Activando las bendiciones de Dios en la Biblia

El Padre ha prometido bendecirnos. Pero no es por nuestras fuerzas que viene la bendición. El proveedor siempre es Dios, Él es quien da el crecimiento. 1 Corintios 3:7:

"Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que está dando el crecimiento."

En el antiguo pacto el Señor se presentó como YHVH Jireh. Que significa Dios provee; no es el hombre el que provee. Esta realidad declara David en Salmo 23:

"YHVH es mi pastor, nada me falta. En lugares de tiernos pastizales me hace descansar, Junto a aguas de reposo me conduce. Restaura mi alma, Me guía por sendas de justicia por amor de su Nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo, Tu vara y tu cayado me infunden aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores, Has ungido mi cabeza con aceite, Mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me escoltarán todos los días de mi vida, Y en la Casa de YHVH moraré por largos días."

Como nota de la versión textual, el tiempo verbal en verbos como "falta", "descansar", es en presente, y no futuro como algo lejano; es para hoy si estamos en Él.

Imaginen tener todo lo que David tenía siendo rey de Israel. David no dependía de todas las riquezas que tenía a su disposición, su confianza no estaba en ello, y en su corazón estaba que Dios era quien le daba y nada le faltase.

Somos colaboradores. Así Dios, nos llama a labrar en su Reino y no en las cosas de este mundo, ya que todo será añadido, Mateo 6:33:

"Buscad, pues, primeramente el reino y la justicia de Él, y todas estas cosas os serán añadidas."

Somos todos Hijos de Dios. Puede que el Señor no te haya llamado a ser un Ministro como Pastor, pero tu labor en el Reino de Dios puede haber sido ser levantado como empresario, y labrar en su Reino es ser empresario si Cristo te ha hablado esto. Así si eres profesor, trabajador social, te dedicas a la mayordomía dentro del hogar, estás en la política, y así cada obra a la que hemos sido llamados, si el llamado vino del Padre.

Pero las bendiciones del Padre siempre vienen con instrucciones, con responsabilidades, con principios que no debemos transgredir.

Volvamos un poco al origen:

¿Cuáles fueron las primeras ordenanzas dadas al hombre? En Génesis 1:28 tenemos la respuesta:

"Luego 'Elohim los bendijo; y les dijo 'Elohim: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla, dominad sobre los peces del mar y las aves de los cielos y sobre todo ser vivo que se mueve sobre la tierra."

Todo lo que el Señor ha hecho, desde un comienzo con el Hombre, ha sido para esto.

Pero el hombre cayó, entró en pecado, se separó del Padre y el Hijo. No comió del árbol de la vida, que es Cristo, y experimentó lo malo antes que a Cristo. Por esto entra el plan de redención del hombre con Jesús. Ya con Cristo revelado, la piedra angular de la misión del hombre, la vemos en Romanos 8:28-30:

"Porque a los que antes escogió, también los predestinó a ser de la misma forma de la imagen de su Hijo, para que Él sea primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también declaró justos; y a los que declaró justos, a éstos también glorificó."

Pero lo dicho en Génesis 1:28 de la misión del hombre en la tierra no ha cambiado. La cual no puede cumplir por sí mismo, sino solo siendo uno en Cristo y el Padre, como lo vemos en Juan 17, versículos 20 al 24, y todo lo que vimos del Ministerio de la reconciliación de todas las cosas en la Columna 9.

Cristo redime al hombre, y tiene nuevamente acceso al árbol de la vida que es Cristo. Desde un comienzo el Padre y el Hijo han querido habitar en el hombre, y por medio del hombre, llenar toda la creación. Por lo anterior, Génesis 1:28 es de suma importancia. Todo lo que hagamos debe cumplir estas ordenanzas.

Como el hombre cayó, el Padre dejó instrucciones para guardarnos en nuestra salud, y todo en nuestras vidas, Éxodo 15:26:

"Y dijo: Si oyes diligentemente la voz de YHVH tu Dios, y haces lo recto ante sus ojos, y prestas oído a sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, ninguna dolencia de las que puse sobre Egipto pondré sobre ti, porque Yo soy YHVH tu Sanador."

