La Escalera de Jacob

Hasta ahora hemos visto actos torcidos en la vida de Jacob, y el llamado a examinarnos como nación en los pasos errados de Jacob. Pero al salir de su casa, vienen a ser activados en Jacob, uno de los dones más tremendo que tiene, y es su capacidad de ver.

Podemos estar en muchas dificultades, "con el agua hasta el cuello", creer que nada tiene sentido, pero, cuando el Padre Dios nos levanta, nos tomamos de su mano, y vemos las cosas como Él las ve, toda nuestra realidad cambia. Y esto ocurre por primera vez en la vida de Jacob. Génesis 28:10-15:

"Jacob, pues, salió de Beer-seba y se dirigió a Harán, y llegado a cierto lugar, pasó allí la noche porque ya el sol se había puesto. Tomó una piedra del lugar y la puso por su cabecera y se tendió en aquel sitio. Y tuvo un sueño: He aquí una escalera apoyada en la tierra, cuya parte superior alcanzaba los cielos. He aquí los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Y he aquí YHVH estaba en pie sobre ella y dijo: Yo soy YHVH, Dios de tu padre Abraham y Dios de Isaac. La tierra sobre la que estás tendido te la daré a ti y a tu descendencia. Y tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te extenderás hacia el mar, al oriente, al norte y hacia Neguev. Y en ti y en tu descendencia serán benditas todas las familias de la tierra. He aquí Yo estoy contigo y te guardaré dondequiera que vayas, y volveré a traerte a esta tierra, pues no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido."

Qué encuentro tan tremendo con el Señor. Dios le reafirma a Jacob que su tierra es Canaan, ya que Jacob había comenzado su viaje y aún estaba en Beer-seba, que geográficamente sigue siendo de las tierras de Canaán. Y no que sus tierras están en Padan-aram, alejado de Canaán, tierra de la casa de Labán.

Es muy importante ya que Dios vuelve a direccionar a Jacob en la bendicion correcta, y no la "incompleta" que Isaac le da, que analizamos en capítulos anteriores.

Tristemente, Dios debe dejar que Jacob continúe su viaje, porque sus padres ya lo habían enviado. Dios respeta la autoridad que da, como en este caso, la autoridad de los padres sobre los hijos. Y al respetar esta autoridad, está también la llave de honrar a nuestro padre y a nuestra madre, para que Dios nos de largura de días, Deuteronomio 5:16. Otro ejemplo al respeto de la autoridad dada por Dios, lo vemos en la vida de Saúl, y como David no toca su vida ya que era una autoridad que Dios había dejado en la tierra, hasta que Dios mismo se lo llevara.

Pero, pese a que los padres de Jacob lo habían enviado a otras tierras, Dios promete hacerlo volver a la tierra correcta, "y volveré a traerte a esta tierra, pues no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido", le dice a Jacob. Es bien interesante la forma en que se expresa el Señor. Vemos en esta promesa en Génesis 28:10-15, que la mano de Dios iba a hacer volver los caminos de Jacob para cumplir el pacto que había hecho con Abraham en la tierra que ya había establecido para sus generaciones, aún cuando lo que estaba viviendo Jacob en ese momento no era lo que Dios quería para las generaciones de Abraham. En el versículo 15 anterior, Dios habla, "estoy contigo", "te guardaré", lo que es parte de la promesa a Abraham, pero los siguientes verbos que utiliza, suenan como quien va a buscar algo que se había perdido, se había extraviado, "volveré a traerte", "no te dejaré", "hasta que haya hecho". El "volveré a traerte" marca la diferencia, que la dirección que había sido enviado Jacob por su padre Isaac, no estaba siendo la correcta, y Dios va en su rescate para que no se pierda.

En los versículos 16 al 19, Jacob despierta de su visión, y reconoce lo que ha vivido, dando nuevo nombre al lugar.

Lo importante que vemos es la piedra donde se recuesta, la que es imagen profética de Cristo como la Roca, la piedra angular, en donde descansamos, nos posicionamos, recibimos las promesas de Dios en nuestras vidas, y en ella vemos como Dios ve, y volvemos al camino correcto. El sueño de Jacob en la piedra, la visión, fue una profecía. Y lo importante, es que Jacob "aterriza" la profecía, al derramar el aceite sobre la piedra. El aceite es lo que mantiene las lámparas encendidas. Las lámparas en la Biblia, son imagen profética del espíritu. Como vemos con la menorah que se encendía con aceite, los 7 espíritus de Dios. O como vemos más adelante, las 7 vírgenes que debían cuidar quedarse sin aceite. Jacob estaba encendiendo su espíritu con Dios.

