La hermenéutica, escudriñando las Escrituras
La hermenéutica se define en el mundo como la técnica o método de interpretación de textos, enfocado muchas veces en textos considerados sagrados. Y es una tremenda herramienta, con la que muchos Hermanos con potentes Ministerios de Maestros, nos han dado grandes enseñanzas, libros, escuelas, entre otros, para la edificación del Cuerpo de Cristo.
Y es muy bueno en el estudio de las Escrituras, irse al idioma original por ejemplo, al hebreo y al griego, realizando un estudio profundo de un versículo, en conjunto con lo que el Padre nos va mostrando. Y se forma algo tremendo: A medida que investigamos, estudiamos más la Biblia, el Padre puede hablarnos con mayor profundidad.
No es que la revelación directa del Espíritu Santo no sea potente por si misma, y no es que el estudio como técnica lo sea todo para conocer las profundidades de Dios.
En simple, veámoslo con este sencillo ejemplo: Un profesor en una escuela quiere enseñarles a sus estudiantes ecuaciones matemáticas de primer grado, pero se da cuenta que no lo puede hacer. No sacaría nada con enseñarles por horas, porque se da cuenta que aún no han aprendido las cuatro operaciones básicas de sumar, restar, multiplicar y dividir.
¿No es la revelación conocimiento? Así es. Pero la revelación del Padre no viene por el intelecto, como vemos en Mateo 16:17, cuando Jesús habla del origen de la revelación de Pedro, y nos dice:
"Porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos."
Sí, la añadidura de toda revelación, es tener más conocimiento del Padre. Pero la revelación no es fruto de un proceso intelectual, ya que no viene por carne ni sangre.
Y vemos en Mateo 16 con la declaración de Pedro, el proceso finalizado de Jesús de mostrar a Dios, de poder ahora escuchar y ver al Padre, con el mensaje que Jesús comenzó su ministerio, Mateo 4:17:
"Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado."
Arrepentíos en este versículo, es la palabra griega "metanoia", que significa cambio de mente. Cambiar la forma en que opera nuestra mente. Ahora viene un conocimiento que no viene de sangre y carne, viene un conocimiento que viene directo del Padre, y que viene como revelación. Y sí, un conocimiento que luego lo trabajamos con carne y sangre. Si lo viéramos como un proceso, un "paso a paso":
- Recibimos revelación y la expandimos en nuestro espíritu.
- Llega el momento del entendimiento; la procesamos con la mente, el alma.
- Obramos según el diseño de la revelación, la Fe en acción, y obramos con todo nuestro espíritu, alma y cuerpo como el Padre y el Hijo nos muestran y dicen hacer, y llevamos ese fruto que permanece como dice Juan 15:16:
"No me elegisteis vosotros a mí, sino que Yo os elegí y os puse para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé."
Y sí, versículo Juan 15:16 lo vimos también en Columna 2; es un diseño muy preciado, y es bueno siempre volverlo a ver y para esta columna.
Ahora, entre el paso 1 y 2, en algunas ocasiones puede ser instantáneo. En otros escenarios, dentro del mismo día o semana. Y a veces toma mucho más tiempo, donde el Señor te puede mostrar algo, en el que se irá teniendo entendimiento a medida que recorra un mayor camino con Él, como madurar ciertas áreas y/o terminar obras que te haya mostrado.
El paso 3 siempre hay que vivirlo según el diseño de la revelación. No tomarlo, es no comernos el pan que nos ha dado, y quedamos con el pan añejo; más de esto en la Columna 4 a continuación, pero vamos con calma.
No irse al otro extremo tampoco con lo de "la revelación no es por carne ni sangre", de que todo es espiritual y ya el alma y el cuerpo no sirven. Dios nos quiere en todas nuestras partes como vemos en 1 Tesalonicenses 5:23:
"Y el mismo Dios de paz os santifique completamente, y todo vuestro ser: espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible en la venida de Jesús el Mesías, nuestro Señor."
Profundicemos en este versículo: Aquí, "completamente" viene del griego holoteles, que significa completo hasta el fin. Y "todo vuestro ser", al hablar de nuestro espíritu, alma y cuerpo, es el griego "holokleros", que significa completo en todas las partes, entero, totalmente.
Así también, veamos las muchas formas en que Dios te puede hablar para que tengas una revelación. Y no, un líder, un Hermano, alguien del presbiterio, si son realmente Hijos de Dios, eso son antes de ser carne y sangre, y son voz del Padre para tu disciplina; disciplina como vimos en la Columna 1. Entonces no caer en el otro extremo, de esperar que poco menos quieras que se abra el cielo, y baje la voz del Señor a mostrarte algo, cuando ya te lo ha mostrado por medio de su Cuerpo.
Así también tenemos el Espíritu Santo morando en nosotros, y aún en medio de lo cotidiano, donde aún, por ejemplo, viendo una noticia del mundo, el Señor puede estar revelándote algo mientras ves esta, por medio del Espíritu Santo.
Hay un cambio, del hombre caído guiado solo por el alma y el cuerpo, por sus deseos carnales. Y es que ahora en Cristo, el postrer Adán, el espíritu del hombre ahora despierta al Espíritu del Padre y el Hijo, se conecta a ellos, tenemos el Espíritu Santo, y en ellos habitamos; somos uno solo, como vemos que Jesús intercede por nosotros en Juan 17 versículo 11, y 20 al 22:
"Ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundo, y Yo voy a ti. Padre Santo, guárdalos en tu nombre, el cual me has dado, para que sean uno como Nosotros."
"Pero no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno como Tú, Padre, en mí, y Yo en ti; que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste. Y Yo les he dado la gloria que me has dado, para que sean uno como Nosotros somos uno."
