En unanimidad, levántense las Iglesias de las ciudades, la Iglesia de la nación
Desde el antiguo pacto, Dios levantó a hombres poderosos, como lo fueron los grandes profetas. Pero en el nuevo pacto, llegamos a ser uno con el Hijo y el Padre, como vemos en Juan 17:21:
"Para que todos sean uno como Tú, Padre, en mí, y Yo en ti; que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste."
Y he aquí una llave importante, solo siendo uno con el Padre y el Hijo, el mundo nos creerá como Hijos de Dios.
Entonces, como enviados de Dios, algo cambia, y ya no es solo un "gran profeta" que Dios levanta para dar palabra a una ciudad, como vemos en el antiguo pacto. Somos todos uno con el Padre y el Hijo, esto ya no es algo de unos pocos. Todos llegamos a ser parte del Cuerpo del Padre y el Hijo, como piedras vivas. 1 Pedro 2:5:
"Vosotros también, como piedras vivas, estáis siendo edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesús el Mesías."
Sí, honramos a aquellos que han alcanzado mayor madurez en Cristo, quienes muchas veces nos abren camino ante lo nuevo, pero no debemos tomar una posición pasiva en que se depende un hombre maduro en Dios para que el Padre hable; como dos niveles de Iglesia, los que reciben y los que apoyan pero que no reciben. Sino que debo entender, primero, y muy importante, desde la humildad de ver el nivel de crecimiento que tengo en Cristo, que de mí también brotan, corren los ríos de agua viva, y Palabra fresca del Padre debe venir de mi boca. Y esta Palabra nueva ser bien administrada dentro de la Iglesia. Y así unos con otros. Dios nos llama a movernos como Cuerpo. Y esto fue así desde que descendió el Paracleto que prometió Jesús antes de subir, como vemos en Hechos 2:1-2:
"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente fue hecho en el cielo un estruendo, como de una ráfaga de viento impetuoso, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados."
Para que viniera el Espíritu Santo, todos tenían que estar en unanimidad. No bastaba que apareciera un gran hombre de Dios, como que se pusiera de pie el Apóstol Pedro que había recibido de Cristo las llaves del Reino en Mateo 16. Tenían que estar todos unánimes. Todos eran Cuerpo de Cristo. Y este es el principio que dijo el Señor, "un Reino dividido no prevalecerá". Estaban los mismísimos Apóstoles de Jesús, pero nada, nada iba a ocurrir, si no estaban en unanimidad. No sabemos cuánto tiempo pasó para llegar al tiempo de estar en unanimidad, pero es muy importante que se haya detallado, en el primer libro que habla de lo ocurrido tras la cruz de Cristo, que todos estaban en unanimidad.
Y estar en unanimidad, no es un proceso intelectual. No es meramente "debatir" de la Palabra. O también, no es que los mayores en Cristo digan qué hacer y simplemente el resto sujetarse aún si está recibiendo alguna dirección del Espíritu Santo, como niveles de rango dentro del ejército. Llegar a estar en unanimidad, es algo que ocurre de una manera que no es de este mundo. El Espíritu Santo nos energiza, y en ello también se llega a la unanimidad. No se puede describir simplemente con palabras. Pero este "energizamiento", es vital para la vida de un Hijo de Dios, como el respirar para nuestro cuerpo.
Energizar, en el nuevo testamento, lo encontramos bajo la palabra griega "energeo", que en ocasiones se traduce como "activar", "efectuar", "hacer", pero que literalmente denota la acción de energizarnos. La Biblita Textual, 4ta edición, traduce bien "energeo". Versículos clave, algunos de ellos son: 1 Corintios 12:6, 1 Corintios 12:11, Efesios 1:11, Efesios 3:20, Gálatas 3:5, 1 Tesalonicenses 2:13. Este último versículo habla una importante verdad, que recibimos la Palabra de Dios, pero no como un mensaje de hombre, la cual nos energiza si la creemos.
Tras estar en unanimidad, descender el Paracleto, el Espíritu Santo, se pudo manifestar el Reino. Y Pedro, como vemos más adelante desde el versículo 14 de Hechos 2, aquel Pedro temeroso, es llenado de valentía, ya que antes se ocultaban por temor a la persecución, y toma la autoridad de las llaves que le dio el Señor, y abre el Reino de Dios; comienza el caminar de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.
Por lo anterior, no podemos utilizar las llaves que el Señor le dio a Pedro, a la Iglesia, si no estamos en unanimidad. Entonces, ya no se trata de que venga "el ungido", "el gran profeta", "el super Pastor", "el Apóstol", a liberar un territorio, como una ciudad o una nación, si la Iglesia del mismo territorio no está en unanimidad recibiendo todos lo mismo, en un mismo espíritu en Cristo.
Desde este momento en Hechos 2, todo lo que ocurre dentro de la Iglesia, es el movimiento de todos como Cuerpo; las grandes manifestaciones vienen cuando se cumple la unanimidad del Cuerpo, algunos ejemplos:
Hechos 2:42: "Y estaban dedicados constantemente a la doctrina de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a las oraciones."
Vemos la importancia de la comunión del Cuerpo, y que sea algo constante. No de un "evento de un fin de semana" solamente.
Hechos 2:46: "Y perseverando unánimes cada día en el templo y partiendo el pan de casa en casa, compartían el alimento con alegría y sencillez de corazón."
La unánimidad hasta en las cosas más simples de cada día.
