Oración para despertar

Los 66 libros de la Biblia dan testimonio de Cristo. El espíritu de la profecía es Cristo como vemos en el libro Apocalipsis.

Pero, del antiguo testamento, si bien hay diseños poderosos, aún los leemos con la visión no revelada del Hijo.

¿Cómo es esto?

En la habitación 1 de este libro, vemos que siempre fue Cristo quien se manifestaba a los hombres desde el antiguo testamento; el Hijo siempre ha estado.

Leamos con el Espíritu Santo lo que el Padre habla hoy. En los libros del antiguo testamento, ya no leamos Yahvé o Elohim, por ejemplo, sino veamos estos textos con la revelación de Cristo de Mateo 16, y así declaremos la Palabra del Dios vivo que es Cristo, en nuestras vidas cada vez que leamos los libros del antiguo pacto. Declaremos la voz del Hijo y del Padre que se muestra en cada libro de la Biblia, y aún en los libros inspirados por el Espíritu del Padre que no están en la Biblia (como el libro de Enoc).

Por ejemplo en Salmo 3:1-3, ahora leamos:

"¡Oh Cristo, cómo se han multiplicado mis adversidades! Muchos son los que se levantan contra mí. Muchos dicen de mi alma: No hay salvación para él en Cristo. Selah. Pero tú, oh Cristo, eres escudo alrededor mío, Mi gloria, y el que hace levantar mi cabeza."

Veamos la voz de Dios y Cristo, la riqueza de la comunicación entre el Padre y el Hijo, como la que vemos en Juan 17. Por ejemplo, en Salmo 110:1-5, ahora leamos:

"Oráculo del Padre al Hijo: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Dios enviará desde Sión la vara de tu poder: Domina en medio de tus enemigos. En el día de tu poder, tu pueblo se ofrecerá voluntariamente, En la hermosura de la santidad. Desde el vientre de la aurora, Tienes el rocío de tu juventud. Juró Dios Tu Padre y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cristo tu Hijo está a tu diestra; Quebrantará a los reyes en el día de su ira."

En el pasaje anterior, veamos del versículo 1 al 4 la voz del Padre, y la autoridad que se levanta hacia Su Hijo en su declaración . Veamos también en el versículo 5, donde vuelva a ser la voz de David la que habla; como así en los versículos siguientes sigue hablando David hasta terminar El Salmo 110.

Así mismo, hay Salmos, como de David, donde él sufre grandemente, como en el Salmo 6, y vemos en el versículo 3:

"Y mi alma está turbada en gran manera, Y Tú, oh YHVH... ¿hasta cuándo?"

Y es que David no podía acceder a la cruz de Cristo. Solo unos pocos llegaron a este nivel traspasando las dimensiones del tiempo, como Enoc.

Entonces, ya no podemos leer y declarar los gemidos escritos por no tener la cruz redentora que quita todo el pecado y la maldad, y sana toda enfermedad, y no poder vivir un Cristo glorificado hoy en nuestras vidas, un Cristo que intercede hoy ante el Padre por nosotros como Melquisedec.

Ya no podemos seguir leyendo estos pasajes, como Salmo 6:3, como declaraciones a nuestras vidas. Ya la obra del Hijo ha sido terminada. ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!

Sea entonces, en la intimidad del Hijo y el Padre, el Espíritu Santo revelando la voz del Hijo y el Padre.

Selah.

La forma en que vemos lo que habíamos visto debe comenzar a cambiar. Y lo que ya veíamos bien en Cristo, lo debemos de profundizar cada día más, porque el Hijo y el Padre, quienes solo ellos son fuente de vida, son eternos; y cada día hay más y más para beber, y dar a nuestros Hermanos para edificar el Cuerpo de Cristo.

Oro para que cada uno de los diseños de todas las habitaciones que hemos visto, sean en tu vida. Esta habitación, en lo escrito como libro, no es muy extenso, pero veámoslo como un gran selah, un tiempo, para profundizar, meditar, preguntar y orar en Cristo, todo lo que hemos visto hasta esta habitación.

Luego de esto... ¡Vamos a la siguiente habitación, a la intercesión de las 24 Casas con los 24 Tronos!