Es tan importante vivir esta realidad que Jesús nos llama en Juan 17, que siendo uno con el Padre y el Hijo, el mundo puede creer que Jesús es el Cristo por medio de su Iglesia. "Para que el mundo crea que Tú me enviaste" como declara Jesús. Entonces, muchos han oído de Dios, pero, ¿de qué Dios? ¿Lo han oído de un religioso, o de alguien que es uno con el Padre y el Hijo? Es un tema de relación, es un tema de día a día, es un tema de fidelidad. Somos llamados a ser Hijos de Dios.
Y tenemos este acceso tremendo de revelación, que viene del Espíritu de Dios a nuestro espíritu, y este baja por toda nuestra alma y todo nuestro cuerpo para que lo utilicen, para todo nuestro ser que nos quiere Dios como vimos en 1 Tesalonicenses 5:23.
Pero como decía, no seamos "místicos". Hay mucha Palabra ya hablada que está en las Escrituras, en la Biblia, y el Señor nos habla que en ellas tenemos su testimonio, Juan 5:39:
"Escudriñáis las Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí."
No podemos pedir al Padre que vuelva a hablar de algo que ya ha dicho, de algo que ya ha dado testimonio y ha quedado escrito. De esto nos habla Hebreos 2:1:
"Por lo cual debemos dar más solícita atención a las cosas que fueron oídas, no sea que las dejemos escurrir."
Y así mismo para entender lo nuevo del Espíritu Santo, es muy bueno tener las bases de las Escrituras.
En las Escrituras, tenemos el antiguo testamento, en el que vemos todo lo profético que es testimonio de Jesucristo, sombra de lo que iba a venir, como vemos en Colosenses 2:16-17:
"Por tanto, nadie os juzgue en comida, o en bebida, o respecto a solemnidades, o novilunio, o sábados, todo lo cual es sombra de las cosas venideras, pero la realidad es del Mesías."
Viendo también más claramente este diseño ahora con el Cristo revelado en Hebreos 10:1:
"Porque la ley, teniendo meramente una sombra de los bienes destinados a venir, no la imagen misma de las cosas, nunca puede perfeccionar a los que se acercan por medio de los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año. "
Y en el nuevo testamento, no solo vemos la revelación del Cristo resucitado, y toda la gloria del Reino de Dios con la Jerusalén Celestial que nos hemos acercado como Cuerpo de Cristo, la importancia de la edificación como piedras vivas, y muchos temas tremendos de gloria. En el nuevo testamento también vemos el estado de la Iglesia, como lo tremendo y poderosa que es la carta, el rollo que el Señor le pide a Juan que escriba a las siete Iglesias que vemos en el libro de Apocalipsis.
Y así también en la Escrituras conocemos del estado de inmadurez y retraso al que comienza a caer la Iglesia, que siglos después daría pie a una de las etapas más oscuras, con la Iglesia Católica Romana, y los mil y tantos años de oscuridad de ese período; desde que se unen al imperio romano 380 d.C, hasta la salida de este período oscuridad que fue iniciada con la reforma de Lutero y otros Hijos de Dios en el siglo 16. Y con todos los horrores y derramamiento de sangre que significó todo este período.
No sabemos el autor del libro de Hebreos, muy posiblemente Pablo, o un discípulo suyo, por la forma de ser relatado. Pero veamos antes, cómo Pablo se refiere a la inmadurez y retraso al que comienza a caer la Iglesia, con el alimento de leche y el sólido, en 1 Corintios 3:2:
"Y yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en el Mesías. Os di a beber leche, no alimento sólido, porque no erais capaces, ni aún ahora sois capaces."
"Ni aún ahora sois capaces", es muy fuerte esta frase, como diciendo, "debiendo ya ser espirituales, son carnales".
El relato de Hebreos nos entrega mayor luz ante el estado de inmadurez de la Iglesia, y ya hablando derechamente del retraso en los tiempos que estaba cayendo; teniendo que haber alcanzado madurez, "en razón de tiempo", la Iglesia seguía en la leche; Hebreos 5:11-14:
"Acerca de esto tenemos mucho que decir y difícil de explicar, porque os habéis hecho tardos para oír, porque debiendo ser ya maestros, en razón del tiempo, tenéis necesidad de que alguien os enseñe otra vez los primeros rudimentos de los oráculos de Dios, y habéis venido a ser como los que necesitan leche, y no alimento sólido. Porque todo el que usa de leche, es inexperto en la palabra de justicia, porque es recién nacido; pero el alimento sólido es de los perfectos, de los que por la práctica, tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal."
Es muy importante el relato en el versículo 11 al inicio del pasaje anterior; el autor viene con un mensaje, pero no lo puede dar completo, porque se han quedado atrás. Y si continuamos, y leemos Hebreos capítulo 6, vemos al comienzo sobre los rudimentos, los principios elementales de la palabra del Mesías, los cuales creo que aún no hemos entendido y puestos por obra, con el fruto que permanece, en la perfección de Cristo como Iglesia en medio de las naciones. Sí, siempre hay un remanente en madurez o el mundo estaría en un caos sin retorno sin esa luz, pero seguimos siendo un solo Cuerpo de Cristo.
Es muy importante conocer no solo la revelación, sino la historia, el caminar de la Iglesia en medio de los siglos, con no solo lo escrito en el nuevo testamento, y viendo también lo que sucede en el presente. Y así mismo, para entender lo que el Señor quiere hablarnos de nuestra nación, o un territorio determinado, para liberarlo, debemos conocer la historia de dicho lugar; sobre todo si la Iglesia participó en pecados, iniquidades y hasta en contrataciones allí.
