Comerse el pan añejo

Veamos el pan de cuando Jesús nos enseña a orar en Mateo 6:9-13, que vemos en el versículo 11:

"El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy."

La figura del pan es tremenda en Cristo. En el mismo Evangelio de Mateo, vemos anterior a este pasaje, a Jesús referirse al pan cuando fue tentado en el desierto, Mateo 4:3-4:

"Y llegando el tentador, le dijo: Ya que eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. Pero Él, respondiendo, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."

Cristo es la Palabra que sale de la boca de Dios, y es el pan vivo. Y como dice en 1 Corintios 10:16-18, la importancia de comer pan viviendo como Iglesia, el Cuerpo de Cristo, participamos del único pan que es Cristo.

En el desierto tras salir de Egipto se comió el maná; maná que en hebreo significa "qué es esto". Este era un tipo de harina con la que cocinaban pan y otros alimentos.

Pero Él, el Hijo del Dios viviente, no es un pan corriente. Y este contraste lo vemos en Juan 6:47-50:

"De cierto, de cierto os digo: El que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Éste es el pan que desciende del cielo, para que quien coma de él no muera"

Jesús les está diciendo, yo soy el pan revelado, el pan del cielo. Además les dice la figura del maná, ya que el maná también caía del cielo, y Cristo viene del cielo.

Y lo anterior se explica mejor, con los versículos anteriores, nadie ha visto al Padre sino al Hijo, versículo 44 al 46 del mismo capítulo Juan 6:

"Nadie puede venir a mí si el Padre que me envió no lo atrae, y Yo lo resucitaré en el día postrero. Está escrito en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Todo el que oyó de parte del Padre, y aprendió, viene a mí. No que alguno haya visto al Padre, excepto el que es de parte de Dios. Éste ha visto al Padre."

Y si ven versículos anteriores, decían discutiendo, "no es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos".

Jesús les muestra "yo soy el maná", es decir, "yo soy el qué es esto". Pero ahora no en esta fase de estas décadas en el desierto que fue fruto de la incredulidad, con un pan de misericordia para que no perecieran y que se echaba a perder. Ahora se recibe otro pan, el cual jamás puede ser recibido con incredulidad, y es un pan de vida eterna, revelado por el Padre. Se abre otra época, el nuevo pacto, con Cristo que nos resucita, creyendo en el enviado, el Hijo, y viéndolo a Él poder ver al Padre; y al conocerlo, tener la vida eterna, Juan 17:3:

"Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesús el Mesías, a quien enviaste."

Por esto en el desierto, por incredulidad, sin acercarse a Dios, no tuvieron acceso al pan eterno, solo podían comer del "que es esto", del "maná", porque no habían vivido la revelación de Cristo, por como no obedecieron a su voz.

Hay eso sí, un pasaje, un momento en el antiguo pacto, de muchos que pueden haber, que un hombre come del pan y el vino, de la carne y la sangre de Jesús. Y esto sucede con Abraham tras su primera victoria con Dios; Génesis 14:17-21:

"Después que regresó, tras derrotar a Quedorlaomer y a los reyes que estaban con él, el rey de Sodoma salió a su encuentro en el valle de Savé, que es el valle del Rey. Pero Melquisedec, Rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino, y lo bendijo diciendo: ¡Bendito sea Abram por el Dios Altísimo, poseedor de cielos y tierra, y bendito sea el Dios Altísimo, quien entregó a tus adversarios en tu mano! Y le entregó el diezmo de todo. Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas y toma para ti los bienes."

Entonces, mientras el rey de Sodoma venía al encuentro de Abraham, de un versículo a otro, Abraham está con Melquisedec. No dice, "vino al encuentro Melquisedec", o que vino por tal lugar, o que lo encontró en el camino, no se habla de desplazamiento natural alguno como se hace con el rey de Sodoma que "sale a su encuentro en el valle de Savé". Hay un quiebre del espacio tiempo, donde inmediatamente Melquisedec se encuentra dando pan y vino a Abraham cuando el rey de Sodoma sale a su encuentro. Abraham es desplazado del tiempo cronológico y del lugar donde estaba. Mientras el rey de Sodoma sale a su encuentro, "de la nada" está frente a frente a Melquisedec comiendo de su pan y tomando de su vino. Luego de terminado con Melquisedec, sigue el tiempo cronológico, Abraham vuelve a donde estaba antes de estar con Melquisedec, donde el rey de Sodoma sale a por él y se encuentran.

Con Melquisedec, lo que Abraham le entrega tras su batalla es de la conquista, del botín. Lo que le entrega es algo de la creación, llámese tesoros o botín, que le entrega a Jesús. Este hecho es uno de los primeros intercambios de lo caído, de lo redimido, por conquista de un Hijo de Dios, hacia El Padre por medio de Jesús. Es también un acto de adoración.

Es un suceso tremendo. Más de este tremendo diseño, lo pueden ver en mi primer libro "Reyes con Amnesia", en la "Habitación 5: Gustando la vida, gustando la muerte - El Padre come de los frutos de sus Hijos", que pueden encontrar en mi sitio web SeDespiertan.com.

