Permanecer en el día, la columna de fuego en la noche
¿Has entrado a todas las habitaciones?
Uff.., han sido unos tremendos tiempos de recorrer y escribir las habitaciones, y espero que te hayan sido de gran bendición recorrerlas también. Siéntete bienvenido de entrar cuando quieras a alguna de ellas.
Escribir, crear, las habitaciones ha sido un tiempo lindo, pero también difícil. Pero con el Señor llevando la carga, y su fe operando en nosotros, todo es posible en sus caminos si no nos desviamos.
No me ha sido fácil, la verdad, escribir este libro. He tenido luchas, muchas de ellas anímicas. Pocos meses antes de comenzar a escribir este libro, el Señor me llevó a independizarme laboralmente. Con 29 años, después de haber terminado hace unos 3 años mi carrera universitaria, y ya con varios años como trabajador dependiente, mi forma de vida estaba cambiando. Con mi pastor de la congregación en ese entonces, oramos y fue confirmado que el independizarme era algo que el Señor estaba mostrando y permitiendo, que me estaba llevando a áreas, a lugares amplios de libertad.
Y la verdad es que sí, si no hubiera sido por esta nueva forma de operar laboralmente, no creo que hubiera podido escribir el libro en el tiempo en que lo hice. Como trabajador dependiente, tal vez teniendo solo los fines de semana jornadas largas en el día para escribir, me hubiera demorado unos dos años. Además de no descuidar mis responsabilidades en mi congregación, y el tiempo del descanso que nos manda el Señor.
Pero, solo quien es fiel en lo poco, en lo mucho lo pondrá el Señor, y con ello entra al reposo del Señor, como dice en la parábola de los talentos.
Si bien llegar a ser un trabajador independiente, no fue solo por gracia del Señor del momento. Entendí que tuve que pasar por un período de madurez de mi persona, de varias áreas de mi vida; áreas que si bien aún debo de crecer en ellas, madurar más, pero que en otro tiempo de aún mayor inmadurez en estas, no hubiera podido administrar mis labores como Dios quería.
Tras todo este proceso, he podido ver que el problema de un cristiano, de un Hijo de Dios, no es alcanzar las profecías para su vida, las unciones, oir y ver lo que oído no oyó ni ojo vió, lo que no ha subido al corazón del hombre hasta estos tiempos postreros. Lo más difícil para el cristiano no es alcanzar los tesoros, la sabiduría celestial de Cristo. Lo más difícil para un Hijo de Dios es permanecer,
Permanecer es lo que les doy al terminar este libro.
Si no permanezco, no importa cuán grande haya sido la obra que haya hecho, cuán grande la revelación que haya recibido, cuán grande la obra en Dios que haya hecho, todo se secará en mi vida si no permanezco en Cristo. Solo en Cristo está la vida.
Permanecer en Cristo no es solo orar al Señor y alabarlo todos los días, o no dejar de congregarnos. Podemos hacerlo y aún así estar separados del Señor. Permanecer es ser fiel y verdadero en lo que el Padre nos ha dado. Ser fiel y verdadero como Cristo es.
En la parábola de los talentos, al que ocultó lo recibido en la tierra, el Señor lo trata muy, muy mal, Mateo 25:29-30:
"Porque a todo el que tiene le será dado y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadlo en las tinieblas de afuera. Allí será el llanto y el crujido de los dientes."
El siervo que ocultó lo recibido, que no fue fiel en lo recibido, no se escondió del Señor, ni tampoco pecó como robarse lo recibido, o gastárselo para sí mismo. No fue fiel y verdadero en lo poco que recibió.
Unos podrían decir, que ha recibido algo del Espíritu Santo pero que no tiene madurez para administrarlo, cuando la Palabra dice que el Espíritu da en justa medida, Romanos 12:3:
"Ordeno pues, por la gracia que me fue dada, a cada cual que está entre vosotros, que no piense más altamente de lo que debe pensar, sino que piense con sobriedad, según la medida de fe que Dios dio a cada uno."
La medida es justa, todo lo que da el Señor es justo, Salmos 145:17:
"Justo es YHVH en todos sus caminos, Y misericordioso en todas sus obras."
El problema es cuando nos salimos del camino, o estando en el camino, el temor nos hace actuar equivocados, pecar, fallar en el blanco.