Aquí vemos el principio de Dios para tener buena salud. Incluye que seamos guardados de la muerte como lo fue la última plaga, y de todo lo que padeció Egipto que no fueron solo enfermedades si estudiamos cada una de las plagas. Aquí hay una llave del Reino de Dios. Puede que no tengamos cultivos, pero sí nuestros trabajos o empresas, y no venga la plaga que se lo coma todo. Debemos escuchar atentamente, ser Simeón. Cantar cada día Salmos 143:8:

"Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti confío; Hazme saber el camino por el que debo andar, porque a ti elevo mi alma."

Si sufrimos algunas de las dolencias por las que pasó Egipto, es porque puede que no estemos escuchando.

Dios ya habló de sus principios en Éxodo capítulos 20, 21, 22, y 23, que ahora debemos mirar desde las alturas de Cristo. Por ejemplo, la circuncisión es ahora espiritual como dice el Apóstol Pablo, pero también debemos cumplir en Cristo cosas como no favorecer al pobre por ser pobre, o no hablar murmuración que divide y mata las congregaciones.

También, como dice la palabra, en parte vemos y en parte profetizamos. Y que el buen óleo, la bendición, baja de las barbas de Aaron, los ancianos de la Iglesia. Nada bueno sacamos con apartarnos y no ir con nuestros líderes, si no podemos salir de un aprieto. En una situación de aprieto, de la que no hemos podido salir y hemos sufrido hasta por años, quedarnos orando solos en nuestras casas, alejarnos de la Iglesia no es el diseño en que uno crece como parte del Cuerpo de Cristo, como vemos en Colosenses 2:19:

"(...)y no aferrándose a la Cabeza, de la cual todo el cuerpo, sustentado y unido por medio de coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento de Dios."

La bendición del Señor es crecer en Él con este diseño, unido todo el Cuerpo. Y al crecer, aquí hay prosperidad que viene del Padre, como vemos en 3 Juan versículo 2:

"¡Oh amado, anhelo que en todas las cosas seas prosperado y tengas salud, así como prospera tu alma!"

No lo olvidemos para vivir el crecimiento en Dios: Debemos crecer unidos al Cuerpo de Cristo, no separados que no es diseño del Padre.

Esta prosperidad, la bendición de Dios, es una que se nos añade si estamos obrando en su Reino. Una bendición que nos alcanza, Deuteronomio 28:1-2 como profundizamos en la Columna 3:

"Y sucederá que si oyes atentamente la voz de YHVH tu Dios para obedecer, para guardar todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy, también YHVH tu Dios te levantará sobre todas las naciones de la tierra. Y por haber obedecido la voz de YHVH tu Dios, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas bendiciones."

Vuelvan a leer en sus casas, versículos siguientes de este capítulo 28 para ver las bendiciones del Señor.

Todo comienza con oír su voz. Porque si quiero guardar sus mandamientos con mi propia voz y/o llevado por los designios del mundo, es ahí donde uno termina en cualquier cosa; tan solo cuenta cuántas denominaciones cristianas existen en el mundo; solo en Chile son unas 3 mil; y eso que somos un solo Cuerpo de Cristo, un mismo Espíritu.

Puede que en el espíritu el Señor te de un diseño de arrebatar algo que el diablo te haya robado, restitución, pero el diseño de expansión, de bendición del Padre, es uno que te alcanza, viene sobre ti, no el que se busca; "Y por haber obedecido la voz de YHVH tu Dios, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas bendiciones". Por esto Jesús nos dice "y todas estas cosas os serán añadidas" en Mateo 6:33.

Debemos realmente oírlo. Esto incluso antes de venir la ley, era lo principal. Y no olvidar lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, Éxodo 19:4-6:

"Vosotros mismos visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os levanté sobre alas de águilas y os he traído a mí. Ahora pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi pacto, entonces vosotros seréis objeto de mi predilección entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra, y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas son las palabras que hablarás a los hijos de Israel."

