Cuándo el Padre y el Hijo gobiernan en la tierra con los Hijos
El Señor y el Padre vienen a la tierra, a la creación, amén, de eso no hay duda. Pero hay un orden de cuándo esto ocurre. Y esto es muy importante al entender la responsabilidad de la Iglesia aquí en la tierra, en toda la creación. Volvamos a ver Apocalipsis 21 con mayor detalle:
El capítulo comienza con el cielo nuevo y tierra nueva. Esto no puede ocurrir hasta que se cumpla el poner todos sus enemigos por estrado de sus pies, como vimos en Hebreos 2:8, y cumplir el Ministerio de la reconciliación de todas las cosas que vimos en profundidad al comienzo de la Columna 9.
Entonces, tenemos en orden de sucesos de Apocalipsis 21, con sus versículos:
- Versículo 1: Cielo nuevo y tierra nueva.
- Versículo 2: La Jerusalén celestial desciende en la nueva creación, para ser una con la creación.
- Versículo 3: El Padre y el Hijo moran con los Hijos en la nueva creación; Dios sea todo en todos.
El orden es clave: Cuando la Iglesia termine su obra, cielo nuevo y tierra nueva, ya no más creación torcida, el haber reconciliado todo en los cielos y en la tierra, la Jerusalén Celestial, de la cual somos parte, habrá descendido, será una con la creación, y el Padre y el Hijo gobernarán con sus Hijos habitando en todo lo creado; ya no habrá más separación porque la Iglesia habrá terminado su obra de restaurar, de reconciliar todas las cosas con Dios.
Pero muchos piensan, que primero viene la segunda venida del Señor, y Él vencerá con todo lo malo que acontece, y no se ve la responsabilidad previa de la Iglesia en la reconciliación de todas las cosas.
Esto hace que no tengamos mirada de gobierno, que no busquemos la autoridad que el Padre tiene para nosotros para cumplir la obra que nos ha confiado. Si es que literalmente, dentro de los "al que venciere" del rollo a las siete Iglesias, el de Laodicea, habla del sentarnos en su trono, y el de Tiatira, de darnos autoridad sobre las naciones.
Autoridad sobre las naciones nos quiere dar el Señor, pero muchos siguen esperando, que en la segunda venida el Señor pondrá el orden, cuando toda el nuevo testamento, tras mostrarnos la obra ya cumplida de Cristo, los rudimentos, la leche, luego busca que vayamos por lo maduro, con una sana edificación unos con otros como Cuerpo de Cristo, y tomar de toda la autoridad que Dios nos ha dado, para cumplir la obra de la reconciliación de todas las cosas.
Pero muchos se quedan en la salvación, y que ya vendrá Dios a ordenar todo, y destruir a los malvados; que ya vendrá el Reino cuando todo esto cambie; y la Iglesia se vuelve pasiva, que solo con el "ganando almas" nos quedemos es donde gana el enemigo.
Al volvernos pasivos, vean toda la autoridad que de manera indirecta le damos al diablo, para que extienda por más tiempo su gobierno, el cuál ya ha sido vencido, amén, pero como vimos, el Señor está a la diestra del Padre esperando hasta que pongamos a sus enemigos por estrado de sus pies. Y este tiempo, esperando, si no hacemos la obra, lo estamos extendiendo, y le damos más tiempo al diablo para hacer de las suyas al no ejercer la autoridad que el Padre ya nos ha dado, porque ya se complació en darnos el Reino como vimos en Lucas 12:32.
Es como el hijo que toma una carrera de 3 años. Ese es el plan original. Pero falló, reprobó muchas veces, algunos semestres abandonó, y luego regresó. Y el tiempo de sacar la carrera fue un total de 9 años. Pudo haberla sacado en 3, pero lo hizo en 9 años.
Entonces amén, Dios tiene sus tiempos, como en el ejemplo anterior la carrera era de solo 3 años. Y extender los tiempos a causa de nuestra rebeldía, por los desvíos que tomamos, muy probablemente quedarán heridas y hasta pérdidas en nuestras vidas, las cuales Dios nos las quiso para nosotros, pero uno fue el desobediente.
Como también podemos llegar a niveles de rebeldía en que no se llega a vivir todo el propósito, los planes, el diseño de Dios para nuestra vida, como el caso de Sansón.
Tenemos una gran responsabilidad, pero bueno es Dios, y grande es su amor. Nunca es tarde para alinearnos completamente. Hay grandes cosas para la Iglesia en el corazón del Padre, y grandes obras de la Iglesia en medio de las naciones y toda la creación que podrán venir en esta generación si obramos en todo esto.