Pero poco después, Jacob comete un error. Pese a las grandes promesas de Dios, las bendiciones, como las que recibimos en nuestras vidas, que son regalos como los dones, en los versículos 20 al 22, Jacob, le dice a Dios, en resumidas y parafraseando: "si me bendices, este lugar será casa de Dios y te daré mi diezmo (te bendeciré)."

No sabemos qué crianza tuvo Jacob, pero parece que como una con mezcla, ya que iba a convertir ese lugar con la piedra, como en un tipo de templo. "Entonces esta piedra que he puesto como estela será Casa de Dios", dice Jacob, como quien iba a hacer un templo a Dios en ese lugar, un templo como los de los "dioses" paganos de esos tiempos que habían en distintos territorios donde se manifestaban.

Lo más delicado, es que Jacob duda de la promesa de Dios, le dice "Si ’Elohim estuviera conmigo..." y continúa con más condicionales, como poniéndole a Dios un contrato con cláusulas. En resumen, vemos a Jacob negociando con Dios.

Es triste la verdad, pero es algo que como Iglesia podemos caer. "Dame este negocio con prosperidad, y la mitad de las utilidades serán para la Iglesia". "Dame una esposa, hijos, y te prometo que todos en mi familia te servirán". "Dame un gran terreno y una gran casa, y la mitad de las habitaciones serán para hospedar a hermanos misioneros y necesitados". A ver, Dios es un Padre, se muestra como un Padre, pero se le ha llegado a ver como un "genio cumple deseos", al cual "le voy a convidar de lo que me dé".

Sí, Dios nos bendice, pero SIEMPRE con dirección, con un propósito. Con Jacob, Dios al bendecirlo en el pasaje anterior, reafirma la promesa, el pacto con Abraham, pero esta bendición como pueblo escogido venía con dirección, como vemos en el versículo 14 de Génesis 28, "Y en ti y en tu descendencia serán benditas todas las familias de la tierra." Es la misma promesa que vimos en Génesis 12:3. Parafraseando, "un pueblo para bendecir a todos los pueblos", "una nación levantaré para bendecir a todas las naciones"; esta es una gran bendición con una gran responsabilidad.

Este don tremendo de ver de Jacob, de ver los cielos abiertos, lo vemos hoy en nuestra nación Chile. Nuestro país es el que tiene "los cielos más abiertos" para la ciencia.

Ya el "astro turismo" acuña este término para resaltar las bondades geográficas de la nación.

Según reporta el European Southern Observatory en su sitio web oficial, el 26 de Abril del año 2010, "el Consejo del Observatorio Europeo Austral (ESO) seleccionó Cerro Armazones como ubicación de referencia del futuro European Extremely Large Telescope (E-ELT, o Telescopio Europeo Extremadamente Grande). Armazones es una montaña de 3.060 metros de altura en la parte central del Desierto de Atacama, en Chile, ubicada a unos 130 kilómetros al sur de Antofagasta y a unos 20 kilómetros de Cerro Paranal, hogar del Very Large Telescope de ESO."

Según declara el Servicio Nacional de Turismo, en su web de Astro Turismo, Chile es "el único lugar del mundo que cuenta con los cielos más claros para la observación de las estrellas". También el gobierno declaró, el 17 de Marzo de 2017, en el día mundial de la astronomía, que "el 40% de la infraestructura óptica de observación astronómica del planeta está en nuestro territorio y se estima que la cifra llegue al 70% en la próxima década".

Este don tremendo de ver, es uno que debe ser despertado en la Iglesia de la nación.

Dios ha dado diseños a la Iglesia de cada nación, diseños preciosos de una de las tribus de Israel. Primeramente, se debe despertar esa genética espiritual dormida, para levantarse con autoridad como Iglesia de la nación, y usar los dones para sanar, restaurar, y edificar en Cristo en la nación, reconciliando todas las cosas por medio de Él; Colosenses 1:15-20 y 2 Corintios 5:18-19. Segundo, utilizar esos dones para ministrar a las otras naciones del mundo, para apoyar a las que aún no se levantan. Tercero, lleguen todas las naciones a ministrarse unas a otras cada día con lo que el Padre les ha dado; vivir el Reino de Dios en cada territorio de los continentes

El don de ver es uno necesario, en tiempos tan cambiantes que se viven en el mundo. Tanto oír, como ver, son importantes para hacer la voluntad del Padre, Juan 5:19:

"Jesús pues declarando, les decía: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque lo que Él hace, esto también hace igualmente el Hijo."