Qué debemos hacer:

  • No olvidar lo que Dios ya ha hecho en nuestras vidas, no olvidar su testimonio en nosotros, no se apague nuestra Fe.
  • Escuchar verdaderamente su voz.
  • Con la guía de su voz guardar su pacto.

Qué hace Dios si vivimos lo que tenemos que hacer:

  • Nos pondrá en lo alto frente a las naciones.
  • Ser un reino de sacerdotes, porque el sacerdocio levítico, que aparece posterior al pasaje anterior, no tenía autoridad de rey; vivir el sacerdocio de Cristo, el de Melquisedec, donde somos reyes con Él.
  • Ser una nación, un Cuerpo de Cristo.

Lo de ser reyes y sacerdotes ya se ha cumplido con la cruz, el sacerdocio de reyes que tenemos en Cristo, Apocalipsis 5:10:

"¡Y los has hecho para nuestro Dios, un reino de sacerdotes, Y reinarán sobre la tierra!"

Pero vean el tiempo verbal, ya somos hechos reino de sacerdotes, pero aún no reinamos sobre toda la tierra; está en futuro el "reinarán"; esto es porque debemos de cumplir el Ministerio de la reconciliación de todas las cosas que vimos en la Columna 9.

Hay también promesas para nuestras oraciones, Juan 15:16

"No me elegisteis vosotros a mí, sino que Yo os elegí y os puse para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé."

Debemos cumplir este versículo. Somos escogidos, lo sabemos. Pero debemos ver si estamos en el lugar que el Padre nos ha puesto y no en el lugar equivocado. Y tercero, dar ese fruto que permanece. Y solo cumpliendo esto, todo lo que pidamos en el nombre de Cristo al Padre, el Padre nos los dará, no antes.

Veamos en detalle de este versículo:

Lo que hace el Padre:

  • Nos escoge.
  • Nos pone en un lugar.

Lo que hacemos nosotros:

  • Si somos escogidos, primero, debemos tener clara nuestra identidad como Hijos, y segundo, conocer, tener revelado el llamado que el Padre tiene para nuestras vidas; Dios no escoge sin propósito. Y sí, hay propósitos para toda la Iglesia, como también propósitos personales, los del llamado personal de cada uno.
  • No salirnos del lugar que nos ha puesto.
  • Dar fruto, y que es uno que permanece. Y en el qué, cómo, cuándo, con quiénes, con qué materiales, y sobre todo con qué propósito, y más, para dar el fruto, siguiendo el principio: Nada hace el Hijo si no es lo que ve al Padre hacer, Juan 5:19; tengamos ese cuidado con lo que edificamos como nos habla Pablo en 1 Corintios 3:9-15 que vimos en profundidad en la Columna 2.

Lo que nos habilita al vivir estos principios: Todo lo que pidamos al Padre en el nombre de Jesús, el Padre nos lo dará.

Así también, mismo capítulo de Juan 15, en versículo 8, vemos que solo los discípulos de Cristo llevan fruto, no los seguidores u otros:

"En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos."

Toda promesa del Padre trae instrucciones, ordenanzas; principios que hay que seguir, que hay que vivir.

Hoy en día, se suele ver la oración como un "hechizo mágico", que al recitar las palabras correctas, los versículos correctos, con la terminología correcta, se va a cumplir. Santiago 5:16 nos dice que la oración del justo puede mucho. Y la Palabra también nos dice que el justo por la Fe vivirá. Pero, ¿quién es justo para el Padre?. Lo vemos en Romanos 3:26 que hemos visto:

"Con el propósito de demostrar su justicia en el tiempo presente, a fin de que Él siga siendo justo también cuando declara justo al que es de la fe de Jesús."

Justo el que es de la Fe de Jesús; no de sus propias fuerzas, ideas, voluntad, sino el que es uno en Cristo y vive la Fe de Jesús en su vida, y su propia fe va creciendo cada día al experimentar y obrar en la Fe de Jesús, hasta llegar a la estatura de Cristo, de su imagen y semejanza.