Podemos recibir grandes cosas del Señor, pero no ser fieles. Debemos quitarnos esa imagen de la cabeza de que por el solo hecho de congregarnos somos fieles. Es muy importante congregarnos como dice la Palabra, pero podemos estar cara a cara con el Señor y no permanecer. El siervo inútil no se escondió cuando el Señor regresó para ver los frutos que habían dado con los talentos, lo vió cara a cara, pero por no ser fiel y verdadero, siervo inútil fue.
El Apóstol Pedro en Mateo 16 recibe la tremenda revelación de Jesús, el Cristo, el Hijo del Dios viviente, y Jesús le declara que lo recibido no fue por carne ni sangre, sino que vino del Padre, de los cielos. Y versículos siguientes a la revelación vemos toda la autoridad que da el Señor a quien viva esta revelación. El Señor les dice, que deben de negarse a sí mismos, tomar su cruz, y seguirlo. Pero Pedro, momentos antes, se aleja de la revelación de los cielos, de lo recibido, y por las suyas le dice al Señor que no vaya a la cruz. Pedro mismo no es fiel y verdadero con todo lo recibido, él mismo se baja de la mano del Señor, y allí es cuando vemos que el Señor ora por él, que el diablo lo va a zarandear, y Jesús en su misericordia ora por Pedro para que al menos no le faltara la fe.
El Señor, sí, es misericordioso, pero lo de Pedro es fuerte en Mateo 16, porque ya anteriormente, Pedro había experimentado lo mismo en Lucas 9.
En Lucas 9:20, Pedro declara que Jesús es el Ungido de Dios. Luego versículos 21 al 26 el Señor habla de su muerte, la cruz, y su resurrección. En el versículo 23 ya el Señor habla: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día y sígame."
Unos ocho días después de esta revelación, Jesús tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo a orar al monte, y en el mismo capítulo de Lucas 9, en versículos 33 al 35 vemos como Pedro no es fiel con todo lo que recibe del Señor, y busca que tenga otro camino fuera de su muerte y resurrección en la cruz. Lucas 9:33-35:
"Y sucedió que al tiempo que ellos se apartaban de Él, dijo Pedro a Jesús: Maestro, bueno es quedarnos aquí y hacer tres tabernáculos: uno para ti, y otro para Moisés y otro para Elías (sin saber lo que decía). Y diciendo él estas cosas, apareció una nube que los cubría con su sombra, y tuvieron temor al entrar en la nube. Y de la nube vino una voz que decía: ¡Este es mi Hijo, el escogido: a Él oíd!"
El mismo Padre reprende a Pedro. Dios le dice que escuchen a su Hijo. Pedro le estaba diciendo a Jesús que se quedaran a vivir allí, olvidando todo de su muerte en la cruz y resurrección.
Por esto el Señor es tan duro con Pedro en Mateo 16, cuando le dice a Pedro "apártate de mí satanás". Ya era una nueva oportunidad en que las palabras de Pedro iban para desviar a Jesús de la cruz.
¿Y a quién le gustaría que su maestro muriese? Pues a nadie. Humanamente se podría pensar que lo que Pedro quería era algo bueno, era algo "humano", que lo hacía con buenos sentimientos. En esto podemos caer y es malo. A veces al corto plazo la revelación de lo que hay que hablar y hacer puede ser duro, pero más elevados son los pensamientos de los cielos, del Padre, que los nuestros como dice la Palabra en Isaías 55:8-9. Presenciar la muerte del Señor fue muy doloroso, pero la gloria eterna manifestada de Cristo es aún más grande que este dolor.
Podemos recibir grandes dones y revelaciones del Señor, pero terminar no permaneciendo en Dios. Aún cuando "humanamente" se vea "bueno", "de buenos sentimientos", lo que hacemos, apartado del Padre, de los caminos del Hijo, es algo malo.
Veamos este caso. Los amalecitas fueron muy corbardes, atacaron al pueblo de Dios cuando salía de egipto, los atacaron por la retaguardia, donde iban los más débiles como los más ancianos, los que iban más lentos. Los atacaron por sorpresa y no de frente. El Señor luego da palabra en el antiguo testamento de no dejar ningún Amalecita vivo. Saúl recibió palabra del Señor de matar a todos los Amalecitas y no llevarse de sus tesoros, y Saúl deja vivo al rey de Amalec y se lleva de lo mejor de sus tesoros. A ojos del hombre caído lo que hace Saúl parece bueno, como quedarse con las riquezas, pero fue una de tantas desobediencias que llevó a Saúl a su destrucción apartado de Dios.