Y así en cada área, desde a nivel personal, familiar, congregacional, de ciudades, países, continentes, toda la tierra y toda la creación, hay que conocer los antecedentes, la historia, y el Espíritu Santo pondrá lo que falte. Pero debe de haber entendimiento de lo ya hablado por Dios, y de lo ya sucedido que haya registro. De esto último, muy importante, cuando alguien me profetiza de Dios genuinamente, incluso con alguna dirección de algo que debo corregir en lo que hago, anotar lo recibido, no olvidarlo jamás; no olvidemos no dejar escurrir lo oído que vimos en Hebreos 2:1.
La falta de conocimiento es algo por lo que incluso podemos perecer, algo por lo que sufrió mucho el pueblo de Israel, como vemos en Oseas 4-6:
"Perecerá tu patria, Porque mi pueblo perece por falta de conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, Yo te desecharé de mi sacerdocio. Por cuanto olvidaste la Ley de tu Dios, También Yo me olvidaré de tus hijos".
Vemos entonces, que el conocimiento de lo que Dios ya ha hablado es muy importante, para que la revelación pueda fluir cada vez a mayores profundidades. Y en ello veo también la responsabilidad de investigar que mencionaba. Es decir, con esto último, y dando un ejemplo, antes de orar para que Hijos de Dios suban como sabios consejeros, como Daniel, ante las autoridades del país, veamos las instancias en que líderes cristianos han ostentado en el pasado lugares de poder en el estado en la nación, y lo que llegaron a hacer con ese poder como autoridad de la Iglesia y usando el nombre de Cristo; según el caso, con la guía del Espíritu Santo ver diseño de perdón como Iglesia ante Dios por lo sucedido, y orar también en el diseño de restauración que nos muestre el Padre para hacer, es lo primero que debiéramos hacer, tras investigar los hechos ocurridos.
De la Palabra que Dios ya nos ha hablado, y que está escrita, debemos de tomarle una gran importancia. Y desde que somos pequeños, ya que Dios manda a todos los padres, que le hablen a sus hijos de ella, como vemos en Deuteronomio 6:6-9:
"Estas palabras que te ordeno hoy, han de permanecer sobre tu corazón, y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
Este no es un tema cualquiera No olvidemos de escudriñar las Escrituras con nuestros hijos para ser edificados en Cristo. Y no se trata de repetirles versículos por repetir, como comienza el pasaje, estas primero han de permanecer sobre nuestro corazón; debemos ser obedientes con Dios, ya que para ser buenos padres en el Reino de Dios aquí en la tierra, primero tenemos que ser buenos Hijos de Dios.
Debemos ver que la Palabra es Cristo, el Verbo, el Logos. Él es la vida, como vemos al comienzo del evangelio de Juan.
Debemos ver la diferencia entre Logos, la Palabra hablada, Cristo, a la palabra escrita.
Así en el antiguo testamento lo podemos ver, Palabra Cristo como persona, como en Salmo 119:9:
"¿Cómo podrá el joven mantener puro su camino? ¡Guardando tu palabra!"
En este versículo "palabra" es "dabar" en hebreo, y que significa palabra, pero una hablada. No se refiere palabra escrita. Y esta diferencia la vemos más claramente en Génesis 15:1-2:
"Después de estas cosas, fue la palabra de YHVH a Abram en visión, diciendo: No temas Abram, Yo mismo soy tu escudo y gran galardón. Y respondió Abram: Señor YHVH, ¿qué me has de dar?, pues yo continúo sin descendencia, y el heredero de mi casa será ese damasceno Eliécer."
Literalmente nos dice, "fue la palabra de YHVH a Abram en visión"; aquí "palabra" es "dabar" como en Salmo 119:9 que vimos. Abraham no estaba hablando con lo escrito, y el Señor, el Mesías, el Cristo aún no revelado que lo vemos en el antiguo pacto como YHVH, se le presenta como la Palabra Hablada a Abraham. Palabra hablada "dabar" en hebreo que vemos en el antiguo testamento, en el nuevo testamento lo vemos como el "Logos" en griego, el Verbo.
Tanto "dabar" en el hebreo, como "logos" en el griego, es Cristo en persona. Es como vemos Juan presenta al comienzo de su evangelio a Cristo, como el Verbo, el Logos, según la traducción. Es una persona.
Cuando se habla de la palabra de Dios escrita en el antiguo testamento, es otra palabra utilizada, y se ocupa el hebreo "miktab", como en Éxodo 32:16:
"Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas."
Acá es lo escrito. Y amén, lo bajado por Dios y escrito por los Hijos de Dios en la tierra, es muy preciado, y es palabra viva de Cristo que está escrita. Pero comencemos a diferenciar, cuando se habla de la Palabra de Dios, que es Cristo mismo, el Verbo, a cuando se habla de la palabra escrita, las Escrituras.
Y, si bien escudriñamos las Escrituras, en esta mayor revelación directa siendo unos con el Padre y el Hijo, con el Logos, con el Dabar, también podemos entrar a las profundidades de Dios por medio de su Espíritu. Veamos de esto con los siguientes versículos:
Romanos 8:26-27:
"Y asimismo, también el Espíritu ayuda nuestra debilidad, pues no sabemos qué orar como conviene, pero el mismo Espíritu intercede con gemidos indecibles; y el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque intercede por los santos conforme a Dios."
La relación de guía del Espíritu Santo es tremenda como nos habla el Apóstol Pablo, aún en cómo orar. Y más que una guía, una revelación, para que se cumpla la profesía, de todo lo que el Padre tiene para sus Hijos, revelación que aún no ha sido escrita:
1 Corintios 2:9-10:
"Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios preparó para los que lo aman, pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios."
¡Qué tremendo es lo que tenemos por delante!