Por todo esto, solo los discípulos pueden dar fruto que permanece. Cristo en uno obrando. Lo que hacemos ya no es por nosotros mismos. Contando con la plenitud de Jesús en nosotros, con su misma Fe obrando en nosotros.

Y sí, tendremos días malos, pero el Señor nos ha dado todo para salir victoriosos de estos momentos, si permanecemos en Él. Y es que tenemos a Cristo como armadura para la victoria por Él, en Él, y para Él.

La armadura de Dios la vemos en Efesios, y es tremenda. Pero antes de poder utilizarla, hay una condición; veamos Efesios 6:14:

"Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, revestidos con la coraza de justicia."

La palabra cintura en hebreo es "osphus", que significa los lomos (externamente) y la cadera (internamente); por extensión de acuerdo al diccionario Strong, habla del poder de reproducción.

Por "osphus", vemos la importancia de los lomos como nuestras generaciones en Génesis 35:11:

"Después le dijo 'Elohim: Yo soy 'El-Shadday: Fructifica y multiplícate. Una nación y una congregación de naciones procederá de ti, y reyes saldrán de tus lomos."

En el pasaje anterior vemos "osphus" como "lomos".

Entonces, debemos estar firmes en la Fe de Jesús, para que nuestros "osphus", nuestros lomos, nuestras generaciones, estén ceñidas en la Verdad, en Cristo. Luego podremos vestirnos de la armadura, de la coraza celestial.

Es muy importante esta condición. La armadura de Dios es muy importante para vivir en victoria en esta mundo, como nos dice en Efesios 6:11:

"Revestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo."

Como vimos en Deuteronomio 28, lo primero es oír la voz de Dios, para que oyendo su voz podamos obedecerlo; si vivimos esto es que nuestros lomos están realmente ceñidos en la Verdad. Y podrán venir a nuestras vidas el listado de tremendas bendiciones que nos alcanzarán; bendiciones que ni siquiera que hay que pedirlas, listado que vemos del versículo 3 en adelante. Pero primero hay que vivir los versículos 1 y 2 de Deuteronomio 28.

Y nosotros con nuestros "osphus", nuestras generaciones, posicionados en la Verdad, ceñidos en Cristo, podremos salir victoriosos cuando venga lo malo, Efesios 6:13:

"Por tanto, tomad la armadura completa de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo hecho todo, estar firmes."

Entonces, vean la condición que vemos en Efesios 6:14, que habla de nuestra posición, nosotros y nuestras generaciones. Es algo tremendo. Y debemos ser conscientes también de la profundidad de cada una de las partes de la armadura de Dios que vemos a continuación, porque también un guerrero aunque tenga la mejor armadura, si está quieto sin hacer nada, saldrá siempre derrotado.

Vean no solo la importancia de la posición en Cristo en que estemos, sino también de la posición activa que tomemos con todo lo que nos da el Padre. No basta entonces "orar por protección del Señor", porque el Padre tiene Hijos activos en su Reino, que tomamos parte de la buena batalla de la Fe, 1 Timoteo 6:11-12:

"Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue tras la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual fuiste llamado, y delante de muchos testigos declaraste la buena confesión."

Otra condición en las Escrituras, en el conocido versículo "maldito el que confía en el hombre", de Jeremías 17:5-8 que profundizamos al inicio de la Columna 7; y vean cómo este pasaje nos revela la condición, para vivir la bendición, o la maldición.

El Padre nos hizo libres, no nos controla. El Señor nos revela sus diseños, nos advierte una y otra vez, de la posición activa que debemos tener. El Hijo quiere que seamos sus Hermanos, toda la humanidad lo sea, pero de nosotros es lo que escogemos finalmente; Deuteronomio 30:19-20:

"Hoy mismo hago testificar contra vosotros a los cielos y a la tierra, de que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge pues la vida, para que vivas tú y tu descendencia, amando a YHVH tu Dios, obedeciendo su voz y siéndole fiel. Porque Él es tu vida y prolongación de tus días, para habitar en la tierra que YHVH juró dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob."