Pero para esta Columna, lo clave es que, aún en lo cronológico cuando no era el tiempo del pan y el vino del Señor, su carne y su sangre, del tiempo de la cruz, por la victoria de Abraham viviendo en el pacto de Dios, Abraham recibe este pan nuevo, que nunca antes el Señor le había dado.

Hay un solo pan de vida que es Cristo, pero hay un pan nuevo cada día como vemos en Mateo 6:11, donde no es de la provisión de alimento que se habla, sino de lo nuevo de Cristo cada día; y antes de esta parte de la oración por el pan tenemos el versículo 10:

"Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, también en la tierra."

Y esto nos habla del ministerio de la reconciliación de todas las cosas, así en el cielo como en la tierra, que para completarla, se necesita de Cristo, Colosenses 1:20:

"Y por medio de Él reconciliar consigo mismo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz por medio de Él, por la sangre de su cruz."

Esta es una obra para la Iglesia. Solo la Iglesia, su Cuerpo, tiene acceso a su carne y a su sangre. Dios tiene una voluntad para con el cielo como con la tierra, pero estas antes deben ser reconciliadas por la Iglesia en Cristo. Y cada día Dios tiene un nuevo diseño, cada día necesitamos lo nuevo de Cristo para esta obra.

Este es el pan que necesitamos cada día.

Pero hay un principio en Dios, en su Reino, para avanzar en el pan nuevo cada día: Así como subimos de nivel en el colegio, si no estamos aptos para el siguiente nivel, lo repetimos.

Y es que cada vez debemos ir a mayores niveles, y "no repetir el curso", no repetir la enseñanza, no repetir años y hasta décadas viviendo sin cambios que den cuenta de fruto se crecimiento, y con los mismos problemas en nuestras vidas.

Y sí, el Señor es misericordioso, para siempre es su misericordia, Salmo 136, pero otra cosa es quedarnos estancados.

De nosotros han de correr ríos de agua viva, pero si no avanzamos, no hay nuevas aguas; las aguas estancadas se contaminan y de nada sirven luego para vida.

Ejemplo de estancarse, es de lo que también vimos en la Columna 3 anterior, y tan importante y clave es este testimonio para no volver a repetirlo, que volvámoslo a leer:

Hebreos 5:11-14:

"Acerca de esto tenemos mucho que decir y difícil de explicar, porque os habéis hecho tardos para oír, porque debiendo ser ya maestros, en razón del tiempo, tenéis necesidad de que alguien os enseñe otra vez los primeros rudimentos de los oráculos de Dios, y habéis venido a ser como los que necesitan leche, y no alimento sólido. Porque todo el que usa de leche, es inexperto en la palabra de justicia, porque es recién nacido; pero el alimento sólido es de los perfectos, de los que por la práctica, tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal."

Vemos también de no ser maduros en el tiempo correcto, en 1 Corintio 3:1-3 que nos habla Pablo:

"Y yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en el Mesías. Os di a beber leche, no alimento sólido, porque no erais capaces, ni aún ahora sois capaces. Porque aún sois carnales, pues habiendo entre vosotros celos y contiendas, ¿no sois carnales y andáis como humanos?"

Estos dos pasajes anteriores, son el escenario de la repitencia. Y esto trae conflictos futuros.

No puedes seguir avanzando, no puedes seguir con el alimento más maduro, con un pan más elaborado; te quedas en la leche y nunca pruebas el alimento sólido.

Y para ir a las batallas, vaya que se necesita comer alimento sólido como la carne; no pueden ir a la guerra los que solo toman leche.

Pero no hay que avergonzarse, todos tenemos nuestras áreas difíciles, complejas, quizás estancadas por meses, años o décadas. Pero sé animado en avanzar, no olvidando lo que vemos en Hebreos 2:1:

"Por lo cual debemos dar más solícita atención a las cosas que fueron oídas, no sea que las dejemos escurrir."

No dejar escurrir la Palabra que se nos ha entregado, el pan. Seamos diligentes también en lo recibido, Dios habla de muchas formas, no siempre audiblemente. O en otros extremos, haber recibido algo de Dios, por medio de algún Hermano o líder del Presbiterio por ejemplo, y "esperar una confirmación", donde esperas que poco menos el cielo se abra y Dios te hable; sé fiel a lo que has recibido, no lo dejes escurrir.

Quizás tome tiempo comerse el pan añejo, pero desde el día 1 que comiences a comértelo, hacer lo que tienes que hacer, dejar cosas, restaurar, o lo que sea en el diseño del Señor, tu vida irá mejorando, y viendo con mayor claridad cada vez lo que viene del Padre para tu vida.

Y no olvides los principios de las Columnas 1 y 2, que son fundamentales para ello, ya que también puedes estar desconociendo cuál es el pan añejo en el que estás al debe. Y podría ser algo crítico, si es algo que el Padre ya te ha dado, y has descuidado y hasta olvidado; por ello importante en la Iglesia, el Presbiterio, por nombrar uno de los principios vistos en estas primeras dos Columnas.

