No confundirnos con el polvo

Antes de iniciar en esta columna:

Nunca había profundizado en el viejo Adán antes, y agradezco para esta Columna, al Pastor Andres Bulacio, del Ministerio La Roca, de Córdoba Argentina, que participé en su Escuela Casa del Herrero, que realizó en Santiago, Chile.

Esta escuela me permitió ver el siguiente versículo, de una manera, y con el peso, que no había visto antes, y que me permitió profundizar en el Señor en nuevos temas.

Comencemos:

Jeremías 17:5-8:

"Así dice YHVH: ¡Maldito quien confía en el hombre y se apoya en un brazo de carne apartando su corazón de YHVH! Será como retama en el desierto, Y no verá cuando viene el bien, Sino que habitará lugares secos en el desierto, En tierra salitrosa y deshabitada. Bendito aquel que confía en YHVH, Y cuya confianza está en YHVH. Será como árbol plantado junto a las aguas, Que extiende sus raíces junto a las corrientes, y no teme cuando viene el calor, Pues su follaje estará frondoso, Y en el año de sequía no se preocupará, Ni dejará de dar su fruto."

En el versículo 5, "maldito quien confía en el hombre", tenemos dos palabras clave para ver en hebreo, que son "quien" y "hombre":

La palabra "quien", en otras versiones se traduce también como "el hombre". Y esta palabra en hebreo significa "geber", que significa hombre, como hombre valiente, guerrero. Y esta palabra no es para el mundo, es para el pueblo de Dios. El Señor le está hablando a sus guerreros, a sus valientes.

En "confía en el hombre", la palabra "hombre" aquí en el hebreo es "adam", que viene de "adom" que es rojizo, y es de donde proviene el nombre Adán. El Señor ocupa esta palabra, para dar a entender, de quien confía en el viejo Adán, en el polvo.

El Señor no usa la palabra "humanidad" refiriéndose al género humano, sino usa el Adam, como posteriormente tenemos en el nuevo testamento el viejo Adán, el hombre caído, y el postrer Adán, Cristo, como nos habla Pablo en 1 Corintios 15:45:

"Así también está escrito: El primer hombre, Adam, fue hecho un ser viviente; el postrer Adam, un espíritu vivificante. "

Hay dos maneras de vivir para un Hijo de Dios. Pablo también marca la diferencia de vivir en el Adán, y no en Cristo, en Efesios 4:22:

"En cuanto a la antigua manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos."

Y en los versículos siguientes vemos el llamado a renovarnos en Cristos, y vestirnos en Él, vestirnos del nuevo hombre.

Y confiar en el viejo hombre, en el hombre, no es solo con un tercero, este versículo también habla cuando personalmente nos apoyamos en el Adam y no en Cristo. Y esto puede ser aún cuando hemos seguido los pasos del Padre, oído la voz del Hijo, y la confianza llega a estar en las añadiduras, y perdemos el confiar en Cristo primeramente, en la provisión del Padre; por ejemplo:

  • Son mis estudios los que me darán estabilidad laboral, escogí una carrera con buenísimo campo laboral para el futuro.
  • De mis padres recibiré la casa donde viven una vez fallezcan; estoy tranquilo como adulto joven, tendré techo en mi vejez.
  • Voy ya por la tercera edad, pero tengo buenas inversiones para mi jubilación, no tendré que preocuparme una vez me jubile.
  • Tengo empresas, o trabajo, y el nuevo gobierno de mi país tiene solidez financiera como de plan económico, lo que me da tranquilidad para mis proyectos para los próximos 4 años.
  • Se me da muy bien tocar "x" instrumento, domino la técnica, siempre podré dar la mejor alabanza al Señor, porque soy el más experimentado de la congregación.
  • Gracias a Dios tengo más recursos, y ahora me he podido mudar al mejor barrio de la ciudad donde hay menos delincuencia, y por vivir en este nuevo sector puedo salir de noche y duermo más tranquilo por el tema de los asaltos.
  • Siempre he estado con lo justo en mis finanzas, pero ahora estoy con paz, porque la pareja con la que me voy a casar tiene buenos recursos, y ya no me tendré que preocupar tanto.
  • Muchos llegan a la vejez mal, pero desde joven que me ejercito, y en los exámenes de sangre anuales siempre he tenido buenos resultados; estoy confiado en mi entrenamiento en que estaré bien de salud en mi vejez.

Y sí, no somos de piedra. Y sentimos muchas cosas, en el proceso de llegar a ser a su imagen y semejanza, de vivir todo lo que vivimos en la carne con la Fe de Jesús; Gálatas 2:19-20:

"Porque yo, por medio de la ley, a la ley he muerto, a fin de vivir para Dios. Con el Mesías he sido juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que el Mesías vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, quien me amó, y se entregó a sí mismo por mí."

Pero el problema es cuando nuestra fe recae en lo que el mundo puede ofrecer, de lo que en el mundo podemos operar, y/o de lo que en mis propias fuerzas puedo hacer; aún cuando lo obtenido en lo que recae mi fe fue algo obtenido en el diseño de Dios. La pregunta que debemos hacernos es, ¿en qué posición está mi Fe? Pero también, siendo uno en el Hijo y el Padre, vivo de la Fe de Cristo.