Clave aquí nuevamente, obedeciendo a su voz. No la nuestra. No nuestra interpretación de las Escrituras. Oír al Hijo nos manda el Padre, Mateo 17:5:

"Estando él aún hablando, he aquí una nube de luz los cubrió, y de la nube salió una voz, diciendo: Éste es mi Hijo amado, en quien me he complacido; a Él oíd."

Y para que el mundo crea, viviendo ser uno en Cristo, Juan 17:21, podrán creer, o el mundo seguirá igual; expandamos el Reino de Dios, Romanos 10:14-15:

"¿Cómo, pues, invocarán a Aquél en quien no creyeron? ¿Y cómo creerán en Aquel de quien no oyeron? ¿Y cómo oirán sin haber quien predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que proclaman buenas nuevas!"

Volviendo al tema de las bendiciones, una de las que más se habla, es la de la provisión. Veamos la importancia de la dirección cuando Dios da provisión, en 2 Corintios 9:8:

"Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que teniendo en todo tiempo siempre todo lo necesario en todo, abundéis para toda obra buena."

Aquí abundar en griego es "perisseu", que también significa, haber en exceso, aumentar, crecer.

Y abundar en todo, no solo lo material, en todo, espíritu, alma y cuerpo; incluye salud física, estabilidad emocional, crecimiento espiritual, pero todo, todo, con un propósito: "Abundéis para toda obra buena".

Entonces, si no sabes tu propósito, ¿cómo vendrá la bendición de abundancia en todo para toda buena obra, sino sabes la buena obra que tienes que hacer?

Recordemos que pecar significa errar en el blanco; nada hace el Hijo si no es lo que ve al Padre hacer; y por medio del sacrificio de Cristo podemos ser Hijos, y Él nos ha dado ejemplo. Se une con lo que vimos en Deuteronomio 28:1, que también vemos el mismo principio en el versículo 2 del capítulo 30 de Deuteronomio; oír su voz para ver cómo vivir mi vida, y no interpretar las Escrituras como "yo siento"; oír al Hijo, seguirlo, y al ver al Hijo veremos al Padre, y podremos ver todo lo que tenemos que hacer.

Veo que al estudiar las Escrituras, estudiamos muchas veces las profundidades de las bendiciones y las promesas de Dios, pero no siempre se le da relevancia a ver también las profundidades de las condiciones en aquellas cosas que es nuestra responsabilidad hacer para que podamos vivir aquellas promesas, lleguen aquellas bendiciones.

En esto, es muy importante ir al idioma original, junto a la guía del Espíritu Santo. Les animo a usar un buen diccionario strong en español o inglés, o de tu idioma nativo si hay disponible. Recomiendo la aplicación e-Sword para computadoras, y MySword para móviles, usando la versión King James con concordancia Strong; si bien estará en inglés la concordancia Strong, luego de forma online, o en formato físico de libro, pueden encontrar el diccionario Strong en español, y se guían por el número/código de la palabra que quieran profundizar.

Por esto último, lean el Salmo 91 completo.

Tras leerlo vemos que son tremendas las promesas para nuestras vidas. Pero veamos lo que debemos estar viviendo, lo que debemos cumplir, para habilitar estas bendiciones. Y no se trata de forzar las bendiciones, forzar la mano de Dios. Aquí la clave, al identificar estas condiciones que hablo, se pueden resumir muchas de ellas en algo muy sencillo:

Vivir, caminar en su luz, limpios de pecado, 1 Juan 1:7. Y Juan 5:19, no hacer nada que el Padre no nos haya mostrado hacer.

Vamos a Salmo 91, y veamos con detenimiento el versículo 1:

Salmo 91:

"El que habita al abrigo de 'Elyón Morará bajo la sombra de 'El-Shadday."