Hay un caso que ya muchos conocen, de no comer el pan fresco, dejarlo pendiente.Y este es el caso de una revelación que viene también con acción de ir a un lugar a predicar, y es el caso de Jonás. Veamos:

El pan fresco, Jonás 1:1-2:

"La palabra de YHVH llegó a Jonás ben Amitay, diciendo: Levántate y vete a Nínive, la gran metrópoli, y proclama en ella que su maldad ha llegado hasta mí."

Jonás escapa de su llamado, y en poco tiempo, genera caos, que no solo le afecta a él, sino a quienes están a su alrededor; en este caso, la tormenta en la barca que vemos en los versículos a continuación. Y esto es muy importante, ya que no comer el pan a tiempo, no solo me irá afectando a mi, sino a todos los que me rodean, comenzando con mi familia por sobre todo y seres queridos más cercanos.

Pero Jonás reconoce su situación y lo declara a todos en el barca; mismo capítulo Jonás 1, versículo 10:

"Aquellos hombres entonces tuvieron gran temor, y le preguntaron: ¿Por qué has hecho esto? Porque los hombres se enteraron de que estaba huyendo de la presencia de YHVH, pues él se lo había declarado."

Luego, para quienes estaban en el barco con Jonás, la única solución para ellos fue lanzarlo al agua. Y viene después el acontecimiento con el gran pez que se lo traga por 3 días y 3 noches; tiempo que es también de la profecía, del tiempo que estaría Jesús en el corazón de la tierra, Mateo 12:40, tras morir en la cruz.

Vemos que en el capítulo 2 siguiente, todo el capítulo es el arrepentimiento de Jonás dentro del gran pez que lo había tragado. Y vemos como clave aquí el sacrificio de alabanza, y como sabemos que Dios quiere que le adoren, en Espíritu y en Verdad.

No lo voy a colocar acá por lo extenso, y sea un tiempo para que también medites en ello: Lee Jonás 2 completo. Este es el inicio de todo Hijo de Dios que ha visto el pan añejo que aún no se ha comido y que ya ve debe tomarlo, junto a todo lo malo que acontece en su vida y alrededor de su vida; todo eso malo por no avanzar, por ser tardo para oír, por ser de los que solo consumen aún leche, y no pueden ir ni menos ganar batallas.

Vemos luego Jonás 3, tras arrepentirse Jonás y volver al camino, a comer ahora el pan añejo, Dios le vuelve a hablar y vuelve a mostrarle el pan para que lo coma, le muestra lo que tenía que hacer, y Jonás actúa, y todo Nínive y su rey se vuelven a Dios de su mal camino.

Importante lo anterior, desde que decide no obedecer, Dios no le habla, hasta que se arrepiente, y vuelve al llamado, comerse el pan añejo.

Jonás 4 es clave; vemos que Jonás pese a obedecer el llamado, la obra que Dios le da, no termina por entender porqué fue enviado a este pueblo, como que no lo merecían pensaba, y vemos todo lo que vive con la calabaza, para el Señor mostrarle, revelarle, la situación del corazón de Nínive, y porqué debía ir. Puede que lo que Dios te ha mandado a hacer no te parezca y/o no lo entiendas, pero Dios te pide creer. Eso sí, como comentaba, los diseños de la Columna 1 y 2, la importancia de movernos como Cuerpo de Cristo, el presbiterio, entre otros fundamentos del Cuerpo que somos uno solo; que aquí no hay "llanero solitario", y que uno separado de la Iglesia no sabrá todo lo que hay que hacer; y es que "en parte vemos y en parte profetizamos" como dice en las Escrituras, para que aprendamos a vivir y movernos como Cuerpo de Cristo.

Es importante entonces hoy en el nuevo pacto que vivimos con el Padre y el Hijo Cristo Jesús, movernos en diseño, y ver cómo caminar en la obra de Cristo. Tenemos este testimonio de Jonás, no la pasemos mal, no seamos tardos para oír y obedecer.

Hebreos 12:1-2:

"Por lo cual también nosotros, teniendo alrededor nuestro una tan grande nube de testigos, desprendiéndonos de todo peso, y del pecado que nos asedia, corramos con paciencia la carrera que nos es puesta delante, puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe; el cual, por el gozo puesto delante de Él, soportó la cruz, y despreciando el oprobio, se ha sentado a la diestra del trono de Dios."

Profundicemos parte por parte Hebreos 12:1-2, en los principios que vemos aquí:

"Teniendo alrededor nuestro una tan grande nube de testigos"

No estamos solos. Como un solo Cuerpo de Cristo, no solo aquí en la tierra, con todo lo que hay en la Jerusalén celestial a la que nos hemos acercado que vemos desde Hebreos 12:22.

"Desprendiéndonos de todo peso, y del pecado que nos asedia."

Peso en griego es "ogkos", que significa masa, pero una en el sentido de doblarse o encorvarse por su carga. También significa carga en el sentido de estorbo. No confundir este peso con lo que es carga dentro de la obra de Dios, la cual es la carga de Cristo que es ligera, Mateo 11:28-30, y el soportar la carga unos con otros como Cuerpo de Cristo, Gálatas 6:2. La carga en Cristo no es un peso que nos dobla, encorva, y de estorbo; y es que también las situaciones difíciles que son del Señor, son de las que podemos soportar y salir, 1 Corintios 10:13.