Selah.
Debemos permanecer en Cristo. Y hay un diseño muy grande del día y la noche. Juan 9:4:
"Es menester que hagamos las obras del que me envió mientras es de día, porque viene la noche cuando nadie puede trabajar."
Acá vemos que trabajar de noche no es bueno, debo trabajar de día. Dios decidió que el trabajo debe ser cuando haya luz. Y también, Dios dio diseños de trabajo con descanso.
En el día operamos, en la noche descansamos. Las células tienen procesos propios de recuperarse, regenerarse, que solo ocurren en la noche. Por ejemplo, hace algunos años, una investigación llevada a cabo por el Institut de Recerca Biomédica (IRB) y el Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, iniciada el 2011, encontró que durante la mañana, las células madre se preparan para protegerse de la luz ultravioleta. En la tarde se duplican para proporcionar al tejido nuevas células para su regeneración. Y durante la noche, estas nuevas células realizan el proceso de especialización para poder desarrollar su función de barrera de la piel,
En la noche nuestro cuerpo duerme, se recupera para un nuevo día, pero nuestro espíritu y alma siguen activos.
Pero en las noches, muchas veces libramos batallas. No descansamos bien. A veces nos sentimos pesados. El Señor me ha mostrado que hay un diseño de permanecer en el día, para que el Señor se manifieste en la noche.
Es algo tremendo. Si guardamos el pacto, si guardamos lo que tenemos de Cristo en nosotros, el fuego del Rey se manifiesta de manera tremenda frente nuestro en las noches.
Abraham cuando presentó el sacrificio a Dios por primera vez, cortó en mitades a los animales del holocausto, Génesis 15, versículos 7 al 12, y 17 al 21:
"Entonces le dijo: Yo soy YHVH, que te saqué de Ur de los caldeos para darte en posesión esta tierra. Y él dijo: Mi Señor YHVH, ¿en qué sabré que la he de poseer? Y le dijo: Toma para mí una becerra de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un palomino. Y tomó para Él todos éstos, y los partió por la mitad, y puso cada mitad enfrente de la otra, pero no partió las aves. Y descendían los buitres sobre los cadáveres, pero Abram los ahuyentaba. Y estaba por ponerse el sol, cuando un profundo sopor sobrevino a Abram, y he aquí que el terror de una intensa oscuridad cayó sobre él. (...) Y sucedió que cuando se puso el sol, sobrevino una densa oscuridad, y apareció una fogata humeante, y una antorcha de fuego que pasaba por entre aquellos trozos. En aquel día hizo YHVH pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates, tierra del quenita, del cenezeo, del cadmoneo, del heteo, del ferezeo, del refaíta, del amorreo, del cananeo, del gergeseo y del jebuseo."
El partimiento significa pacto. Pero Abraham, tuvo que cuidar en el día ese pacto. El holocausto es Cristo, que está dispuesto por nosotros, que se ha partido por nosotros. Partimiento, así como cuando comemos, masticamos el pan que es el cuerpo, y bebemos el vino que es la sangre, de Cristo; partimos el pan, recordamos su pacto, comemos de su pacto. La mesa está servida para los Hijos dice el Padre, vengan y coman del árbol de la vida que les doy cada día, el pan de cada día. Y como Abraham cuidó que las aves del cielo, los buitres, no se comieran el pacto, así nosotros, debemos cuidar en el día que las aves del cielo, los demonios, no se roben del pacto que hemos recibido al descuidarlo. Abraham ahuyentaba a los buitres. Cuidar el pacto no es una posición pasiva, es luchar por ello. Si guardamos lo que el Señor nos ha dado, en la noche se manifestará el fuego del Señor en medio del pacto como lo hizo con Abraham.
Es interesante en este pasaje con Abraham, porque el Señor no se manifiesta en el día apenas el holocausto ha sido dispuesto por Abraham, y espera que se haga de noche para manifestarse. Cristo quiere pasearse como fuego en medio del pacto si el hombre lo cuida, es fiel y verdadero como Él es fiel y verdadero con el hombre.
