamos por otro lado, aunque creamos en el Hijo y el Padre, no tendremos esta autoridad. Jesús habla de las aflicciones que tendremos, pero también de su autoridad, de su victoria, como vemos en Juan 16:33:

"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis aflicción, pero confiad, Yo he vencido al mundo."

Confiamos en Él, pero viendo los principios que hemos visto de permanecer, de nuestra posición activa como Iglesia de Cristo, si nos alejamos de Cristo, no permanecemos, no tendremos de su victoria. Y lo vemos en la carta a las siete Iglesias. Veamos un caso, en Apocalipsis 2:20-23:

"Pero tengo contra ti, que toleras a esa mujer Jezabel, quien se dice profetisa, y enseña y seduce a mis siervos a fornicar y a comer de lo que se ofrece en sacrificio a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepintiera, pero no quiere arrepentirse de sus fornicaciones. He aquí que la echo en cama, y en gran tribulación a los que adulteran con ella, a menos que se arrepientan de las obras de ella; y a sus hijos mataré con mala muerte, y todas las iglesias conocerán que Yo soy el que escudriña riñones y corazones, y os daré a cada uno de vosotros conforme a vuestras obras."

No es de Cristo el sufrimiento que muchas veces vivimos personalmente, familiarmente, y hasta en toda una Iglesia. Y el Señor es misericordioso, pero no habla más de una vez, lo oído no lo dejemos escurrir como dice Hebreos 2:1. Y el Señor nos muestra los dos caminos, el de la vida, o el de la muerte. Y si nos hemos desviado, como el caso del pasaje de Apocalipsis anterior, no basta con orar, hay que tomar acciones para volver al camino, hay que arrepentirse, pero también dando frutos de obras dignas de arrepentimiento.

Pero si no hacemos su voluntad, vendrán los problemas, y es más el castigo para el que conoció la luz e hizo lo que el Padre no aprueba, Lucas 12:47-48:

"Aquel siervo pues, que conoció la voluntad de su señor y no se preparó ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho. Pero el que no la conoció, e hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco, porque a todo aquel a quien fue dado mucho, mucho le será demandado, y al que encomendaron mucho, más le pedirán."

Dios no quiere que nuestro caminar en esta tierra sea una tragedia, Él es un Padre ante todo por sus Hijos.

Poco peso le hemos tomado a la carta a las siete Iglesias. El Señor no les habla a los que están fuera de la Iglesia; Jesúcristo no le habla a los no salvos, a los no creyentes. En este se revela que iban a vivir un juicio terrible, y que estaban perdiendo autoridad con los "al que venciere le daré" que vemos para cada una de las siete Iglesias. El destino que van a tener, no es "lo que Dios quiera", es lo que cada Iglesia toma como decisión con sus acciones.

Vemos que hay vasos de honra, y otros que no. Pablo habla de Dios como alfarero, que lo vemos mucho en el antiguo testamento, en Romanos 9:21. Pero hacia la Iglesia, hay un mensaje que da Pablo, que ahora en el nuevo testamento, tras la resurrección de Cristo, en la que todos podemos llegar a su plenitud, ahora es de uno si decide ser vaso para honra o no, como vemos en 2 Timoteo 2:20-21:

"Pero en una casa grande, no sólo hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro; unos, ciertamente para usos honrosos, y otros para uso común. Así que, si alguno se limpia de esas cosas, será un vaso de honra, santificado, útil para su amo, preparado para toda buena obra."

Vemos en versículos anteriores, desde el versículo 14, el ser un obrero aprobado ante Dios; el mismo principio, las decisiones que yo tome, no orar "Dios hazme un obrero aprobado" para que se cumpla por solo decir la oración; son las decisiones que en Cristo, o fuera de Él, voy tomando en mi vida.

El proceso que se estaba viendo en la carta a las siete Iglesias, es lo que que es ser probado por el fuego de Dios que vimos extensamente en la Columna 2, viendo principios para vivir el caminar en Cristo.

El diablo influye, manipula, hay sistemas de tinieblas operando contra el Reino de Dios, como el del rey de Tiro, todo bajo Jezabel, que en Babilonia operan con una estructura, y están constantemente merodeando por su víctima. Y sí, en madurez y en el Espíritu Santo discernimos cómo operan las tinieblas, pero finalmente es uno el que toma las decisiones y cae en la telaraña, en las maquinaciones del reino de Satanás que se querrá lanzar con todo si le abrimos la puerta.

Y en cuanto a las promesas del Padre que hemos recibido, si nos apartamos del camino, de lo que el Padre nos ha dado, demoraremos las promesas, y en ciertos niveles yendo hacia la rebeldía, la promesas también se apartarán de nosotros.

Es fuerte, pero sus promesas no son incondicionales si nos apartamos de Él, si dejamos de hacer lo que el Padre nos muestra hacer. Vemos este principio en Jeremías 18:9-10:

"Y si en otro momento hablo a una nación o reino para edificarlo y plantarlo, pero hace lo malo ante mis ojos y no oye mi voz, entonces Yo también desistiré del bien que había prometido hacerle."

No podemos jugar dos papeles y ser tibios. Es una la copa. En la Pascua, el cordero se come completamente, sin dejar nada, este es el diseño de esta fiesta perpetua. No seas tibio, 1 Corintios 10:21:

"No podéis beber la copa del Señor y la copa de los demonios, no podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios."