Debemos diferenciar ese peso de obras, decisiones, acciones, y más, que hemos obrado en nuestras vidas, y que nunca vinieron de Dios para nosotros. Y el Señor quiere que nos desprendamos de estos pesos ogkos; y este proceso de desprenderse sea uno guiado por Dios, porque, para dar un ejemplo, si tengo una bala incrustada en el cuerpo, debo primero analizar en qué órgano está, y de acuerdo a esto, habrá un método de extracción de la bala, y luego vendrá el proceso de sanación del área afectada. Así procedamos con el discernimiento y la guía del Espíritu Santo, apoyándonos también unos con otros como Cuerpo de Cristo, al desprendernos de estos pesos, de estos ogkos, para que no sea un mal proceso en el que cometamos otras acciones que Dios no ha mostrado, y no sea que el estado postrer pueda ser incluso peor que en el que estábamos.

Pecado viene de "hamartia", que significa también "herrar en el blanco"; es decir, pecado no solo como robar y matar. Si Dios no te ha mandado a una nación a predicar, y tu llamado en este momento es otra obra y en otro lugar, por decir por ejemplo, estás errando en el blanco, estás pecando.

Asedia viene de "euperistatos", que significa también rodear por todo lado, en el sentido de un competidor, estorbar en toda dirección a un corredor. Y se ocupa este verbo sobre estorbar por todo lado y dirección en una carrera, como vemos el llamado a correr la carrera de este pasaje.

Veamos la profundidad del contexto en el que uno puede estar pecando, para correr esta carrera; examinémonos en Cristo y el Padre.

"Corramos con paciencia la carrera que nos es puesta delante, puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe"

Paciencia en griego es "hupomone", que significa resistencia o aguante, pero uno alegre o esperanzado; también constancia con una profundidad de esta en paciencia y perseverancia.

En esto, no seamos como dice Pablo en Efesios 4:14, no ser fluctuantes:

"Para que ya no seamos niños fluctuantes, zarandeados por las olas, llevados a la deriva por todo viento de doctrina, por la astucia de hombres que emplean con maestría las artimañas del error."

Así tener los ojos en Jesús es crucial. Y es que puede que en una congregación, un líder cometa un pecado enorme, o un pastor incluso lo haga, pero no te puedes desanimar y dejar el camino de Cristo, no puedes culpar a ese evento, del cuál no tuviste alguna relación en que ocurriera, para apartarte del amor del Padre. Es un error. Y te animo a que no lo hagas, porque hay recompensa, Jeremías 17:5-8:

"Así dice YHVH: ¡Maldito quien confía en el hombre y se apoya en un brazo de carne apartando su corazón de YHVH! Será como retama en el desierto, Y no verá cuando viene el bien, Sino que habitará lugares secos en el desierto, En tierra salitrosa y deshabitada. Bendito aquel que confía en YHVH, Y cuya confianza está en YHVH. Será como árbol plantado junto a las aguas, Que extiende sus raíces junto a las corrientes, y no teme cuando viene el calor, Pues su follaje estará frondoso, Y en el año de sequía no se preocupará, Ni dejará de dar su fruto."

Aquí importante para profundizar también, en este pasaje cuando dice confía en el hombre confía en el hombre, en hebreo la palabra "hombre", es Adán; quien confía en el polvo, para nosotros hoy tras la resurrección, quien vive aún en el viejo Adán, y no en el postrer Adán, en Cristo. Así también en lo que es no poner los ojos en Jesús, y ver antes al hombre.

No nos alejemos de Dios por causa del hombre, para que no dejemos de dar nuestro fruto. Y sí, es algo difícil. Las relaciones con los Hermanos son muy importantes, son a quienes vemos y podemos abrazar en caso de angustia; el Espíritu Santo no te puede venir y abrazar. Y el "contacto humano" por decirlo de una manera, es vital dentro de la relación como Hijos de Dios, como un solo Cuerpo de Cristo. Pero nuestra Fe debe estar cimentada en lo invisible primeramente, Hebreos 11:1-2:

"Y la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Lo es, porque por ella fueron aprobados nuestros mayores."

Y lean muy bueno también, todo el capítulo Hebreos 11 que nos habla de la Fe en Dios.

Entonces sí, es duro cuando alguien en autoridad dentro de la congregación cae, pero hay uno que desde antes de la fundación del mundo ha estado allí por toda la humanidad. Y en quien debemos estar firmes, la Roca, el Cristo el Hijo del Dios viviente. Y es justamente quien es Cristo, su obra, la que no olvidemos, que es como termina este pasaje Hebreos 12:1-2 que estamos viendo:

"El cual, por el gozo puesto delante de Él, soportó la cruz, y despreciando el oprobio, se ha sentado a la diestra del trono de Dios."

Viviendo todo esto, vivimos Efesios 2:6-7:

"Y juntamente con Jesús el Mesías nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos, para mostrar en los siglos venideros la inmensurable riqueza de su gracia, en su bondad para con nosotros en Jesús el Mesías. "

Viviendo estos principios que hemos visto, como así muchos más principios a lo largo de las Escrituras que nos hablan de permanecer en Dios, vivamos cada día Efesios 2:6-7, y todo lo que el Padre tiene para nosotros habitando en la Jerusalén Celestial si permanecemos en Él.