No es que solo la Iglesia de Chile puede ver, no se trata de eso. Pero tiene un don mayor para ver. Y este don de ver con mayor claridad y alcance los asuntos del Padre, no es para "vanagloriarse", sino es primeramente para tomar el camino correcto como nación, y segundo, para ministrar con este don a las Iglesias de otras naciones.

Pero el enemigo siempre busca torcer los diseños del Padre, para volverlos una maldición. Un fenómeno que se dio durante el "estallido social" en Chile en el año 2019, y es que comenzó a haber una gran cantidad de daños oculares dentro de los manifestantes.

La BBC reportó sobre esto a fines de Noviembre de 2019, en su nota "Por qué tantos manifestantes alrededor del mundo están sufriendo lesiones en los ojos", y se vieron hallazgos sorprendentes. A la fecha de este reportaje, se estimaba que desde el inicio de las manifestaciones del 18 de Octubre del mismo año, 220 personas habían sufrido daños oculares. Para tener una idea de esta alta tasa de lesiones en Chile, la misma nota hace una comparación, con un estudio del 2011 sobre víctimas en el conflicto entre israelíes y palestinos, y que, en 7 años, de 1987 a 1993, se produjeron solo 154 lesiones oculares entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

También existen muchos testimonios donde deliberadamente apuntaban a los rostros de los manifestantes.

El astrofísico chileno Nestor Espinoza analizó las probabilidades de recibir daño ocular en las manifestaciones, y publica en su twitter sus hallazgos:

"Dado que le das un disparo aleatoriamente a alguien en el cuerpo, la probabilidad de que sea justo en los ojos es del orden de ~1 en 5,000. Tendrías que herir a ~750,000 personas para tener 150 heridas con daño ocular.

El cálculo no es tan complicado: (Área de un ojo) ~ 1/10,000 metros cuadrados (Área de una persona) ~ 1 metro cuadrado (Área de dos ojos)/(Área de una persona) ~ 2/10,000 = 1/5,000 Divisiones y multiplicaciones. Órdenes de magnitud. Debería enseñarse en el colegio (Áreas = Secciones eficaces/transversales para l@s ñoño-fisic@s).

Notar (como he repetido en las respuestas): 1. El cálculo considera heridos, por lo que el número de perdigones disparados es irrelevante. 2. Es un orden de magnitud — no pretende considerar absolutamente todas las variables (solo, las más relevantes en promedio)."

Más allá del color político, estar a favor o en contra de uno o varios puntos del "estallido social" en Chile, lo que es un hecho, es la alarmante cifra de daño a los ojos. El enemigo, en tiempos en que la nación vive un importante punto de inflexión, ha querido dañar la visión de la nación.

Todo es espiritual, y todo es natural, a la vez. Debemos levantarnos con el don de ver. Primeramente, cuidando lo que ven nuestros ojos, como Iglesia, para no tener daño y velos que nos impidan ver, y se refleje que esta realidad de ver los asuntos del Padre con claridad, llegue a toda la nación, para que todo el pueblo de Chile pueda volver a ver a Cristo y llegar al Padre.

Así como a nivel personal, uno conoce a Cristo, va despertando sus dones y ministerios, y se vive este proceso de ser a imagen y semejanza de Cristo, el Padre en este proceso nos va hablando personalmente a través de nuestros dones y ministerios. Es así, que Padre nos irá hablando como Iglesia de la nación, y creceremos en Él, al utilizar nuestros dones de nación. Y uno de estos, es ver los cielos abiertos como Jacob.

Debemos profundizar en este tremendo don de ver, y también ministrar a otras Iglesias de otras naciones, así como también nos ministrarán a nosotros con sus dones. Y, todas las naciones lleguemos a operar, en un tiempo, como un solo Cuerpo de Cristo a nivel continental, y a nivel global.

Otro don de Jacob, es abrir los cielos. En Jacob aparece la escalera, en la que los Ángeles suben y bajan. Es interesante, la Palabra no dice que venían del cielo, sino que ya estaban en la tierra, por eso se escribe "suben" primero. Este principio también lo menciona Jesús al comenzar su Ministerio con sus discípulos, Juan 1:51:

"Y le dice: De cierto, de cierto os digo: Veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que ascienden y descienden sobre el Hijo del Hombre".