Tenemos que cuidar el pacto durante el día. Incluso, de repente pasar por alto palabras que el Señor nos ha dicho durante el día, no arrepentirnos de ciertas cosas que el Señor nos muestre, o no hacer lo que nos revele, no estaremos cuidando el pacto, y las aves del cielo vienen y se comen las semillas que el Señor nos ha dado, se comen lo que Cristo ha puesto en nosotros, se comen ese pacto.
El Señor nos dice que nadie nos puede sacar de su mano. Pero sí, nosotros nos podemos bajar de su mano, esto es distinto. El Señor con Abraham probó que cuidara el pacto, que lo cuidara de las aves del cielo, y esto le fue grato al Señor, y se manifestó en la noche.
¿Qué entidad de tinieblas se puede acercar al fuego del Dios vivo? Ninguna. Todo lo que no es de Dios es consumido por su fuego. Si las aves se comen lo que hay de Cristo en nosotros por descuidar el pacto, habrán espacios vacíos, separación, en nosotros, y en esta separación habitan las tinieblas; y el fuego no se manifestará, ya que uno mismo no luchó para que lo que Cristo ha dado no sea robado. Y al Padre, que dió la vida de su Hijo, no le es grato que por tan tremendo y único sacrificio de su Hijo, el hombre lo descuide y lo pierda. Dios es misericordioso, pero debemos de ver lo que podamos haber perdido.
Tenemos que cuidar el pacto durante el día, pero claramente no con nuestras fuerzas, porque solos no podemos hacer nada, sino cumpliendo, viviendo Juan 17:21-23, de ser uno en el Padre y el Hijo, y el Padre y el Hijo ser uno en nosotros. Pero si nos salimos y nos vamos por las nuestras, no vamos a cuidar el pacto, las aves del cielo entrarán a comer las semillas y de todo lo que el Señor ha hecho y dado a nosotros, y llegada la noche el fuego del Señor no nos va a guardar. Si bien Jesucristo es misericordioso, será como esa misericordia que Jesús oró por Pedro en Lucas 22:32, cuando iba a ser zarandeado, para que al menos no le faltara la fe, donde Pedro ya se había bajado de la mano del Señor al pedirle que no fuera a la cruz en Mateo 16, y ya el Señor no lo podía guardar como cuando estaba en su mano. Si bien la Palabra dice que para los Hijos de Dios todo lo vivido, lo bueno y lo malo, ayuda para bien, esto no significa que los caminos de zarandeos, de sufrimientos, de días y hasta años en tinieblas sufriendo, sean los caminos que el Padre ha preparado para sus Hijos para que caminasen en ellos. Esto último lo hablo y profundizo en otro libro que también he escrito, sobre la vida de Jacob y la nación Chile, que también pueden encontrar en sedespiertan.com.
Puede que tal vez durante el día cuidaste de todo lo que el Señor te ha dado, pero puede que tal vez lo perdido por las aves del cielo ocurrió hace ya varios años, y es tiempo de presentarse ante el Señor, humillarse ante el Padre por perder de lo que su Hijo nos ha dado, para que el Espíritu Santo nos ministre y nos recuerde, para ser sanados e ir en la batalla de recuperar lo perdido.
Puede que lo perdido sea una profecía que me dieron y olvidé, por lo que no pude luchar por ella ya que perdí los diseños, las instrucciones del Padre, que venían con la profecía, y menos fueron en mi vida las bendiciones que venían con la profecía.
Puede que lo perdido sea un Hermano en Cristo que Dios puso años atrás en mi vida en la congregación a la que voy/iba, pero que no lo traté bien, o que nunca le hablé cuando sabía que Dios me estaba dando palabra para él, y el Hermano se fue de la congregación y nunca supe más de él.
Puede que lo perdido sea un familiar que no conoce a Cristo, que el Señor cada vez que lo veía me daba una palabra para él, pero que por temor o vergüenza, nunca me acerqué, ni se la dije, y este familiar aún sigue sin conocer a Cristo.
Puede que lo perdido sea una palabra que el Señor me dio para que desarrollara y compartiera, pero que nunca lo hice. Tal vez una palabra para predicarla en la congregación, hacer una escuela, o escribir un libro.