Es con lo que vimos en la Columna 1, con el desarrollarnos en la disciplina en Dios, no una religiosa por lo demás; no haciendo nada sino lo que es vemos al Padre hacer, escuchando la voz del Hijo y seguirlo, para que al verlo a Él podamos ver al Padre. Y siendo fieles a Él y a la obra que tenemos por delante, como Él ha sido fiel eternamente con toda la humanidad, lleguemos a ser maduros para comer el alimento sólido, lo nuevo y fresco de cada día.

En este caminar de gloria en gloria, de victoria en victoria, permaneciendo en Él viviendo todos estos principios, vivimos también 2 Corintios 9:8:

"Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que teniendo en todo tiempo siempre todo lo necesario en todo, abundéis para toda obra buena."

He aquí, que toda añadidura que Dios nos da en la vida, sea material como una casa, o inmaterial como cónyuge e hijos, y temas como la salud, entre otros, que sobre abunde en nosotros, no nos debe sacar del propósito de sobreabundar para toda obra buena. Es decir, todo lo que nos da el Padre que sobreabunde, es para su obra, nos apoya a esta. Y sí, esto incluye los tiempos de descanso, como juego y recreación, una sana y que no nos contamine, que no somos máquinas y necesitamos estos tiempos de refrigerio.

Y esta obra buena que hagamos, siempre debe tener diseño en miras al propósito al cuál todos hemos sido llamados de ser a la misma forma de la imagen de Cristo, que vemos en Romanos 8:29:

"Porque a los que antes escogió, también los predestinó a ser de la misma forma de la imagen de su Hijo, para que Él sea primogénito entre muchos hermanos."

No un poquito, no una parte, sino en toda la plenitud de nosotros, ser a la misma, y repito, a la misma imagen de Cristo. Y este "a ser" en tiempo presente, que es algo para alcanzar en esta tierra, no de algo que debamos mirar a lo lejos y que solo alcancemos cuando hayamos fallecido biológicamente.

La obra que debemos hacer en Cristo la podemos ver en dos niveles, no entendiéndose que uno es más importante que el otro, se necesitan ambos:

Uno, para ser la sal y la luz del mundo que nos dice Jesús, en el que debemos antes ser imagen de Cristo para mostrar a Cristo a quienes aún no han vivido la revelación de Jesucristo el Mesías, y no un sistema religioso; es cumplir el propósito de predicar el evangelio del Reino a todas las naciones. Impartir la revelación de Dios, el Cristo revelado por el Padre, que debemos impartir habiéndolo experimentado primero con este diseño de Mateo 16:17:

"Respondió Jesús y le dijo: Bienaventurado eres Simón bar Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos."

El segundo, para obrar, no hacia el mundo que no lo ha conocido, que es el obrar hacia el Cuerpo de Cristo, en que todo lo que hacemos debe ser para la edificación del Cuerpo de Cristo, 1 Corintios 14:26:

"Entonces, ¿qué hay, hermanos? Cuando os reunáis, cada uno tiene salmo, tiene doctrina, tiene revelación, tiene lenguas, tiene interpretación; hágase todo para edificación."

No que unos sean solo para obrar hacia el mundo, y otros solo para obrar hacia el Cuerpo de Cristo. Puedo estar trabajando en una empresa, siendo sal y luz en el mundo, y también puedo bajar revelación y escribir libros para edificar el Cuerpo de Cristo, por ejemplo.

Donde trabaje debe ser algo en luz de cara a las Escrituras, y en principios como la justicia del Padre, que son cimientos del trono del Hijo, y no obrar en iniquidad, Salmo 89:14:

"La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono, La misericordia y la verdad van delante de tu rostro."

Por ejemplo, las forestales en Chile, han traído monocultivos, con plantaciones que no son de estas tierras, como los pinos, que son para otros climas y han acidificado y secado las tierras, y ante un incendio, intencional o no, y así con otras especias introducidas, se generan ambientes propicios para incendios que arrasan hasta con sectores urbanos, con cientos de muertos.

Y así con cada rubro y oficio, debemos preguntar al Padre. Y sí, puede que algo sea legal para el mundo, pero nuestra justicia debe de ser mayor que la de este mundo; cumplimos claro está, la ley del mundo en todo lo bueno, y la ley, la justicia del trono del Padre.

O es que estamos, o no estamos en el Reino de Dios. No puedo decirle al Padre, que para las bendiciones quiero todo lo alto del cielo, pero en lo que trabajo la medida de justicia se baje al nivel de las leyes del hombre caído. De lo contrario eso es ser un convertido bipolar, un tibio como vemos en Apocalipsis. Y así con cada área de justicia; vivamos en cada área de nuestras vidas, con la naturaleza del Padre de Salmo 89:14.