Primero, el cielo tiene que estar abierto, y con ello, los Ángeles, que estaban en la tierra (no que todos los Ángeles están en la tierra), pueden subir y luego volver a bajar.

Esta dinámica con los Ángeles, no la vamos a profundizar en este libro, pero tiene que ver con el principio de gobierno de los Hijos de Dios con los Ángeles, que vemos con el profeta Daniel en Daniel 4:17:

"La sentencia es por decreto de los guardianes, y la decisión por la palabra de los Santos, para que los vivientes reconozcan que Il·laya domina sobre el reino de los hombres, que lo da a quien le place y pone sobre él al más humilde de los hombres."

Aquí se habla de dos personajes. Están los Santos, los Hijos de Dios, y están los guardianes. Guardianes en este versículo, en hebreos es "eer", que también significa ángel guardian, ángel que vigila. Esta misma palabra en hebreo "eer", es la que se utiliza en este capítulo en los versículos 13 y 23, donde se habla del guardián santo que desciende de los cielos y corta el árbol.

Entonces, El principio de cielos abiertos que vemos en Juan 1:51, es el que permite que se "restablezca" la operación de los Ángeles en la tierra, para subir de la tierra al cielo, y bajar del cielo a la tierra, ejecutando los juicios, las bendiciones, todo lo que sale de la boca del Padre, aquí en la tierra.

Nota: Más sobre el actuar de la Iglesia con los Ángeles, está escrito en mi prime libro "Reyes con amnesia - Desterrados en nuestra propia tierra", que encontrarás para lectura gratuita en mi sitio web SeDespiertan.com

Y es que, con Jacob, él no estaba con Jesús encarnado, pero encuentra la piedra angular, y sobre ella descansa, y puede vivir este principio de Juan 1:51. Al posicionarnos en Cristo, nuestra roca, abrimos los cielos. Pero es interesante, que con Jacob se manifiesta una apertura de cielos como ninguna otra. Jacob manifiesta en la roca una escalera en la apertura de cielos, por donde los Ángeles pueden moverse. Volvamos a leer Génesis 28:12:

"Y tuvo un sueño: He aquí una escalera apoyada en la tierra, cuya parte superior alcanzaba los cielos. He aquí los ángeles de Dios subían y bajaban por ella."

Jacob es el único personaje en la Biblia, en lo que quedó escrito, que manifiesta esta escalera vivida en visión. Vemos que Daniel describe la dinámica con los Ángeles guardianes, pero no llega a manifestar esta apertura de cielos como lo hizo Jacob.

No es que solo la Iglesia de Chile tenga la capacidad de ver los cielos abiertos, o abrir los cielos en un lugar, pero, así como profetas en el antiguo pacto podían manifestar los cielos abiertos, solo Jacob manifestó la escalera y el principio de Jesús en Juan 1:51.

La apertura de cielos con la escalera de Jacob, es un don tremendo, que debe ser profundizado; y no se me ha dado a mí hacerlo en este libro, sino que es un misterio más guardado solo para los que aman las profundidades del Hijo y el Padre.

En la historia de la Iglesia, tenemos el gran avivamiento de Valparaíso a comienzos del siglo 20. Una época de grandes avivamientos en el mundo, como el de la calle de Azusa en Estados Unidos, pero que en América Latina, Valparaíso fue el lugar escogido.

El lugar Valparaíso, no es un lugar cualquiera tampoco. El medio electrónico elmostrador.cl, en una nota de agosto de 2013, titulada "Valparaíso primer puerto de la globalización", nos habla de la importancia de este territorio en la historia de la nación:

"Valparaíso vio nacer los primeros emprendimientos e iniciativas en Chile, como el primer banco, la primera librería, el periódico mas antiguo, la primera cervecería, el primer telégrafo, el primer cuerpo de bomberos de Chile, la primera ciudad alumbrada por gas, los ascensores(...)."

Fue el lugar también donde llegó la primera imprenta. Y no solo a nivel nacional tuco importancia, fue un importante puerto a nivel continental. Como detalla el sitio, memoriachilena.gob.cl, en su sección "Presentación" de "Comercio y finanzas en Valparaíso (1830-1914)":

"En breve tiempo, el mundo mercantil porteño se convirtió en el centro de un importante comercio que abasteció al Perú, Bolivia y el noreste argentino; a mediados de siglo, a California y Australia y, a partir de 1880, también al mercado salitrero del Norte Grande."