Muy importante en el versículo anterior, "pero Dios nos la reveló por medio del Espíritu". Es su Espíritu la llave, la base de toda revelación.
Más adelante en los versículos 11 y 12 de 1 Corintios 2, las Escrituras dicen que así como solo el espíritu del hombre conoce las profundidades del hombre, solo el Espíritu de Dios conoce las profundidades de Dios. Y este Espíritu de Dios es el que nos ha dado. Tenemos el Espíritu Santo. ¡Podemos conocer las profundidades de Dios!
Es muy grande esto. Y es que se nos ha dado todo como Hermanos en Cristo Jesús, como Hijos de Dios:
1 Corintios 2:16:
"Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién lo instruirá? Pero nosotros tenemos la mente del Mesías."
Somos uno con el Hijo y el Padre, como vemos en Juan 17, tenemos todo de Cristo, todo de Dios. Uno le pone el límite a Dios en su vida. Sin límites hemos sido creados para ser uno con Dios. Pero debemos ser fieles, y permanecer en sus mandamientos, en sus estatutos y decretos, en todos sus principios, y no ser rebeldes a lo que Cristo ha hablado y habla hoy para nuestras vidas.
Y es por esto que Cristo no se avergüenza de que seamos familia, Hebreos 2:11-12:
"Porque el que santifica y los que son santificados, son todos de Uno, por esta razón no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Proclamaré tu nombre a mis hermanos, En medio de la iglesia te cantaré alabanzas."
¡Qué preciosa es la salvación como relación de familia con Dios, con el Hijo y el Padre!
Entonces, hay una diferencia, cuando se habla de las Escrituras, a cuando se habla de la Palabra.
Jesús dice permanecer en su Palabra, como vemos en Juan 15:7:
"Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis, y se os hará."
Y por las Escrituras escudriñarlas como vemos en Juan 5:39:
"Escudriñáis las Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí."
Las Escrituras, como vemos dice Jesús, se escudriñan, hay que estudiarlas. En ellas hay vida. En ellas está el testimonio de Cristo, de toda su obra desde antes de la fundación del mundo. Y como vemos en Romanos 15:4:
"Porque lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza fue escrito; para que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, sostengamos la esperanza."
Las Escrituras tienen una función de alimentar y ser una preciosa base para nuestra Fe en Cristo.
Pero permaneciendo en su Palabra, el Verbo, el Logos que es Cristo, tenemos acceso a todo, para vivir 1 Corintios 2:9-10, para recibir lo que ojo no vio, ni oído oyó. ni ha subido a corazón de hombre; es decir, para recibir lo que aún no se ha escrito.
Si el nuevo testamento como lo conocemos hoy en la Biblia, no estaba completamente escrito en los tiempos de los primeros años de la Iglesia, lo que se enseñaba en estos primeros años no era solo con las Escrituras hasta ese momento, con la Torah, el antiguo pacto; lo hacían también con la Palabra, con la voz de Cristo, lo que el Espíritu Santo les revelaba cada día.
Y por lo que se escribe en Apocalipsis 22:18, en este libro hay dos rollos, dos "biblion" que vemos en el griego original; uno que es el rollo a las siete Iglesias, el que se escribe en la tierra por Juan que le revela el Señor; el segundo, tras ser llevado Juan a los cielos, un rollo celestial que Juan ve, y que nos describe su contenido en los siguientes capítulos de Apocalipsis tras escrito el primer rollo a las siete iglesias. De este segundo rollo nos habla Apocalipsis 22:18, no de toda la Biblia. Considerando también que el índice de la Biblia fue hecho siglos después a esta revelación de Juan; más de esto lo veremos cuando hablemos sobre el "papa católico" Dámaso I un poco más adelante en esta misma Columna.
Por esto Cristo deja el paracleto, diciéndonos que nos va a recordar todo lo que dijo, y mostrar lo que sucederá, lo nuevo, lo que no ha sido oído ni visto, ni ha subido al corazón del hombre. Por esto la profecía de Joel 2:28, que Dios derramará su Espíritu sobre toda carne, profecía que vivimos hoy tras la cruz de Cristo, y da su Ley en nuestra mente y la escribe nuestro corazón como vemos en Jeremías 31:33.
Entonces vemos que el proceso de conocer las profundidades de Dios, no pasa solo por lo escrito, es algo en el Espíritu; seguir la voz del Hijo para poder ver al Padre. Y este diseño de su voz no es algo de solo el nuevo testamento. Este diseño lo vemos desde que deja su ley, como vemos en Deuteronomio 28:1-2:
"Y sucederá que si oyes atentamente la voz de YHVH tu Dios para obedecer, para guardar todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy, también YHVH tu Dios te levantará sobre todas las naciones de la tierra. Y por haber obedecido la voz de YHVH tu Dios, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas bendiciones."
Lo primero es oír su voz, lo segundo, obedecer lo escrito teniendo ya la guía de su voz.
Este es el orden. Y no se puede uno sin lo otro. Primero debemos oír su voz, y que hoy la tenemos más cercanamente con el Espíritu Santo. Y es tan importante este orden, que vemos el tremendo listado de bendiciones que es Deuteronomio 28 para que lo lean.
Y aún antes de la ley, la Torah, este principio lo vemos con Moisés, cuando ocurre el hecho de las aguas amargas tras salir de Egipto. En Éxodo 15 versículo 25, vemos como ya Dios prueba a Moisés en su ley al sanar las aguas:
"Entonces él clamó a YHVH, y YHVH le mostró un árbol, el cual echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí le puso estatuto y decreto, y allí lo probó."