Puede que lo perdido sean años de mi vida que perdí fuera de Cristo, pero que aún no me perdono a mi mismo y asumo lo irresponsable que fuí, y cada cierto tiempo viene el recuerdo de los años desperdiciados, y pienso "qué hubiera sido si hubiera sido menos duro y no haberme alejado de Cristo". Aún si me alejé porque un hermano, líder o pastor me hizo mal, sigue siendo mi culpa alejarme de Cristo por poner los ojos en el hombre, y no en Cristo quien es el ser perfecto a quien debemos seguir y serle fiel; podría quizás haber orado a Dios por una salida, o haberme ido a otra congregación por último, pero no desechar a Cristo por la acciones de uno, o más hombres fuera de Cristo.
Puede que lo perdido haya sido un hijo que ya ha crecido y se ha apartado de Dios, y debo presentarme ante El Señor, para ver si hay algo que debo hacer hoy que no estoy haciendo, y/o pedir perdón por algo que hice fuera de Cristo con mi hijo. Dejar de culparme; esa culpa con dolor permanente impedirá que sea funcional en el diseño de Dios con mi hijo. Ya lo ocurrido pasó, y entender, que Dios quiere un proceso nuevo con mi hijo y que me quede tranquilo; dejar de obligarlo a orar, o poner fuerte en la casa alguna prédica/alabanza en miras de "evangelizar a mi hijo". Pero por sobre todo, seguir orando y acercándome a mi hijo cada día con el diseño que el Señor me hable por medio del Espíritu Santo, y no por las mías.
Son muchas formas, situaciones, en las que podemos haber perdido de lo que Cristo y el Padre han puesto en nuestras vidas, y no hemos sido fieles y verdaderos como Él es fiel y verdadero hoy y eternamente con nosotros. No olvidar, como vimos en la habitación de los frutos, ir con tus líderes, con tu Pastor, o si eres un líder, acudir con otros Hermanos en mismo nivel de madurez en Cristo, para actuar como Cuerpo de Cristo ante todo, porque "en parte vemos y en parte profetizamos" como dice la Palabra. Y el diseño de congregarnos ,y la bendición que viene de los Hermanos más maduros, que vemos en Salmo 133:1-2.
Selah.
Este fuego en la noche que vimos en el primer sacrificio que Abraham presenta a Dios, lo vemos en el pueblo de Israel durante los años en el desierto, la columna de fuego, Éxodo 13:22:
"Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni la columna de fuego durante la noche."
El holocausto se presentaba con un fuego ardiendo toda la noche, Levíticos 6:9:
"Ordena a Aarón y a sus hijos, y diles: Ésta es la ley del holocausto: El holocausto permanecerá ardiendo sobre el fuego, encima del altar, toda la noche hasta la mañana, y el fuego del altar ha de mantenerse ardiendo en él."
En el libro de Isaías, se habla de este fuego, en el capítulo 4 que habla de la Jerusalén Celestial en Sión; veamos Isaías 4:2-6:
"Aquel día el Renuevo de YHVH será espléndido y glorioso, Y el fruto de la tierra excelente y hermoso Para los salvados de Israel. Y sucederá que quien quede en Sión, Los que sean dejados en Jerusalem, serán llamados santos; Los inscritos en Jerusalem entre los vivos. Cuando Adonay lave la suciedad de las hijas de Sión, Y limpie la sangre derramada dentro de Jerusalem, Con un viento justiciero, con soplo devastador, YHVH creará en todo el recinto del Monte Sión y su asamblea Una nube y un humo de día, Y un fuego llameante de noche; Porque sobre todos habrá una cubierta de gloria, Enramada de sombra contra el calor, Refugio en la tormenta, y cobijo contra el aguacero."
El diseño del fuego en la noche es algo establecido en la eternidad que es hoy para nosotros, para todos sus Hijos. Como también la nube que menciona este pasaje, que es la nube de testigos que ya es hoy que vemos en el libro de Hebreos.