Hechos 4:31: "Y cuando ellos oraron, el lugar en que estaban congregados tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios."
Este es el poder que se desata de la unanimidad de todos. No es uno, como un líder, o grupo de líderes, que se levantan; es el Cuerpo actuando. El impacto y el alcance no será el mismo, si el liderazgo, el presbiterio, está en la dirección correcta del Espíritu Santo para una obra, si el resto del Cuerpo duda, "busca confirmación", no confía en el liderazgo actual, y/o busca otro camino posible. O en un escenario peor, en el mismo liderazgo hay confusión y división.
Hechos 15:24-25: "Por cuanto hemos oído que algunos de nosotros, a los cuales no hemos comisionado, os inquietaron con palabras, perturbando vuestras almas, nos pareció bien, habiendo llegado a estar unánimes, elegir a unos varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo."
Este último pasaje es un tremendo ejemplo, se ve la diferencia entre hacer las cosas en la unanimidad del Cuerpo, o fuera de ella.
Así mismo, vemos en la Palabra, que, el Apóstol Pablo se refiere a "la Iglesia de la ciudad", como a Corintios, y no hace algún otro tipo de subdivisión. También lo vemos en el libro del Apóstol Juan, Apocalipsis, la unidad mínima territorialmente de una Iglesia, es como "la Iglesia de la ciudad".
Es muy importante lo anterior. Viendo la importancia del principio de la unanimidad del Cuerpo para que se desate el Reino de Dios, el diablo ha fracturado la Iglesia de las naciones, y muchas de ellas actúan dentro de sus "4 paredes". El llamado no es a reunirnos todos bajo una misma denominación, o personalidad jurídica. Sino a que toda la Iglesia funcione unida, como unidad mínima que sea por ciudad, como una sola Iglesia. Y así, llegar a unirnos las Iglesias de las ciudades como la Iglesia de la nación; y llegar hasta los continentes.
El término clave es: Trabajar en acuerdo.
Podremos ser de distintas denominaciones, tener diferencias teológicas, como en temas como el rapto, pero sí creo que todas las Iglesias que sirven a Cristo, tienen algo en común, que nos permita unirnos en acuerdo: El territorio donde vivimos no sea para el diablo. Como detener sus ciclos de sangre derramada, y el territorio sea consagrado a Cristo para que sane nuestras ciudades. Y se manifieste ya sin límites su Reino Poderoso en la nación.
Muchas congregaciones piden que se levanten avivamientos como los de siglos atrás, como el de la calle de Azusa en Estados Unidos, o el que tuvimos en Valparaíso en Chile. Pero el Señor ya nos dió oporunidad de tomar y administrar estas instancias, y hoy en día esas fuentes están secas, porque la Iglesia local, la Iglesia de la ciudad, no pudo mantener la unanimidad del Cuerpo; no cuidaron las aguas tremendas de Cristo que salieron de esos lugares, ni menos aumentaron su caudal; como dice la Palabra, de nosotros corren ríos de agua viva.
Muchos intentos se han hecho de provocar un mover en el territorio local, como grandes convocatorias, pero no hay unanimidad, y muchos líderes de congregaciones buscan "aparecer en la foto", y concentrar en ellos todo lo que se está haciendo. Muchas veces por avaricia personal, como avaricia de figurar primero, avaricia de poder, y/o avaricia de dinero; como también por inseguridades, traumas en el alma, que no han sanado, y se cae en el engaño de que en la concentración y monitoreo personal hay seguridad, dejando de lado la guía del Espíritu Santo. Y todo esto ha frenado todo intento de unir el Cuerpo, y ha secado los depósitos de aguas vivas que el Padre ha querido abrir en un territorio.
El gran avivamiento que una localidad, una ciudad necesita, es solo una cosa, cumplir el versículo primero del segundo capítulo del libro de Hechos.
No se necesitan millones tampoco. Se debe de partir con un remanente. Los discípulos de Jesús, eran un remanente en sí de todo el pueblo de Israel que no creyó, o creyeron a su manera. Creer a su manera, es, los que dicen creer, y buscan solo las añadiduras. Como los que fueron por Jesús porque había multiplicado los peces y el pan, fueron solo por comida, recursos, pero no lo siguieron cuando había que seguirlo y subirse en la barca, y menos de la posición de la barca llegar a caminar sobre las aguas aún en medio de una tormenta.
Si ha llegado a leer hasta aquí, creo que es uno de ese remanente que no ha doblado sus rodillas a estructuras de hombre que han querido llamarse "la Iglesia de Dios". No importa en qué posición esté, si es un discípulo, un líder, o está en una posición de Ministro. Dios le revele en este tiempo las cosas grandes que tiene para su territorio, y sea frenado todo intento del diablo, aún expresado en acciones del hombre, para quitarlo del camino. Que pueda llegar a niveles que nunca antes ha experimentado de unanimidad en el Cuerpo de Cristo, y desde este plataforma en Cristo, pelear por su tierra y toda la nación.
Notas: Si no se detalla lo contrario, las citas de la Biblia son de la versión Biblia Textual extraídas de bibleserver.com, respetando el copyright que declaran al pie de página, no haciendo citas extensas (como libros/capítulos completos de la Biblia) sino breves (citando solo algunos versículos).
Agradecimientos también a la aplicación e-sword.net de Rick Meyers, para el uso de concordancia y diccionario Strong del hebreo y el griego.