En donde vemos, "habita al abrigo"; "habita" en hebreo es "yashab", y tiene un significado muy profundo, veamos del diccionario Strong:

Propiamente sentarse (específicamente como juicio en emboscada, en quietud); por implicación morar, permanecer; causativo establecerse, casarse:- acampar, acostumbrar, afirmar, asentar, asiento, bajo, colocar,condición, dejar, disfrutar, encerrar, esperar, establecer, habitante, habitar, hallar, inhabitada, llegar, mantener, morada, morador, morar, parar, parte, pasar, permanecer, persistir, poblar, poner, posesión, presidir, quedar, reposar, residir, resistir, rodear, salvar, sentar, situación, tener, tierra, tomar, vecino, vivir.

En lo personal, y desde muy joven que comencé mi vida cristiana a los 13 años, al leer este pasaje, el versículo 1 lo veía como algo pasajero; me quedaba con el morar bajo su sombra, como cuando hay mucho sol, de por un tiempo buscar sombra, y luego seguir el camino cuando el sol ya haya pasado; como morar en un refugio solo cuando está la tormenta, y luego puedo salir del refugio cuando todo se ha calmado.

Pero vemos que en el habitar en su abrigo para morar en su sombra, la profundidad en el hebreo de habitar, no es un habitar por un tiempo, habla de permanecer. Veo aquí un habitar en lo eterno, no como algo del momento pasajero, temporal, de cuando las cosas están mal.

Creo que ver a Dios como refugio temporal se ve mucho. Por poner el ejemplo más extremo, cuando hay turbulencias complejas en un avión, la mayoría se acuerda que existe Dios y le piden ayuda, y luego tras aterrizar a salvo, muchos ya se olvidan de Dios.

Pero en la vida de un creyente, nos puede pasar algo similar. Y se da que dedicamos más tiempo al Señor cuando estamos en malas situaciones, como tras la pérdida de un empleo, o un hijo o familiar enfermo; en grandes dificultades dedicamos más tiempo a la oración, adoración, leer las Escrituras, el tiempo de intimidad en el hogar con Dios aumenta. Pero cuando todo se calma, vuelve el buen tiempo, estamos cómodos y todo se disfruta, este tiempo en Dios disminuye. En esto me incluyo, y que he podido ir madurando; no avergonzarse de reconocer las debilidades de uno; el problema es cuando nos quedamos estancados hasta por años en lo mismo

Lo anterior también ocurriendo a nivel de nación; si la nación está bien, hay provisión, hay paz, la Iglesia se relaja, y allí es donde más el enemigo entra contra las familias y todas las áreas de la sociedad. Pero cuando hay caos en la nación, todos en la Iglesia dedican mucho más tiempo a adorar, interceder, profundizar en la Palabra, y toda buena obra en Dios.

No digo que ante una situación de problemas, uno no le dedique más tiempo al Señor del que ya le dedicaba, sino que en tiempos de paz, donde todo parece estar bien, donde se ve provisión en todo, no existan los tiempos de intimidad cada día con el Señor, tanto dentro como fuera de los hogares, y sea solamente dedicar el tiempo de intimidad con Dios en las reuniones ya programadas de la congregación, sean estas de los sábados o domingos, y en la semana otras como de intercesión que se tengan. Pero en el resto del tiempo, como que nos volvemos a conectar a la rutina del mundo, y no están estos espacios personales con el Señor, en que dejo de hacer todo, y entro en su presencia, en lo secreto.

O fuera del hogar, no esperar hasta la próxima reunión para compartir de lo recibido con algún Hermano, y exista, sobre todo con las tecnologías, un vivir diario como congregación, más allá de un grupo Whatsapp/Telegram en que solo los pastores y líderes reciben del Señor y publican, y el resto de la congregación solo lee y a lo más escriben "Amén!".

Y en lo secreto de tiempos en Dios que comentaba, lo encontramos también en el versículo 1 de Salmo 91, donde la palabra "abrigo" en hebreo es "cether", que también significa lugar secreto, oculto, como también refugio.