Cuidemos nuestro pacto en el día, para que el fuego del Señor se manifieste en la noche. En la noche es cuando hay más actividad de tinieblas, donde más se mueven los brujos, pero también invisiblemente el enemigo quiere en el día robarnos el pacto, para que llegada la noche, el fuego del Señor no se manifieste en nuestras vidas. Ese fuego que cruza por medio del partimiento del holocausto. Ese fuego que cruza en medio de Cristo que ha sido partido por nosotros, y ahora está en nosotros y nosotros en Él. Esto debemos guardarlo. La noche no ha sido hecha para que el enemigo, tenga por decirlo así, "chipe libre", "pase libre", para hacer lo que quiera, sino que ha sido dispuesto para que el fuego del Señor se manifieste en las noches. Aún cuando dormimos. Debemos ver esa imagen de la columna de fuego en el campamento de Israel en el desierto en las noches, ese fuego que llega hasta los cielos, ahora sobre nosotros, sobre nuestros hogares, sobre nuestras naciones. Cada Hijo de Dios levantando su columna de fuego guardando su casa, su familia, el lugar donde viva, y según el nivel de madurez y crecimiento, de expansión en Cristo, sea una columna de fuego para guardar la nación y las naciones de las obras de tinieblas en las noches. Y el enemigo no podrá siquiera acercarse a nosotros que estamos en medio de este fuego, no podrá hacer de las suyas.
Si las aves del cielo se hubieran comido el holocausto de Abraham, aunque fuera una parte, como no se escribe que los buitres hayan comido algo, no se hubiera paseado el Señor como fuego en medio del holocausto, y ocurrido el Pacto que vemos en Génesis 15 versículos 18 al 21.
Para terminar, el fuego del Señor es purificador. Es interesante también, que el Señor diga que corrige nuestros riñones en la noche, Salmo 16:7:
"Bendeciré a YHVH que me aconseja, Aun en las noches me corrigen mis riñones."
En el idioma original la palabra utilizada aquí es riñones, que en otras traducciones traducen como corazón u otro término. Los riñones tienen varias funciones biológicamente, y es el órgano más especializado en la purificación de la sangre. Corrección tiene que ver con purificación. Todo lo que es natural es espiritual. Lo segundo más importante de los riñones es la regulación hormonal, llevar el equilibrio hormonal.
También se ve que el fuego del Señor purifica nuestras obras para mostrar si estamos edificando el Cuerpo de Cristo con los materiales del Padre, o con los del hombre caído, 1 Corintios 3:12-14:
"Si sobre el fundamento alguno edifica oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca; la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la mostrará, pues con fuego está siendo revelada, y el fuego probará la clase de obra de cada uno. Si la obra de alguno que sobreedificó, permanece, recibirá recompensa."
Aquí veo una llave. Si el fuego se manifiesta en nosotros en la noche, nos purifica, y si somos fieles, cuando venga el día, en la mañana al despertar, el Señor tras manifestar su fuego nos mostrará si nos estamos comenzando a desviar. Nos levantaremos frescos cada mañana, sabiendo cómo continuar la obra del Padre, y qué del día anterior hay que desechar. Si somos fieles y verdaderos como Cristo lo es eternamente con sus Hermanos, su fuego será nuestra guía en las noches, que nos direccionará para despertar guiados en la dirección correcta, para no perder ni un solo minutos en pensamientos y obras muertas, para edificar en la obra del Padre sin desvíos.
Selah.
El Señor me habló los principios de esta habitación cuando ya tenía reveladas todas las habitaciones anteriores. El Señor me la reveló después de un mal día de experiencia que tuve en mi congregación, con Hermanos. Me fue difícil, pero guardé del Señor, me guarde en Cristo, y no actué de forma que se quebrara la unidad del Cuerpo. Aún con el enemigo atacando mi alma una y otra vez por esta situación fea que viví. Pero guardando, y que si bien tropecé un poco y me arrepentí en el Señor, para que llegada la noche las aves del cielo no se comieran el pacto que el Señor ha puesto en mi. Y llegadas las horas de la noche, no tuve temor, porque el fuego del Señor se manifestó, y me guardó, estuvo alrededor mío. Y aún por lo malo que pasé en ese día, algo que talvez no hubiera imaginado que podía pasar, el fuego del Señor estuvo en mí en la noche, y las tinieblas no operaron en mí. Cristo me ha guardado, me ha levantado. Las tinieblas llegada la noche no me ven a mí, ven a Cristo y su fuego, ven esa columna de fuego, como una escalera de fuego, que llega de la tierra hasta los cielos, uniendo cielos y tierra, y no pueden ni acercarse.
Guardemos el día, guardemos el pacto del Señor, aún cuán terrible sea la situación que podamos vivir, para que llegada la noche, en nosotros se vea a Cristo, la columna de fuego que guarda, que santifica, que purifica, nos guía y fortalece todo nuestro ser para seguir avanzando; de gloria en gloria, de victoria en victoria.