Debemos ver la importancia de la historia y de los territorios, de las ciudades de nuestra nación.

Pero el avivamiento de Valparaíso no duró mucho, y hoy en día no queda nada, más que algunos reportajes. Uno de estos, de el medio cristiano conozca.org, que en un reportaje de Enero de 2018, titulado "El avivamiento pentecostal chileno de 1909", nos detalla lo acontecido:

"El avivamiento pentecostal iniciado a principios de 1909 alcanzó su expresión máxima entre agosto y septiembre. El bullicio de las reuniones y utilización de espacios públicos, provocó la reacción de la prensa y autoridades locales. Estas manifestaciones fueron creciendo gradualmente hasta que el domingo 12 de septiembre, cual estruendo del pentecostés, en el Libro de los Hechos, la iglesia explotó en todo tipo de manifestaciones, similares a las vividas en los otros avivamientos extranjeros. La noticia se expandió rápidamente por todas las iglesias metodistas del país.

Sin embargo, todo este mover del Espíritu no tuvo acogida entre toda la hermandad metodista, especialmente la de Santiago. El hecho que el bautismo del Espíritu fuese acompañado por la glosalalia, causaba extrañeza en la hermandad y críticas en contra de Mr. Hoover. Además, los pastores de Santiago fueron educados en la teología modernista y miraban con recelo a Hoover, quien se aferraba a las enseñanzas básicas de Juan Wesley. Ellos ya habían decidido que el avivamiento de Valparaíso había llegado a "excesos" inaceptables.

Por causa de las fuertes discrepancias entre los líderes de la Iglesia Metodista de Santiago y el pastor Hoover, en la Conferencia anual celebrada en febrero de 1910 el reverendo Hoover fue sancionado y conminado a volver los Estados Unidos. El desafuero tenía como causa el hecho de promover doctrinas ajenas a la Iglesia Metodista Episcopal, puntualmente, enseñar "falsas doctrinas" como sanidades y bautismo del Espíritu Santo con evidencias de nuevas lenguas. Además de diseminar literatura "antimetodista", como algunos folletos publicados en Estados Unidos y la India, referentes a experiencias sobrenaturales con el Espíritu Santo. El pastor Hoover no aceptó dichas acusaciones y las sanciones impuestas, y decidió renunciar a la denominación. Esta dimisión tuvo su réplica en las iglesias de Valparaíso y de Santiago."

Como está escrito en Lucas 11 versículo 17, "todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y casa contra casa cae." La tradición del hombre que calla la voz del Espíritu Santo, ha abortado y retrasado muchos proyectos preciosos del Padre para la nación.

Como vemos también en Génesis 28:12, la escalera de Jacob estaba apoyada en la tierra. Cristo es la roca, el fundamento, pero Dios solo a Adán, al hombre le dió la potestad de gobernar todo lo creado. Cristo respeta esta autoridad dada por el Padre al hombre. Jesús se encarna, termina su obra y levanta al hombre para el Padre Dios, y le entrega a su Iglesia las llaves del Reino de los Cielos para gobernar que vemos en Mateo 16. Todo lo que ocurra en esta tierra, será responsabilidad del hombre; como está escrito en Salmo 24:7, "levántense puertas eternas para que entre el Rey de Gloria."

Si el hombre no pone como fundamento en la tierra a la Roca, a Cristo, los cielos eternos del Padre permanecerán cerrados en ese lugar. Es muy interesante Génesis 28:12, en como no dice que los Ángeles descienden de los cielos primeros, sino que suben primero y luego bajan. Y así no dice tampoco "y vi una escalera que descendió del cielo", o "apoyada en el cielo". Pocas veces vemos en las escrituras la utilización de una escalera por parte de Dios. Una de estas, pero no por ello menos importante, lo vemos en en Ezequiel 41:7:

"Cuanto más subían, los aposentos laterales eran más anchos, porque la escalera de caracol de la Casa subía más y más arriba por dentro de la Casa; por tanto, el ancho de la Casa aumentaba hacia arriba. Desde el piso inferior se podía subir hasta el más alto, pasando por el del medio."