Es interesante, que al habitar en su abrigo, en su refugio, en el lugar secreto, nos habilita para morar en su sombra. Y es que vemos que sirve de conector la palabra "morará", como un "tras cumplir" lo primero, viene esto. Y aquí "sombra", en hebreo es "tsel", que también significa amparo, defensa.

Entonces, el versículo 1 de Salmo 91:

"El que habita al abrigo de 'Elyón Morará bajo la sombra de 'El-Shadday."

Parafraseándolo con la profundidad del idioma hebreo que hemos visto con el diccionario Strong:

"El que habita, mora, se establece, vive y permanece, en su secreto, el abrigo y refugio de 'Elyón, será habilitado, se le concederá morar bajo su sombra, el amparo y la defensa de 'El-Shadday."

Vean como adquiere mayor profundidad el versículo al ir al idioma original, en este caso el hebreo. Ahora lean todo el Salmo 91, y verán que tomará una mayor relevancia, cómo estamos nosotros con el Señor, nuestra responsabilidad de lo que hacemos y vivimos, para vivir en diseño Salmo 91. Y ya no solo declarar por declarar Salmo 91 para que se cumpla en mi vida, sino yo cambiar cosas, dejar cosas del viejo hombre en la cruz de Cristo.

Debemos vestirnos del nuevo hombre que nos dice el Apóstol Pablo en Efesios 4:24, y viendo los versículos siguientes al 24, esto no es algo mágico. Uno debe comenzar a cambiar su vida, y claro, ahora posicionados en Cristo y el Padre. Pero que el cambio no ocurrirá "mágicamente" solo por declararlo, o decir "oh Señor, aquí estoy, tú me conoces, sabes todos mis defectos, me entrego a tí y límpiame en este momento", sin uno haber obrado nada; esto no es un spa de limpieza donde voy, me acuesto, y me dejen impecable sin mover un dedo, sin dejar el viejo hombre para vestirme del postrar Adán, en cada área y obra de mi vida.

Volviendo a Salmo 91:1, este abrigo, en lo secreto, como protección, "en lo secreto" lo vemos también en Salmo 27:5, con la palabra "en lo reservado" que es la misma palabra en hebreo que se utiliza:

"Porque Él me esconderá en su refugio en el día del mal, Me ocultará en lo reservado de su Tienda. Me pondrá en alto sobre una roca."

Habitar en Él, es en la Roca que es Cristo. Debemos permanecer en Él. Dios te lleva a su refugio, pero como vimos en Salmo 91:1, hay que permanecer en lo secreto, en lo reservado de su Tienda, que en Salmo 27:5 Tienda en hebreo significa también Tabernáculo. Y allí, "me pondrá", luego de permanecer, estaré en lo alto en Cristo que es la roca de Dios.

Salmo 91 en su versículo 9, también nos muestra otra condición, por haber uno permanecido, por haber uno no soltado al Señor:

"Por cuanto has puesto a YHVH, que es mi refugio, A 'Elyón, por habitación tuya."

Y luego Salmo 91:10 hasta el final vemos las grandes bendiciones al vivir el versículo 9. ¡Qué tremendo, léanlo!

Y el habitar en lo secreto, su abrigo, su refugio, el Padre nos mostrará sus profundidades, Salmo 51:6:

"He aquí, Tú deseas la verdad en lo íntimo, Por tanto en lo secreto hazme conocer sabiduría."

En los tiempos separados para lo secreto de Dios, no olvidar Salmo 100:4; comenzar estos tiempos personales, familiares, en el hogar con alabanza.

Y es que, en la importancia de no dejar de congregarnos, y tener estos tiempos preciosos todos como un solo Cuerpo de Cristo, con preciosas alabanzas con cientos y miles de Hermanos, donde vemos el cielo abierto y bajar revelación del Señor, también debemos levantar en nuestro hogares estos tiempos en lo secreto en el Hijo y el Padre, comenzando con la adoración.

