La promesa inicial

El diseño de Dios para los dos hermanos, Génesis 25:23:

"Y le dijo YHVH: Dos naciones hay en tu vientre, Y dos pueblos están siendo divididos aun desde tus entrañas. Un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor."

Esto se lo dice a Rebeca. No vemos, o al menos no está escrito, que Rebeca le comunicarse a Isaac esta Palabra. Dios cuando habla, sobre todo a una Casa, lo hace una vez. Y quien recibe una Palabra, debe darla a toda la Casa. No sabemos si Rebeca no lo hace por un tema de cultura de la época, y del pueblo de donde ella vino, donde quizás la mujer debía ser más "sumisa", y por ello se guarda la Palabra recibida. Y veremos cómo Rebeca busca hacer cumplir la Palabra de Dios para los hermanos, para sus hijos, a su manera, forzando la situación aún con engaños.

Aquí aparece:

  • Palabra de Dios que se guarda y no se habla a toda la Casa.

Para la Iglesia hoy, como advertencia, podemos recibir tremenda Palabra de Dios, pero, aún con lo hermosa y fuerte de la bendición que Dios da, podemos caer en guardarla. Aunque atesoremos lo recibido, al no hablarla a todos los que corresponda, Dios no hablará los "siguientes pasos". Claro, también siempre hablando una Palabra a quienes Dios quiere que lo hagamos, pero si Dios habla sobre temas de una Casa, en un hogar, "todos los involucrados" debieran de conocer dicha Palabra recibida. También como advertencia, lo que es forzar una Palabra para que se cumpla.

Es interesante que Dios permita que salgan dos pueblos de las generaciones de Abraham. La promesa de Dios, no es que Esaú como un pueblo, se separe de Jacob como otro pueblo, sino que Esaú y su descendencia, sirvan a Jacob y a su descendencia.

La Biblia describe a Esaú como un hábil cazador, como alguien fuerte. Personalmente creo, que, si Jacob hubiera estado en diseño con su hermano Esaú, Esaú como fuerte, hubiera sido un apoyo, un servidor, muy necesario, para que Jacob tomase la tierra prometida. Pero veremos más de esto, más adelante.

La Palabra dice que Rebeca amaba más a Jacob que a Esaú (Génesis 25:28). No sabemos si fue más por la promesa de la Palabra recibida, u otra cosa. Tampoco sabemos si al menos a su hijo Jacob le habló de la Palabra recibida de Dios, de que siendo el menor Jacob, su hermano Esaú lo serviría.