Y en cuanto a trabajar en los rubros que tienen que ver con contaminar la creación, es un tema delicado, ante el llamado de la obra que tenemos por delante por la tierra: Vemos que con la Cruz, el Señor no liberó la tierra, sino que esta redención es obrada por los Hijos de Dios, Romanos 8:21:

"De que también la creación misma será liberada de la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios."

Más del diseño de liberar la creación, lo veremos en la Columna 8 más adelante.

Pero este principio al menos sea claro, que es obra de la Iglesia liberar a la tierra, la creación, lo que incluye su contaminación en ella. Por esto es grave que un Hijo de Dios por sus obras contamine aún más la tierra; y claro, no olvidar la contaminación no solo física, también la provocada por el pecado, como vemos literalmente en Isaías 24:20, uno de los efectos en la tierra por el pecado. No se diga entonces, por ejemplo:

"Es que heredé de mis abuelos este terreno de varias hectáreas, lo llené de plantaciones de pino y he ganado millones. Salimos de la pobreza. Y si es una bendición que ha sido de gran provisión, es porque Dios lo permitió. Incluso ofrendé para la Iglesia varios millones, y construímos un nuevo lugar para reunirnos."

Pensamientos como el anterior, pueden darse. Algo no por el solo hecho de darnos prosperidad es que viene del Señor. Recordemos que el diablo en el desierto tienta al Señor en muchas cosas, y de ellas el darle los reinos de la tierra, lo que es un tipo de prosperidad de poder. O en lo material con la tentación con los alimentos por el hambre. No nos dejemos engañar por el diablo.

Si uno está en el rubro equivocado, en el Señor está la libertad, 2 Corintios 3:17:

"Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad."

En este mismo principio, es que debemos estar en las cosas del Padre, Lucas 2:46-49:

"Y aconteció que después de tres días, lo hallaron en el templo, sentado en medio de los maestros, no sólo oyéndolos, sino también haciéndoles preguntas. Y cuantos lo oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. Y al verlo, se sorprendieron, y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos hiciste esto? ¡He aquí tu padre y yo te hemos buscado angustiados! Les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que esté en las cosas de mi Padre?

Frase clave: ¿Por qué me buscabais?

Jesús no se había perdido. Él estaba en las cosas del Padre. A Jesús se le encuentra si uno está en las cosas del Padre. Nada hace el Hijo sino es lo que ve al Padre hacer. Por lo que nunca perderemos de vista a Cristo, y siempre lo encontraremos, si hacemos lo que vemos al Padre hacer.

Recordemos también lo visto en la Columna dos, los principios para caminar en Dios, y sobre todo el apoyo en los Hermanos maduros en el presbiterio, para salir de situaciones complejas; en amor del Padre, somos un solo Cuerpo, vivamos así, en lo bueno y en lo malo, apoyándonos unos a otros.

Siguiendo el relato de los padres de Jesús que lo fueron a buscar, y Él decirles que porqué lo buscaban y que es necesario estar en las cosas del Padre, el versículo siguiente Lucas 2:50 nos dice que sus padres no entendieron lo que les habló. Aquí clave es el temor, la angustia con que lo buscaban que vemos en María y José. El miedo te cierra a oír y ver a Dios. El miedo es enemigo de la libertad, el miedo son cadenas. Volvamos a leer 2 Corintios 3:17:

"Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad."

Con temor, angustias, que nos lleva a esclavitud de las tinieblas, el Espíritu Santo no se puede mover libremente, y dificilmente vendrá la revelación sobre uno para atender cuáles son los asuntos del Padre. Por ello también, vuelvo a reiterar, los principios de las Columnas 1 y 2, y el apoyo del presbiterio, sobre todo ante situaciones que no se ve la salida.

Debemos permanecer en Él para estar en su amor perfecto, y quede fuera el temor, 1 Juan 4:16-18:

"Y nosotros hemos conocido y creído en el amor que Dios tiene hacia nosotros. Dios es amor, y el que permanece en el amor, permanece en Dios, y Dios permanece en él. En esto ha llegado a la perfección el amor entre nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio: que como Él es, así somos nosotros en el mundo. En el amor no hay temor, antes bien, el perfecto amor echa afuera el temor, pues el temor lleva en sí mismo castigo, de donde el que teme no ha sido perfeccionado en el amor."

Es clave como comienza el pasaje anterior, y muchas veces solo se lee "En el amor no hay temor, antes bien, el perfecto amor echa afuera el temor,...". Debemos pesar la importancia de: "Y nosotros hemos conocido y creído en el amor que Dios tiene hacia nosotros. Dios es amor, y el que permanece en el amor, permanece en Dios, y Dios permanece en él." Este es un mensaje para los creyentes. Ya lo hemos conocido, ya hemos recibido luz y Su salvación. Pero ahora de nosotros es el permanecer. Es una acción que habla de posición. No "ora al Señor para que te mantengas en sus manos". Es responsabilidad de uno, de las decisiones, de las acciones que uno tome, si estas estarán dentro o fuera de Dios. Así también, el amor de este pasaje, no es el amor como lo entiende el mundo, literalmente nos dice, "Dios es amor"; si alguna obra no está en la justicia del Padre por ejemplo, aunque para el mundo sea una obra de amor, no es el amor que es Dios.