Es clave lo anterior, porque Dios declara justos los que son de la Fe de Jesús, como hemos visto en Romanos 3:26:

"Con el propósito de demostrar su justicia en el tiempo presente, a fin de que Él siga siendo justo también cuando declara justo al que es de la fe de Jesús"

Algunas traducciones lo traducen como, "fe en Jesús", pero en el original, el término correcto es "Fe de Jesús". La Palabra dice que el justo por la fe vivirá. Pero son declarados justos los que son de la Fe de Jesús; este es un tema clave, sobre todo para operar en la Corte de Dios; de esto último operando en la Fe de Jesús, lo profundizo más en mi libro "Reyes con Amnesia", que encuentran gratuitamente en mi sitio web SeDespiertan.com.

Con el último ejemplo, de tener una buena mayordomía con el cuerpo, buena salud biológica; sí, se siente super bien el cuerpo, cuando nos alimentamos y dormimos bien, y tras ejercitarnos nos sentimos mucho mejor. Pero poco a poco, la fe por tu salud, de estar en Dios, llega a estar en tu entrenamiento, en tus fuerzas.

Entonces, no es desentendernos de lo que hacemos en el mundo, como nuestra salud física, pero nuestra confianza debe estar siempre en el Hijo y el Padre.

Podemos comenzar una obra en Cristo, pero en el camino nos salimos. Todo lo que vivamos, debe ser en la Fe de Jesús. Esto no es solo para los que están "a tiempo completo" en la Iglesia. Si vas de vacaciones, si vas a estudiar una carrera, si vas a administrar tus finanzas, la crianza de tus hijos...., todo, todo en la Fe de Jesús. No dice con la Fe en Jesús, sino vivirlo con la Fe de Jesús; como hemos visto, tenemos la mente de Cristo, y un nuevo corazón dado por el Padre. Somos llamados a ser uno con el Hijo y el Padre, como vimos en la columna anterior con Juan 17:21.

Y es muy importante esto, al ver la profundidad de Jeremías 17:5-8 porque aquí hay maldición si confiamos en el polvo, el viejo Adán.

Las maldiciones:

  • Ser como retama en el desierto; este es un árbol de pocas hojas en lugares de desierto..
  • No ve cuando viene el bien.
  • Habita en lugares estériles y deshabitados.

En los versículos 7 y 8 siguientes de Jeremías 17, vemos las bendiciones; estamos en buena tierra, junto a las aguas, y no nos preocupa cuando venga el calor, porque estamos en los ríos de Dios.

Debemos vivir guiados por el Espíritu de Dios, solo así seremos Hijos, Romanos 8:14:

"Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios."

Porque la maldición de comer con el sudor de la frente fue para el viejo Adán, Génesis 3:19:

"Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que retornes a la tierra, Porque de ella fuiste tomado, Pues polvo eres y al polvo volverás."

Ahora vivimos en la realidad de Cristo. No es que no trabajemos, que no hagamos alguna obra, pero esta será sin ese agote, sin ese estrés, sin ese afán; sin miedo; leamos Romanos 8:15:

"Porque no recibisteis espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor; sino que recibisteis el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba! (¡Padre!)"

Y volvamos a leer 2 Corintios 3:17:

"Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad."

Dios quiere que con poco prosperemos mucho, y no es del postrer Adán la maldición de comer con el sudor de la frente; pero debemos tener mayordomía de todo lo que vamos recibiendo, no olvidemos la parábola de los talentos que nos habló Jesús, y lo que ocurre con el siervo malo.

Vemos también en los versículos 9 y 10 de Jeremías 17:

"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, Incurable, ¿quién lo conocerá? Yo, YHVH, Yo escudriño el corazón y sondeo los riñones, Para dar a cada uno conforme a su camino, Conforme al fruto de sus obras."

Debemos ver el contexto de un versículo, cuando es en el antiguo testamento, porque hoy tras la resurrección de Cristo estamos en una nueva realidad. Como vimos en la columna anterior, nueva mente y corazón de Dios, siendo uno con Cristo y el Padre, somos el Cuerpo de Cristo.

Sé animado, pero seamos mansos y no mensos al momento de ver las promesas del Padre, para ver también sus advertencias. No seamos de los que siguen confiando en el Adam, sea en su propio Adam o en otra persona; nuestra mirada sea en Jesús como nos dice Hebreos 12:2:

"Puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe; el cual, por el gozo puesto delante de Él, soportó la cruz, y despreciando el oprobio, se ha sentado a la diestra del trono de Dios."

Y no olvidar, el versículo 1 de Hebreos 12, que profundizamos en la Columna 4, porque puede que no puedas correr la carrera, estás aún en el polvo, sino te has desprendido del peso, del "ogkos", y del pecado que nos asedia, el "errar en el blanco", cuando no oímos ni seguimos al Hijo, y no vemos ni seguimos lo que el Padre nos muestra hacer.

Mejor entonces, comerse el pan añejo. Que el pan nuevo, siempre debe comerse sin polvo.