Selah.
Muy importante también en lo que es permanecer; la vida en El Padre y El Hijo, es más una vida de relación siendo unos en Él, que de peticiones/oraciones cada día. Lo primero no le resta importancia a lo segundo; pero hay mayor tesoro, mayor vida, en las profundidades del corazón del Padre y el Hijo, que recibir revelación por solo un momento cada día. Seamos animados en esto. Siendo unos en Él, no buscamos la revelación, esta ya viene a ser parte de nuestro respirar, y así toda planitud del Padre y el Hijo en nosotros.
Selah.
El impacto de lo que hacemos. Veamos el cántico de Moisés en Éxodo 15. En ese momento Moisés no dimensionó el impacto que tendría en los lugares celestiales el cántico que estaba levantando tras salir de Egipto cruzando las aguas, y que su cántico sería el cántico que las naciones cantan en Apocalipsis 15, las naciones cantando al cordero tras vencer. Como Hijos de Dios, lo que hacemos, en Cristo para Cristo, puede que en el momento no veamos el impacto que va a tener en nosotros, nuestras generaciones, la nación, y en las naciones.
Selah.
Cuidémonos también del destructor, el enemigo que se levanta generacionalmente, cuando los Hijos de Dios van a dar un paso de crecimiento, cuando van a ser promovidos por el Padre. Como cuando el pueblo de Dios iba a salir de Egipto, se levantó el destructor, pero la sangre del cordero, de Cristo, los guardó; guardó cada casa, cada familia, guardó las generaciones. Cuando vemos que aparece la palabra destructor la noche antes de salir de Egipto, destructor en hebreo significa "el que divide". Nahúm 2:1 nos habla del diseño para hacerle frente y estar preparados:
"¡El destructor ha subido contra ti! Guarda la fortaleza, Vigila el camino, ciñe tus lomos, y reúne todas tus fuerzas"
Guardar la fortaleza, es Cristo. Debemos estar en Cristo cuando venga, y ver desde las alturas donde Él ve, para vigilar el camino. Este es un tema muy profundo, y muy importante de ver para todo Hijo de Dios para permanecer en Cristo. El Señor no me permite explorar este tema, porque por sus profundidades tomaría todo un libro hacerlo, y por honrar al Pastor Fernando Orihuela quien ha trabajado por años en este tema, y ha hecho una escuela profundizando cómo vencer en Cristo ante el destructor. Los invito a ver la escuela de la convocatoria Benjamín Sur (en Argentina) 2018 del Pastor Fernando Orihuela. Pueden encontrarla en vimeo.com/minkerigma, o pedirla en kerigma.com/contacto/.
Selah.
Antes de terminar. Hay casos tremendos de permanecer como la vida de Josías, de la casa de David. Josías comenzó a reinar a los 8 años, y reinó 31 años. Ante todo, él permaneció, 2 Reyes 22:2:
"E hizo lo recto a ojos de YHVH, y anduvo en todo el camino de David su padre, y no se apartó ni a derecha ni a izquierda."
Testimonios tremendos de vida, de quienes guardaron la expresión de Cristo que el Padre puso en sus vidas, e hicieron tremendas cosas en el nombre de Dios.
Un principio precioso en la vida de Josías, es su corazón delante del Señor. Aún con las perversidades que cometió Israel, Dios ve la humillación del corazón de Josías por lo que le iba a ocurrir al pueblo, pero es guardado, 2 Reyes 22:19-20:
"Pero ya que tu corazón está tierno y humillado delante de YHVH al escuchar lo que he pronunciado contra este lugar y contra sus habitantes, que llegarían a ser desolación y maldición, y has rasgado tus vestidos, y has llorado delante de mí, también Yo he escuchado, dice YHVH. Por tanto, he aquí Yo te recogeré con tus padres, y serás llevado a tu sepulcro en paz, y tus ojos no verán todo el mal que Yo traigo sobre este lugar. Y llevaron la respuesta al rey."
El rey Josías hace escuchar al pueblo de Israel todas las palabras del Señor, como de la rebeldía en que estaban, y todo el pueblo confirma el pacto con Dios que hace Josías de guardar sus mandamientos, testimonios y estatutos con todo el corazón y con toda el alma. Josías hace que se saque, queme y mate, a toda la idolatría del pueblo de Israel.