Y así también, el ser limpios y tener comunión como Cuerpo de Cristo, que solo se cumple si caminamos en su Luz, permanecer en Él, como vemos en 1 Juan 1:7.

Es un tema de obediencia, como vemos también en Proverbios 3:1-4:

"Hijo mío, no olvides mis enseñanzas, Y tu corazón guarde mis mandamientos. Porque largura de días, y años de vida, Y paz te aumentarán. Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad, Átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón, Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y del hombre."

Son tremendas las promesa de este pasaje; largura de vida y gran paz, gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y del hombre. Pero identifiquemos la condición, el principio que debemos tener de no salirnos de Él que vemos en los versículos 1 al 3; solo si estamos en Él, guardando sus principios sin apartarnos, se cumplirá el versículo 4.

Es duro. Pero tenemos que ver que todo lo que hagamos debe ser a la luz de Cristo.

Trabajar en un área laboral que el Señor muestra que trae iniquidad a la tierra y/o a los ciudadanos, nos hace partícipe de estas obras, del área laboral en la que me desenvuelva. Esto puede traer una situación más grave de estancamiento de no comernos el pan añejo en nuestras vidas.

Es muy buena también la bendición de la provisión que vemos en Mateo 6:25-34, y nos da paz en no afanarnos por las cosas de la vida como el alimento y el abrigo. Pero la clave, lo que debemos hacer, además de la Fe que vemos en el versículo 30, es también con la Fe en acción que vemos en el versículo 33 de este pasaje:

"Buscad, pues, primeramente el reino y la justicia de Él, y todas estas cosas os serán añadidas."

"Buscad", en griego, es "zeteo", significa buscar, y en un sentido hebreo, en una dirección en adoración a Dios. Todo lo que hago debe ser adorarlo a Él.

Es importante buscar el Reino de Dios, que tiene muchos principios que vemos en este libro, y todo en su justicia.

Y en cada área que operemos, dentro en la Iglesia como Ministros, o fuera en el mundo también como Hijo de Dios, como estudiante, trabajador, empresario, voluntario, etc..., llevamos una carga ligera. Mateo 11:29-30:

"Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga."

El versículo es importante, y debiera de ser de paz para todos los Hijos de Dios. Y debemos diferenciar del "ogkos" que vimos en Hebreos 12:22; porque su carga es ligera, no es un ogkos, un peso que te encorva, que te quiere tirar al piso. Debemos examinarnos en el Señor.

Sí, puede venir un día malo, pero también somos llamados a salir victoriosos de los días malos como vemos en Efesios 6:13-17, con la armadura de Dios, la cuál antes como vemos en versículo 14, debemos estar posicionados en Él, " firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad", la verdad que es Cristo; es el mismo principio de nuestra responsabilidad de nuestra posición, de no salirnos del Hijo y el Padre, que vemos en 1 Juan 1:7.

Si todos los días no te son fáciles en las obras que realizas, sean estas hacia la Iglesia o en el mundo como trabajar en una empresa, y sientes una carga pesada constante, y pasan los meses y los años con lo mismo, pide ayuda al presbiterio, no te lo guardes. Si es un peso que te tira para abajo, ese "ogkos". Una cosa es sufrir en el mundo las burlas y persecución por causa de Cristo, pero otra es llevar el peso de las obras fuera de la luz de Cristo, al hacer lo que el Padre NO nos ha mostrado hacer y/o mantener, cargando con aquello que Dios no quiere que esté en nuestras vidas.

Vemos también que Jesús vino a romper la maldición de Génesis 3:19, de comer con el sudor de la frente y que del polvo somos y a este volveremos, recordando que Adán significa en hebreo tierra rojiza. Pero en la resurrección de Cristo, vivimos en Él, el postrer Adán, 1 Corintios 15:45:

"Así también está escrito: El primer hombre, Adam, fue hecho un ser viviente; el postrer Adam, un espíritu vivificante."

Ya no somos polvo, no volveremos al polvo, y estamos ya sentados en lugares celestiales y resucitados, Efesios 2:5-6:

"Aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con el Mesías (por gracia habéis sido salvados), y juntamente con Jesús el Mesías nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos."

Y nuestras obras al terminar el día no nos deben de dejar agotados, con el sudor de la frente; el yugo de Cristo es fácil y es ligera su carga. Pero vemos que en Mateo 11:29-30 hay una condición que está en el "aprended" de Cristo que vemos también en este versículo.

Hemos visto hasta ahora en esta y las anteriores columnas, principios del Hijo y el Padre en el que tenemos que permanecer, ser obedientes, y ver en la posición en que estamos, dentro o fuera de Dios. Y es que, una cosa es no comerse el pan añejo, pero otra cosa es cuando ya ni siquiera tenemos el pan añejo a la mano al estar fuera de Dios, porque el Señor no permite que uno coma de Él si uno es partícipe de una iniquidad.

El Apóstol Pablo nos dice que nos examinemos al tomar su sangre y comer del cuerpo de Cristo. Porque aún muchos duermen advierte Pablo, como vemos 1 Corintios 11:27-32:

"De manera que cualquiera que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe sin distinguir el cuerpo, juicio come y bebe para sí. Por esto hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y bastantes duermen. Si, pues, nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; pero siendo juzgados, somos disciplinados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo."