En lo secreto Él también nos responde, y es algo que no debemos dejar de hacer. Es muy importante tener estos tiempos personales también, Salmo 81:7:

"En la angustia clamaste, y Yo te rescaté, Te respondí en lo secreto del trueno, Te puse a prueba junto a las aguas de Meriba. Selah"

Sí, "en parte vemos y en parte profetizamos", pero la vida de un Hijo de Dios, para escuchar el Padre, no es sano depender siempre de otro Hermano para escuchar su voz para cada cosa, cada situación; y es que Jesús nos dijo, "mis ovejas siguen mi voz, y me siguen"; entonces, si no escucho su voz, no la reconozco, no sé si es su voz, la mía, o la del diablo, ¿cómo lo seguiré? Ten tiempos de sanidad si estás viviendo lo anterior, vuelve a ver las Columnas 1 y 2 y no te alejes del Cuerpo de Cristo.

Así también, El Señor busca que ciertas cosas sean en su secreto, y no andar "mostrándolas" al resto:

Mateo 6:3-4:

"Pero tú, cuando des limosna, no sepa tu izquierda qué hace tu derecha, para que así tu limosna sea en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará."

Mateo 6:6:

"Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento interior, cierra con llave tu puerta y ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará."

Mateo 6:17-18:

"Pero cuando tú ayunes, úngete la cabeza y lávate la cara, para que no parezca a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. "

Quizás sea duro el cambio, pero comienza de a poco.

Voy a dar un diseño que puede ser de punto de partida para el tiempo en los hogares, pensando en los que no somos "a tiempo completo" que se dice, por quienes estudian y/o trabajan o tienen alguna empresa:

Comienza con 30 minutos diarios en al menos los días en que no tienes reunión en la congregación, dividiendo este tiempo en tres partes:

  • La primera parte sea de adoración.
  • La segunda sea de interceder: Orar por uno, el hogar, la congregación, los gobernantes y/o la nación; lo que el Señor vaya mostrando y guiando.
  • La tercera parte sea para leer las Escrituras, recibir revelación.

Y aumenta este tiempo 10 minutos cada dos semanas, hasta completar 1 hora.

Ahora, no hay que ser "cuadrado" en esto. Dividir este tiempo en tres partes, no necesariamente en partes iguales de tiempo cada parte. Si llegas a la hora, quizás un día el Señor te muestre 40 minutos de solo adoración, luego 15 minutos de orar, interceder, y después el Señor solo te lleve a un versículo con revelación. Y quizás un día el Señor te lleve a más de una hora, y al siguiente menos de una hora, pero no enfriarnos. Así también hay eventos excepcionales, como navidad y año nuevo, en que nuestros familiares nos invitan a sus casos, para no estresarnos en que un día no tuvimos el tiempo, ya que no menos importante es la obra de ser luz para nuestras familias, y compartir con ellos de lo que Dios nos ha dado; por eso digo no ser "cuadrados" con esto, pero no enfriarse ni perder la costumbre de tener en el hogar estos tiempos en lo secreto con Dios.

Y este diseño, lo doy para comenzar a vivir estos tiempos en lo secreto, como punto de partida que comentaba. Luego madurando en Cristo, que el Padre te de el diseño cada día. Y puede que un día sea solo adorarle. O que otro día salgas a recorrer tu barrio adorando y orando por el territorio donde vives. Hay muchos diseños en el Padre para los tiempos personales con Él. Pero veo que para comenzar, deben estar presentes, primero la adoración, y luego la intercesión, terminando con revelación del Padre; y verás cómo estos tres se irán conectando hasta ser uno solo.

Verás con el tiempo que no se trata de ir tras las bendiciones, de correr, agotado. Tendrás en tu vida una relación más sana como Hijo de Dios, con el Padre y con Cristo. Y tendrás paz. Vendrá un día malo, pero posicionados en Él, con su armadura, ceñidos nuestros lomos en Él, la Verdad, la Palabra, la Vida, saldremos victoriosos y con recompensa, para ir a mayores alturas; de gloria en gloria, de victoria en victoria. Así sea, a nivel personal y de hogar, como a nivel de Iglesia. Amén.