Luego el rey Josías hace que todo el pueblo celebre la Pascua. Vuelve a conectar al pueblo de Israel con Dios. Saliendo de Egipto celebraron la Pascua por primera vez, pero ahora con Josías, saliendo de la idolatría, el paganismo, la desconexión, celebran y retoman la Pascua que es por medio de la sangre del cordero inmolado.
El rey Josías hizo todo esto, sin nada de temor al hombre, no se desvió nada, ni fue misericordioso con lo torcido, en dejar siquiera un gramo de idolatría.
El nombre Josías, en hebreo, significa, YHVH es su contrafuerte/estribo, el soporte, el apoyo.
Josías no hizo solo todo lo que hizo, él se apoyó en la Roca, en Cristo. No se apoyó en sabiduría de hombre sin Dios, o en la tradición el hombre que calla la voz del Espíritu del Padre. Josías vivió con este tremendo diseño. Pero sí una cosa hizo por sí mismo, por decisión y voluntad propia, y esta es permanecer, como vimos en 2 Reyes 22:2. Y de esto se habla del rey Josías hoy y por toda la eternidad, para testimonio de su fidelidad, de ser verdadero con el Señor, 2 Reyes 23:25:
"No hubo ningún rey como él antes de él, que se convirtiera a YHVH con todo su corazón, con toda su alma y con toda su fuerza, conforme a toda la Ley de Moisés, ni tampoco se levantó otro igual después de él."
No importa cómo comencemos, los tremendos dones y Ministerios que hagamos madurar y crecer en el camino, cuantas prédicas haga o libros publicados, cuántos discípulos haya tenido, o cuán grandes sean las obras en Cristo que hagamos en el camino, lo que es más importante, es cómo terminamos.
Seamos como Josías, permanezcamos.
Selah.
El Señor quiere terminar su obra, perfeccionarnos, como vemos en Filipenses 1:6:
"Estando plenamente convencido de esto mismo, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la seguirá perfeccionando hasta el día de Jesús el Mesías."
Pero este versículo, no es uno que debemos interpretar como "un camino automático de andar" al que me subo. Como que solo me tengo que subir y disfrutar el paseo sin hacer algún esfuerzo. Como las escaleras automáticas de un centro comercial, que solo con posicionarme en el primer escalón, sin esfuerzo ni moverme, seré llevado al siguiente nivel. O que lo que haga, no importará si lo hago a mi manera, Dios me perfeccionará igual si creo en Cristo y lo amo. Y puede que sí, hasta cierto punto, todo me ayuda a bien dice la Palabra en Romanos 8:28. Pero, como hemos visto, Dios quiere para nosotros un camino no de porrazo en porrazo, de crisis en crisis, sino un camino de gloria en gloria, de victoria en victoria, en el cual no retrasemos lo que el Padre tiene para nuestras vidas, como hemos visto en la habitación del tiempo.
El camino de Cristo es de deleite, gozo y paz. Pero sí, solo sí, permanecemos en Él, y si como escogidos vemos que estamos en el lugar que el Padre nos ha puesto, y estamos dando el fruto que permanece que Cristo habla hoy para nuestras vidas; somos discípulos de los cielos, de Cristo, y no solo seguidores de Cristo o solo seguidores de hombres. Ser fieles y verdaderos con quien lo fue con nosotros cuando clamamos por misericordia y salvación cuando estábamos sucios e inmundos en el mundo, con nuestras familias en dolor y llanto.
No seamos piedra de tropiezo para la obra de Cristo, por lo que el Padre quiere hacer, en nuestras vidas, en nuestras generaciones, en nuestras ciudades y naciones. Uno se baja de la mano del Señor. O incluso, que al bajarnos de la mano del Señor, seamos de caída para otros.
Permanezcamos en Cristo, y tengamos la confianza de lo que el Señor nos dice en Filipenses 1:6, y todos los diseños que el Padre Dios tiene para nuestras vidas, que hemos visto en cada una de las habitaciones.
Sean bendecidos, ya falta poco para que las 24 Casas se vuelvan a reunir en uno en Cristo. Oro para que este tiempo se adelante y no se atrase.
Un abrazo.
Cristian Esteban Silva Inestrosa.