El llamado del Apóstol Pablo es examinarnos, ya que si permanecemos en Él, no se es juzgado, como vemos también en, Juan 3:18:

"Quien cree en Él, no es juzgado; el que no cree, ya ha sido juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito Hijo de Dios."

Pero importante, no es creer por creer, porque aún los demonios creen que existe Cristo y tiemblan a su voz; veamos versículos 19 al 21 siguientes de Juan 3:

"Y esta es la acusación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus obras eran malas. Porque todo el que practica lo malo, aborrece la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean expuestas. Pero el que practica la verdad viene hacia la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios."

Es el mismo principio de 1 Juan 1:7. Entonces muchos dicen creer, pero debe ser este creer al vivir en su luz, cada área de mi vida; o se es frío o caliente. Y en esto la importancia de examinarnos que vimos en 1 Corintios 11:31, este permanecer en Cristo, que es responsabilidad de uno.

Bajo esta verdad, pesemos el examinarnos que nos llama Pablo a la hora de comer la carne y la sangre del Señor, donde Pablo incluso dice: "Por esto hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y bastantes duermen." El "duermen" en griego es "koima", que significa también figurativamente morir; recordemos que muerte es separación de Dios, el pago del pecado es la muerte dice el Señor en sus Escrituras. Si estoy en pecado, estoy en separación, soy de los que duermen. Y Pablo comenta, bastantes que habían que duermen. Y por otro lado cuando Pablo dice "muchos", por los débiles y enfermos, en el griego es "polus" cuyo significado denota gran cantidad, como decir "mayormente", "en abundancia".

Como nota, y no se mal entienda, si bien en esta columna hablé sobre el trabajar en un área que contamina la creación, en el caso del ejemplo de forestales con cultivos que nunca han sido de un territorio, por ello no digo que el rubro forestal es malo en sí mismo si se hace con buenas prácticas medio ambientales. Y así por este ejemplo, el estar fuera de Dios puede no solo ser por algo del trabajo; sea un pecado que ha permanecido y se ha vuelto en rebelión en mí por ya practicarlo a conciencia de forma rutinaria, alguna iniquidad que se ha mantenido en alguna otra área de mi vida familiar y/o congregacional, no haber obedecido a lo que el Padre me ha llamado, entre otras situaciones.

Comerse el pan añejo y comer el pan nuevo de cada día, lo nuevo y fresco del Señor cada día, involucra estar constantemente examinándonos, porque podemos caer en comer indignamente de su cuerpo y su sangre.

Podemos caer en estado de estar débiles, enfermos, y lo más complejo, durmiendo. Y como vimos en este durmiendo en el griego, significa muerte; probablemente Pablo usó este verbo y no uno que hable derechamente de muerte, porque no quería que se entendiera que se refería a una muerte biológica, sino a una muerte de espíritu, de separación de Dios; no se entendiera que uno peca y al momento muere biológicamente, como también, no se interpretara que el estar vivo biológicamente no significa estar vivo en Dios si estoy pecando.

Es aquí que tengo una vida religiosa, me congrego y participo hasta en todas las reuniones, pero no hay intimidad en Dios, porque busco comer de Él indignamente. Y Pablo viene a dar luz sobre la Iglesia en este tema, porque ya en su época muchos comían indignamente del Señor.

Nuevamente, no te angusties si ves que te has estado separando de Dios, pide ayuda en la Iglesia, con los Hermanos maduros, el presbiterio, recuerda los principios de las Columnas 1 y 2, y todo lo visto hasta ahora.

Lo revelado, debe ser siempre del Padre, que no viene por carne ni sangre, Mateo 16:17. Entonces, puedo recibir una enseñanza de un Hijo de Dios a partir de una revelación del Padre que este Hijo de Dios haya experimentado, ya sea leer un libro o ver una prédica de este Hermano. Pero si no recibo por revelación, por lo que no es por carne ni sangre, estaré tratando de entender la revelación de un Hermano por medio de mi alma, el intelecto, sin revelación del Espíritu Santo, de esa revelación directa del Padre. Y muy poco o nada quedará en mí, como también entender mayores profundidades, recibir revelación nueva. Aún cuando un miembro del Cuerpo de Cristo baje revelación, yo para recibirla plenamente, también debo recibirla de parte del Padre. Y eso es lo tremendo, porque cada Hermano va añadiendo a un tema algo nuevo, algo fresco del Padre.

Y en este espíritu de vivir de revelación en revelación, debemos primero ser fieles a la revelación ya recibida que no hemos obedecido. Recordemos todo lo que vivió Jonás y que el Señor no le volvió a hablar hasta que se come el pan que ya tenía frente a él, hasta que decide hacer la obra que Dios ya le había mostrado. Debemos comernos el pan añejo, primero cuidando de que estemos en Su camino, en Su luz, sin los pesos "ogkos" y no cayendo en el pecado que nos asedia, y así correr la carrera que nos lleva de gloria en gloria, de victoria en victoria.