Y en versículo 26 siguiente, vemos la importancia, nuevamente, de oír su voz primeramente:
"Y dijo: Si oyes diligentemente la voz de YHVH tu Dios, y haces lo recto ante sus ojos, y prestas oído a sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, ninguna dolencia de las que puse sobre Egipto pondré sobre ti, porque Yo soy YHVH tu Sanador."
Vemos que en un momento, porque al menos en lo escrito no dicen que pasaron días. el Señor probó a Moisés con sus estatutos y decretos. Todavía no había bajado la ley escrita, ni siquiera estamos con los 10 mandamientos. Pero Dios prueba el corazón de Moisés con su ley.
Más atrás, también con Abraham, Dios lo prueba en su ley, una no escrita, sino por el oír su voz, que vemos en Génesis 26:5:
"Por cuanto Abraham oyó mi voz y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes."
Está todo:
- Precepto.
- Mandamientos.
- Estatutos.
- Leyes.
- Dos acciones clave, oír, y guardar lo recibido que es ser fiel a lo recibido.
Y tan importante es esto, que es lo que habilita la promesa del versículo 4 anterior:
Y tampoco en este momento el Señor le pida que escriba alguna ley o mandamiento. Es clave en el versículo siguiente que nos dice, "prestas oído a sus mandamientos", que nos habla nuevamente del oír primeramente. Los mandamientos de Dios son ilimitados por decirlo de una manera. Pero siempre sabremos su sabiduría, si escuchamos atentamente su voz. Entonces, no se trata de memorizar la ley, de memorizar una doctrina. Se trata de oír su voz.
Sin su voz, interpretaremos como queramos las Escrituras; vean tan solo cuántas miles de denominaciones de Iglesia cristiana hay en el mundo hoy en día, si solo somos un solo Cuerpo, un solo Espíritu. Y menos del alimento que es leche, llegaremos al alimento sólido.
Y es que también con solo lo escrito, nuestro Padre, y el Hijo Cristo Jesús, no pueden ser contenidos en un libro, a como Juan muy bien lo describe en Juan 21:25:
"Hay también muchas otras cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran una por una, supongo que ni en el mundo entero cabrían los libros escritos."
Nada en la creación puede contener a nuestro Dios, y solo en el hombre el Hijo y el Padre escogieron morar.
Por esto es primero oír su voz, con hoy esta revelación más íntima en el hombre con el Espíritu Santo, y así podamos vivir el diseño que hemos visto en 1 Corintios 2:9-10.
Pero algunos han matado la voz del Espíritu Santo, y solo se quedan con lo escrito en la Biblia. Otros, se van al otro extremo, y viven una vida "mística" en la revelación espiritual, no respetando los mandamientos, estatutos y decretos que ya tenemos en las Escrituras, en la Biblia, y viven su vida alejados del diseño de Dios. No hay que irse a ninguno de los dos extremos.
Al recibir una revelación, si el Señor te muestra que no es solo para tí y que debes darla a otros, es importante que luego uno pueda compartirla. Como vemos que a Juan el Señor le dice que escriba la revelación del rollo celestial que vemos en Apocalipsis 19:9. O el mismo rollo a las siete Iglesias en Apocalipsis 1:10-11. Y el medio para compartirlo, sea mediante un nuevo rollo como un libro o una carta, una prédica, una escuela, en material audiovisual, en una obra de teatro, en una alabanza, como con cualquier otro medio creativo que el Señor te guíe.
Y a esto somos llamados, a compartir de lo que recibimos; y que todo lo que realicemos como Iglesia sea en orden y para la edificación, como vemos en 1 Corintios 14 versículos 26 y 40.
Pero, vemos en el nuevo testamento que aún habían revelaciones e imparticiones de Dios que no se podían compartir solo escribiéndolas, sabiendo por lo demás que escribir algo como una revelación es muy potente.
De lo anterior, vemos al Apóstol Pablo, que añoraba impartir dones al Cuerpo de Cristo, pero no podía hacerlo solo por medio de las cartas. Tampoco podía hacerlo orando a distancia solamente. Debía impartir de todo lo que Dios le había dado en persona físicamente, como vemos en Romanos 1:11:
"Porque anhelo veros, para impartiros algún don espiritual, a fin de que seáis fortalecidos."
También, entendiendo que en el Espíritu no hay distancias, estamos en esta tierra. Y en este tema vemos también una llave, una perla preciosa, de la importancia de no dejar de congregarnos presencialmente. Sobre todo hoy en día con las comunicaciones que son muy buenas, pero que la vida de Iglesia de Cristo no puede ser a base de video-reuniones y redes sociales.
Así también vemos que hay revelación que solo puede ser recibida, ser vivida en intimidad con el Hijo y el Padre, cuando se está en los cielos, 2 Corintios 12:2-4:
"Sé de un hombre en el Mesías que hace catorce años (si en cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), el tal fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y sé del tal hombre (si en el cuerpo, o aparte del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, y escuchó palabras inefables que no es dado al hombre expresar."
Hay mucha revelación esperando ser vivida por los Hijos de Dios. Hay mucho que Dios no permitirá que se escriba, y espera que unidos a Él la podamos vivir. Literalmente nos dice esto el pasaje anterior: "Que no es dado al hombre expresar".
Hay revelación que solo puede ser recibida en los cielos al alcanzar madurez, de la cual no puede ser expresada por los hombres, es decir, no puede ser escrita en medio alguno aquí en la tierra. Hay grandes tesoros del Padre en los cielos esperando para sus Hijos que permanecen fielmente y maduran en la Fe de Cristo.
Por ello, hágase todo en diseño, al escribir una revelación.