Dios le muestra a Ezequiel como eran los diseños de su Casa para que se los transmitiera al pueblo de Israel, el que que cayó como vimos anteriormente en Ezequiel 5:5-10. Como el Espíritu Santo le revelaría a la Iglesia con los Apóstoles, la Iglesia, el pueblo de Dios, el Cuerpo de Cristo, es llamado a ser parte de la Casa del Padre y el Hijo, 1 Timoteo 3:15, 1 Pedro 2:5.

En el diseño de la Casa de Dios que vemos en el libro de Ezequiel, vemos que a medida que se sube, la Casa aumenta su anchura. Vemos que la escalera comienza en el piso inferior, y llega hasta el piso más alto. Además de interesante el diseño de escalera de caracol. Y es un diseño muy diferente de la escalera del templo que le construyó Salomón a Dios con materiales y arquitectos del reino y príncipe de Tiro, en sus diseños que vemos en 1 Reyes 6:8: La escalera de caracol de Salomón solo comunica dos galerías, la intermedia con la superior, y se situaba a la derecha de la casa. Mientras que la escalera en el diseño de Dios en el libro de Ezequiel, es parte central de la Casa, comunicando todas las habitaciones, y parte desde el piso inferior. Muy importante esto último, recordemos Génesis 28:12, la escalera apoyada en la tierra.

No veamos la Casa de Dios como una que está "leeejos" en los cielos, sino una que se va acercando, haciendose una con todas las cosas en los cielos y en la tierra, en la obra con la Iglesia de la restauración, de la reconciliación de todas las cosas, Hechos 3:21, Colosenses 1:15-20, 2 Corintios 5:18-19, en la que terminamos de poner a todos sus enemigos por estrado de sus pies, Hebreos 2:8 (ven en este último versículo, la versión 4 de la Biblia Textual). Somos parte del Cuerpo, de la Casa de Dios, y todo será unido, la Casa de Dios se hace una con toda la tierra, como vemos al final del libro del Apocalipsis, con el cielo nuevo y la tierra nueva.

La Iglesia de la nación se puede volver a levantar como en Valparaíso en 1909, con una escalera tremenda, y abrir los cielos para la manifestación del Hijo y el Padre sin limitaciones, a plenitud, Y no solo en Valparaíso, sino en todas las ciudades de la nación. Y también para Ministrar con este don a otras naciones. Porque el avivamiento de Valparaíso fue el único de este tipo en toda América Latina, y estas aguas que se derramaron en estas tierras, no llegaron a expandirse sobre el continente, porque la voz del hombre llegó a sonar más fuerte en la tierra que la voz del Espíritu Santo.

No volvamos a caer en lo mismo. Ni tampoco vivamos con remordimiento por lo que ya ocurrió y no poder avanzar.

Lo primero que tenemos que hacer como Iglesia es perdonar a los Ministros que callaron la voz del Espíritu Santo décadas atrás. Y así con todo lo errado que muestre el Padre de la Iglesia. Pero no así de quienes nunca fueron Hijos, de los que solo usaron los títulos de Ministros de la Iglesia en Cristo, de los tibios que Dios escupe de su boca.

Perdonar lo que hicieron con el avivamiento de Valparaíso podría ser difícil, pero cómo sería menos, si Jesús dice aún que tenemos que amar a nuestros enemigos.

Lo segundo, es pedir perdón al Padre como Iglesia de la nación, ya que, las llamadas "denominaciones", son divisiones que el propio hombre a puesto, ya que el Cuerpo de Cristo es uno solo. Y aunque no vivíamos en aquella época, somos responsables como partes de la Iglesia, como miembros vivos del Cuerpo de Cristo.

Tercero, es oír la voz del Espíritu Santo; ver y escuchar lo que El Padre hace y habla hoy. No se trata de repetir como instrucciones, como un "paso a paso", lo vivido en Valparaíso en 1909, para retomar los caminos del Padre para la nación. Dios se renueva cada día, Lamentaciones 3:22-23:

"La misericordia de YHVH nunca termina, Sus compasiones nunca se acaban, Nuevas son cada mañana. ¡Cuán grande es tu fidelidad!"

No desperdiciemos más años, sin poder utilizar los dones de ver, y de abrir los cielos, que nos ha dado al Padre, con la escalera que el Padre le ha mostrado a Jacob. Ministremos con ello a las ciudades de la nación, sanando y levantando, y seamos, en un poco de tiempo, bendición para todos los pueblos de la tierra, así como otros pueblos bendicen al nuestro.