Así Dios que nos levanta como oro fino, por nuestras propias decisiones podemos ser menospreciados como obra de barro; lo vemos en Lamentaciones 4:2 que habla de la corrupción del pueblo de Dios:

"Los preciados hijos de Sión, una vez comparables al oro fino, Son menospreciados como tiestos de barro, obra de alfarero."

Y vean este capítulo completo. Es el corazón del Señor y el Padre abierto a nosotros, con mucha tristeza, lamentando la dirección que ha tomado el pueblo de Dios. No "porque Dios lo quiso así"; vemos hasta detalles de las acciones que cometieron para llegar a este nivel. Es tremendo.

Hay muchas advertencias también en las Escrituras que no debemos hacer. Expresadas claramente. Acción y reacción. Muchas de ellas literalmente la maldición que traen. Veamos algunas de ellas, y no olvidemos Oseas 4:6 que hemos visto, con Hebreos 2:1:

- No honrar a los padres, Éxodo 20:12 y Marcos 7:9-10:

"Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que YHVH tu Dios te da."

"Les decía también: ¡Qué bien invalidáis el mandamiento de Dios para establecer vuestra tradición! Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre. Y: El que maldice a padre o madre, ciertamente muera."

Vean bien el contraste. La vida y la muerte, tú decides. Y aunque tus padres sean no creyentes, e incluso tratado muy mal, el Espíritu Santo te de el diseño para honrarlos, con el amor que el Padre y el Hijo tuvieron con nosotros cuando eramos enemigos de Dios.

- Todo sea para glorificar a Dios, Proverbios 3:9-10 y 1 Corintios 10:31:

"Honra a YHVH con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos, Y tus graneros se henchirán de abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto"

"Si, pues, coméis, o bebéis, o hacéis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios."

Vean sobre todo el primero, Proverbios. No hacerlo nos lleva a lo contrario.

- Dar la gloria a Dios, Salmo 115:1 y Malaquias 2:1-3:

"No a nosotros, oh YHVH, no a nosotros, Sino a tu Nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad."

"Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento. Si no escucháis, ni hacéis caso de ello para dar gloria a mi Nombre, dice YHVH Sebaot, haré recaer la maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones. Sí, las maldeciré porque no hacéis caso de mi mandato. He aquí que arrancaré la simiente para vuestro mal, y esparciré estiércol sobre vuestros rostros, el estiércol de las víctimas de vuestras solemnidades, y seréis arrastrados con él."

Somos un reino de Reyes Sacerdotales. Dios te puede dar autoridad, pero que nunca tu nombre opaque el de Él. Que nunca dejes de alabarlo, ni menos llevarte su adoración. Y no se le puede adorar si estamos en rebeldía, no haciendo su voluntad, viviendo fuera de Cristo; Dios solo aprueba a Cristo; declara justos a los que son de la Fe de Jesús.

- Colaborar con la obra de Dios, 3 Juan 1:5-8:

"Amado, fielmente obras en lo que haces por los hermanos, sobre todo por los forasteros; quienes ante la iglesia dieron testimonio de tu amor, a los cuales bien harás en proveerles para su viaje, como es digno de Dios. Porque ellos salieron por causa del nombre, sin aceptar nada de los gentiles. Debemos pues sostener a los tales, para que seamos colaboradores con la diseminación de la verdad."

¿Eres un líder, un Pastor, un Ministro, y recibiste una ofrenda, un diezmo, que es más de lo que necesitas? Ora bien al Señor. Puede que una parte sea para administrarlo en otra obra, no te lo guardes, somos un solo Cuerpo de Cristo; parábola de los talentos.

- Encubrir su propio pecado, Proverbios 28:13:

"El que encubre sus pecados no prosperará, Pero el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia."

Bien fuerte. Literalmente, no prosperará.

- No advertir a quienes pecan, Ezequiel 3:17-19, que vimos en la Columna 1 con todo el tema de la disciplina:

"Hijo de hombre, Yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y cuando oigas una palabra de mi boca, la darás a ellos como advertencia de parte mía. Cuando Yo diga al impío: De cierto morirás; y tú no se lo anticipes ni lo amonestes, para que el impío se aperciba de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero Yo demandaré su sangre de tu mano. Pero si tú amonestas al impío, y él no se convierte de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma."

Y hay también bendición para quien reprende, Proverbios 28:23:

"El que reprende a otro será más estimado Que el de lengua aduladora."

- Rehusarse a perdonar a las personas, Mateo 6:14-15:

"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también vuestro Padre celestial os perdonará, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas."

Muy de cerca con el amar y orar por el enemigo. No confundir con tolerar lo que Dios no tolera.

- Marcarse el cuerpo, Levítico 19:28:

"No haréis sajaduras en vuestra carne a causa de un muerto, ni os haréis marcas de tatuaje en vosotros."

- Maldecir al gobernante, Éxodo 22:28:

"No injuriarás a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo."

Esto va muy de cerca con lo visto de 1 Timoteo 2:1-4.

Y hay muchos más principios en toda las Escrituras, y lo que el Espíritu Santo nos siga revelando cada día. No olvidemos, no todo lo malo que ocurre en el mundo es porque Dios así lo quiso; somos libres, nuestro Padre no es un Dios controlador, que donde está su Espíritu hay libertad como vemos en 2 Corintios 3:17.

Examinémonos entonces, en el amor del Padre. Y en el gran amor del Hijo Cristo Jesús que limpia todo pecado, iniquidad, maldición, que sana toda herida, y nos limpia y nos ayuda a volvernos a levantar.

Ten ánimo. Sigue adelante. Pero no te quedes en el barro, en el viejo Adán.