Volviendo al tema inicial de la hermenéutica, muchas veces la metodología de estudio de las Escrituras, y posterior tradición de hombre de cómo se interpretan sin la voz del Espíritu Santo, puede hasta dejar afuera palabra ya escrita de revelación del Señor. Y un caso de esto es el libro de Enoc, que es hasta citado uno de sus pasajes en el nuevo testamento en Judas versículos 14 y 15; referencia es de Enoc 1:9. Veamos un poco del contexto de oscuridad en la "Iglesia Católica Romana", cuando se crea este índice de libros de la Biblia que deja afuera el libro de Enoc:
La lista oficial de libros en la Biblia, fue realizada en el año 393 d.C., por el Concilio de Hipona, según una lista propuesta por el Sínodo de Laodicea y el 37mo "papa católico" Dámaso I en el año 374 d.C. Este "papa católico" buscó la unificación del poder en Roma, centralizando la figura de la Iglesia en el "papa católico", buscando el apoyo del emperador Romano. Además de defender la supremacía de la "santa sede", la sede de Roma, mediante actas y decretos imperiales, y posicionar al "Obispo de Roma" como el predominante entre todos. Dámaso estaba persiguiendo el diseño de los nicolaitas de los que tenemos que cuidarnos, que nos advierte el libro de Apocalipsis en Apocalipsis 2:6.
Los nicolaitas buscan jerarquizar los poderes de la Iglesia, con una estructura de autoridad piramidal. El nombre nicolaita en griego se compone de "nikos", que significa conquista, victoria o dominio, y "laos", que significa pueblo. En este contexto lo podemos traducir que son los que buscan conquistar, dominar sobre el resto dentro de las congregaciones.
Con esta estructura vertical, la mayoría ve y sigue al hombre de mayor autoridad que uno, por lo que se deja de oír al Señor y ver al Padre para los pasos que hay que dar. Se crean así hasta "clases sociales" dentro de las congregaciones, y la voz de uno tiene más poder que la del resto. Y ni hablar de tomar decisiones en unanimidad con el Espíritu Santo como lo es el diseño del presbiterio que vimos en la Columna 1.
Y vean esto, el nombre de este "papa católico" Dámaso significa domador. Literalmente hoy en día a muchos creyentes el diablo los ha domado, y dicen que Dios no habla más, que ya dejó todo escrito. E incluso otros que dicen que los dones y ministerios cesaron, tomando versículos como 1 Corintios 13:8, cuando este habla de que temas como las profecías y las lenguas cesarán, pero el amor nunca deja de ser, pero no que todo esto ya haya ocurrido, de que estas cosas ya cesaron; y es que el relato de todo 1 Corintios 13 es sobre el amor. De que estas cosas no han pasado, no han cesado los dones y Ministerio, lo vemos con el mismo versículo 1 de este capítulo, el cual habla de un ejercicio activo de uno de los dones, del don de lenguas, y el versículo 2 con las profecías. Y el versículo 10 nos da el tiempo de cuándo esto ocurrirá, de cuando venga lo perfecto, lo que vemos al final del libro de Apocalipsis, cuando toda la obra de la Iglesia haya terminado, con el cielo nuevo y la tierra nueva, que aún no ha ocurrido; más de la obra activa de la Iglesia en las Columnas 8 y 9, pero vamos en orden.
El diablo ha querido domar los oídos y los ojos de los creyentes, para que dejen de oír la voz del Hijo y ver al Padre, para que no crean que Dios sigue hablando, no crean que tenemos a disposición todo de Cristo, para ser uno con Él y el Padre, y tener todo de Dios, incluído lo que son los dones y Ministerios que son Cristo.
El diablo ha apagado el espíritu de muchos hombres que creen en Cristo, dejando solo un método casi mayormente humanista-científico, de estudiar las Escrituras; un mero método de estudio literal. Repitiendo hoy el mismo error de la Iglesia en los primeros siglos, callando la voz del Espíritu Santo, interpretando las Escrituras con métodos de hombre, y crear cualquier cosa, desde denominaciones, hasta sectas y más... Ya la Iglesia cometió estos errores, creamos verdaderas aberraciones como la "Iglesia Católica Romana", con unos mil años de oscuridad y tormento con derramamiento de sangre en Europa; no sigamos en este camino repetido que solo deja tormento.
No quiero desviarme del tema, pero es bueno ver el contexto histórico que muchas veces se desconoce de la Iglesia, y no nos quedemos solo con los datos de la Iglesia tras la cruz de Cristo que vemos en el nuevo testamento, y podamos conocer todo el recorrer que ya llevamos; y es que para bien o para mal, la Iglesia es un solo Cuerpo.
Pero no me confundan, no digo que porque ese Dámaso fuera de los que propusieron el índice de la Biblia, es que está esta mal. Nada de eso. Es Palabra de Dios las Escrituras en la Biblia, Jesús le dice a los religiosos de su época, que escudriñan las Escrituras porque en ellas hay vida, y así es. Pero la Palabra, el Verbo, es mucho más grande. La Biblia es muy buena. Pero no podemos dejar fuera aquello que también ha venido del Padre. El Señor en Juan 14:26 nos dice:
"Pero el Paracleto, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os dije."
He allí el "enseñará", que responde a lo que no había sido escrito, a la profecía en 1 Corintios 2:9-10, volvamos a leerla:
"Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios preparó para los que lo aman, pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios. "
Y es que había mucho que Cristo quería revelarles, pero se necesitaba el Espíritu Santo, llegar a ese nivel de unión en uno con el Hijo y el Padre, como vemos en Juan 16:12-15:
"Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga Aquél, el Espíritu de la Verdad, os guiará en toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará cuanto oirá, y os anunciará las cosas que han de venir. Él me glorificará, porque tomará de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que toma de lo mío y os lo anunciará."
Y aún ya con el Apóstol Pablo, quedaba mucha revelación que viniera a la Iglesia, Romanos 8:18:
"Pues considero que los sufrimientos del tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria venidera que va a ser revelada en nosotros."
Cristo es la Palabra viva, y Él no puede ser contenido en un libro. Por ello, como vimos, el evangelio de Juan, Juan 21:25, al terminar nos dice que si se escribiera todo lo que Él hizo no alcanzaría el mundo para llenar de libros escritos.
Jesús hace una distinción, a lo que es escudriñar las Escrituras, a lo que son sus palabras. Veamos solamente Juan 15:7, que nos habla de permanecer en sus palabras, en tiempo donde solamente estaba escrito lo que conocemos como el antiguo testamento:
"Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis, y se os hará."
Como vimos anteriormente, la diferencia, tanto en el antiguo como nuevo testamento, cuando se usa lo que es palabra hablada, a lo escrito, las Escrituras. En este versículo "palabras" es "rhema", que habla de algo hablado. Y es que el griego "rhema" viene del griego "rheo", que significa pronunciar, en el sentido de hablar o decir.
Entonces, en Juan 15:7, Jesús nos habla de permanecer en su palabra hablada; este mismo permanecer en él que vemos en 1 Juan 1:7. Él es la Palabra, el Verbo, la voz del Padre, ¡la cuál no ha cesado de hablar hoy y nunca, es eterna! Dios habla hoy y siempre.
Aún el Espíritu Santo nos habla, Romanos 8:26:
"Y asimismo, también el Espíritu ayuda nuestra debilidad, pues no sabemos qué orar como conviene, pero el mismo Espíritu intercede con gemidos indecibles."
Dios no ha callado. ¡Cristo quiere hablarte hoy!
Y sí, nuevamente, las Escrituras son preciosas, no nos vayamos al otro extremo, y son una importante base de el alimento de leche que nos habla el libro de Hebreos.
De la importancia de las Escrituras también nos habla 2 Timoteo 3:15-16:
"Ya que desde niño conoces las Sagradas Escrituras, las cuales pueden hacerte sabio en la salvación que por la fe hay en Jesús el Mesías. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y es útil para la enseñanza, para la refutación del error, para la corrección, para la instrucción en la justicia."
Al comienzo del capítulo, Pablo le habla sobre la condición de tinieblas del hombre para estos tiempos, del versículo 10 de cómo Timoteo se ha mantenido firme, y termina con la importancia de las Escrituras, siendo estas hasta este tiempo que Pablo escribe, el antiguo testamento. Esto último, para no caer en el otro extremo, de que "ya pasó" el antiguo testamento, y ahora solo es válido el nuevo testamento; y es que el antiguo pacto hay que vivirlo ahora con la revelación de Cristo, viviendo en su resurrección.
Vemos entonces lo importante que son las Escrituras: "Para la enseñanza, para la refutación del error, para la corrección, para la instrucción en la justicia."
Luego de pasar a hablar de las Escrituras, Pablo le habla sobre la Palabra, 2 Timoteo 4:2
"Predica la Palabra, insiste a tiempo y fuera de tiempo, redarguye, exhorta y reprende con toda paciencia y doctrina."
Entonces, juntando ambos pasajes anteriores, vemos que las Escrituras son una base importantísima, y útil para la enseñanza, refutar, corrección y la instrucción. Pero no lo es todo. No le dice que predique las Escrituras, sino la Palabra, sin olvidar la base de apoyo de las Escrituras.
Y en la edificación unos con otros como Cuerpo de Cristo, y con el cuidado de ver con qué material edificamos como vimos en la Columna 2 con la disciplina, uno es llenado de lo que recibe de otros, además de lo que recibe del Espíritu Santo; porque como está escrito, en parte vemos y en parte profetizamos; y de esto al comienzo de la carta, Pablo le resalta a Timoteo, 2 Timoteo 1:12-14:
"Por causa de lo cual también padezco estas cosas, pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído y he sido persuadido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día. Retén el modelo de las sanas palabras que oíste de mí, con la fe y el amor que hay en Jesús el Mesías. Guarda el buen depósito por medio del Espíritu Santo que vive en nosotros."
Entonces, este depósito, no solo uno recibe del Espíritu Santo, es el que también recibimos de otros Hermanos mayores en madurez en Cristo. Y el llamado es a guardarlo, como le dice Pablo: "Retén el modelo de las sanas palabras que oíste de mí, con la fe y el amor que hay en Jesús el Mesías."
Así también, quienes son guiados por el Espíritu Santo son Hijo de Dios, Romanos 8:14:
"Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios."
Porque siendo guiados por el Espíritu Santo, hago su voluntad, retengo el testimonio de Cristo, retengo el depósito de todo lo que me ha dado el Padre:
"Y yo caí ante sus pies para adorarlo, pero me dijo: ¡Mira, no!, que soy consiervo tuyo y de tus hermanos, de los que retienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía."
Y no olvidando que las Escrituras son fundamentales para quienes comienzan sus primeros pasos en Cristo, pero hay mucho más en la Palabra, en Cristo, la palabra hablada, el verbo de Dios, por medio del Espíritu Santo.
Para graficarlo en la importancia al predicar el Logos, el Verbo, Cristo, con un ejemplo, el puré en polvo: Veamos las aguas, como las aguas de Cristo, el depósito que recibimos y debemos guardar, siendo Hijos viviendo Romanos 8:14, y guardando el depósito que Pablo nos habla en 2 Timoteo 1:12-14. Y el puré en polvo como las Sagradas Escrituras, con todo lo que vimos en 1 Timoteo 3:15-16. Si te quieres comer el puré en polvo preparado sin agua, es incomible.
Otro ejemplo; recuerda una prédica de un líder o Ministro que te impactó hasta lo profundo del espíritu. Ahora un ateo, por decir alguien que no es Hijo de Dios, toma la misma prédica, digamos que fue grabada, y la transcribe, palabra por palabra, y lleva ese mensaje para compartirlo a una congregación, hasta copiando las entonaciones de voz en cada frase: ¿Tendrá impacto de transformar los Hermanos en ser más a la imagen y semejanza de Cristo, lo que el ateo predique?
Y es que si nos quedamos solo con lo escrito, también entraremos en conflicto con lo que el Padre quiere mostrar hoy por medio de su Hijo, y la Iglesia pueda seguir madurando, creciendo y avanzando. Un ejemplo de esto, es el conflicto en la Iglesia de Jerusalén con la Iglesia de Pablo en Antioquía, donde de Jerusalén mandaban que había que circuncidarse los que se convertían a Cristo que no habían nacido judíos.
Si el Apóstol Pablo solo hubiera defendido las Escrituras como la Palabra de Dios, de permanecer en sus Palabras, se hubiera circuncidado toda la Iglesia, ya que hubiera ido contra la palabra estrictamente escrita.
Pero en este tema Pablo recibió algo que "no había subido en corazón de hombre", recibió el "os enseñará" de Juan 14:26, y vino lo nuevo, lo fresco que vemos en Romanos 2:29:
"Sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; cuya aprobación no proviene de hombres, sino de Dios."
Y de lo nuevo, lo fresco, no llegar y tomar cualquier cosa por ser nuevo.
Nuevamente, no tomar cualquier cosa porque se vea nueva, fresca. De esto Juan nos advierte, que iba a venir contaminación, y hay que discernir en el Señor, como vemos en 1 Juan 4:1:
"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus, si proceden de Dios; porque muchos falsos profetas han salido al mundo."
Sé que este no es un tema que a todos les guste. Nuevamente, no digo que la Biblia no sea importante, no se me interprete así. ¡Pero hay mucho más! Es una profundidad aún mayor permanecer, vivir en la Palabra que es Cristo mismo, cada día, cada mañana, con cada acción, para que lo que vivamos en la carne, genuinamente lo sea en la Fe de Jesús como nos dice Pablo en Gálatas 2:20, y ya no no obremos más en pecado.
Es lo que vemos en el libro de Hebreos que no se pudo escribir allí ni en otro libro de la Biblia, que por la inmadurez solo se habla de la leche, de los primeros rudimentos, pero no del alimento maduro; leamos Hebreos 5:11-14:
"Acerca de esto tenemos mucho que decir y difícil de explicar, porque os habéis hecho tardos para oír, porque debiendo ser ya maestros, en razón del tiempo, tenéis necesidad de que alguien os enseñe otra vez los primeros rudimentos de los oráculos de Dios, y habéis venido a ser como los que necesitan leche, y no alimento sólido. Porque todo el que usa de leche, es inexperto en la palabra de justicia, porque es recién nacido; pero el alimento sólido es de los perfectos, de los que por la práctica, tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal."
Vemos también de no ser maduros en el tiempo correcto, en 1 Corintio 3:1-3 que nos habla Pablo:
"Y yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en el Mesías. Os di a beber leche, no alimento sólido, porque no erais capaces, ni aún ahora sois capaces. Porque aún sois carnales, pues habiendo entre vosotros celos y contiendas, ¿no sois carnales y andáis como humanos?"
Y los rudimentos, la leche, es algo tremendo, que todo Hijo de Dios debe vivir en la perfección de Cristo; debemos tener estos elementos que vemos en Hebreos 6:1-2 madurados:
"Por tanto, dejando los principios elementales de la palabra del Mesías, avancemos a la perfección, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, y de fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de muertos, y del juicio eterno."
Pero hoy la Iglesia no es madura en estos temas. Seamos avanzados, maduremos, crezcamos en Cristo, y vayamos al alimento sólido, y cuán tremendo es crecer de la mano del Padre. Pero hay que tener esta madurez que habla el libro Hebreos; la cual una llave para esta es la disciplina que vemos en Hebreos 12:11-13:
"Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero más tarde da fruto apacible de justicia a los que por ella han sido ejercitados. Por tanto, fortaleced las manos debilitadas y las rodillas paralizadas, y haced sendas derechas para vuestros pies, para que no se disloque lo cojo, sino más bien que sea sanado."
Recordando este versículo que lo profundizamos en la Columna 1, y con la advertencia, de enderezarse y no se disloque lo que hoy está cojo.
Dejar que toda la revelación que uno pueda recibir solo esté en la Biblia escrita que tenemos hoy, limita lo que el Padre quiere mostrarnos. Y no olvidar como vimos en 1 Juan 4:1, probemos los espíritus, las revelaciones, si proceden de Dios.
Y con ese probar que sea el probar con el fuego de Dios, a ver si los materiales son de oro, plata y piedras preciosas, y con lo que significa el proceso de acrisolarnos en el fuego de Dios, que profundizamos en el segundo principio de la Columna 2.
Es tiempo de volver a escuchar al Hijo y ver al Padre a rostro descubierto.
Hay una Palabra viva que no puede ser contenida en libros. Hay revelación no escrita aún, que no ha subido al corazón del hombre. Como el abrazo de un padre esperando la llegada de sus hijos después de un largo viaje, así esta revelación del Hijo y el Padre nos esperan. Bebamos siempre de las aguas frescas, y no desechando lo ya hablado como nos dice Hebreos 2:1. Vivamos con el diseño de tomar de lo nuevo y lo viejo, que nos habla el Señor en Mateo 13:52:
"Él les dijo: Por esto, todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que de su tesoro va sacando cosas nuevas y cosas viejas."