Puerta 4 - Las primeras obras de la caída del gran adorador
Lo primero en ser creado son los cielos, las regiones celestes, espirituales. Por esto Génesis 1:1 dice primero creados los cielos. Y luego viene, "...y la tierra", la materia (como ya vimos, recién entre el versículo 6 y 8 de Génesis capítulo 1, se habla de la creación del cielo físico, el firmamento, o traducido también como expansión).
El Padre y el Hijo crean primero los espíritus en creación de ángeles, y traspasa las leyes espirituales a lo creado.
Crean la materia, tomando imagen de lo que hay en las regiones celestes, que son imagen del Padre y el Hijo.
El Hijo le dice a los ángeles que entren en mayordomía de sus cuerpos angelicales, y de los dones y diseños que les ha dado. Le encarga a Lucero, como mayor de la alabanza, cuando todos estén listos le avisara al Padre para proceder con crear a los hombres.
Lucero usa su autoridad y los rollos robados, para experimentar con la creación. En la tierra crea bestias una tras otra, hasta perfeccionarse. Crea animales gigantes y muy pequeños. Luego experimenta para crear su propio hombre.
Dentro de los rollos prohibidos, estaban los diseños de todo animal creado, pero había uno que no estaba, el del hombre. Y era que no había arquitectura del hombre en los rollos, como con los otros animales, ya que solo el hombre sería creado a imagen y semejanza del Padre y el Hijo. Lucero toma entonces el diseño del animal más parecido a la imagen y semejanza de Dios, y comienza a experimentar, una y otra vez, creando varias versiones. Utiliza su autoridad como guía, guiando a estas criaturas parecidas al hombre, enseñándoles lo básico, para que pudieran experimentar sonidos con su boca o golpeando piedras, para que lo alabaran.
A Lucero solo le servía la alabanza de lo que fuera semejanza al Padre y al Hijo. La llave de la alabanza produce la doble relación que hemos visto. Lucero estaba ya imitando el diseño del Padre y el Hijo con el hombre, para crear su propio trono al mismo nivel que el trono de Dios. Lucero estaba creando su propia imagen y semejanza de Dios con sustancia de carne y sangre, con cuerpo y alma, para habitar en ella. No importa cuánto lo intentara, Lucero fracasaba.
Comenzó entonces a utilizar otros diseños aparte de la alabanza, y utiliza el diseño de las relaciones sexuales entre varón y varona. Como vimos lo que se conoce como "matrimonio", donde dos son uno, y este pacto es sellado y renovado en las relaciones sexuales. Entonces Lucero busca como ser angelical, mezclarse con este diseño con alma y cuerpo. Comienza a llamar a legiones de ángeles para tomar de los diseños y autoridades de ángeles para cumplir este cometido, ya que Lucero tenía gran autoridad en ser protector de la alabanza para ser guía del hombre, pero no tenía autoridad en otras áreas. Corrompe a muchos ángeles con su plan. Lucero hace deleitarse a los ángeles con la alabanza que producen las criaturas que estaba creando con modificaciones genéticas. No todos los ángeles caían. Los primeros en ver los planes de Lucero y no seguirlo, vuelven y se reportan con los otros dos ángeles mayores de rango luego de lucero, los ángeles Miguel y Gabriel.
Mientras varios ángeles se corrompían con Lucero, Miguel y Gabriel formaban a los suyos como ejército. Y en ellos se estremecía su espíritu, algo estaba comenzando a cambiar en la materia creada, los átomos cantaban, comenzaban a vibrar, de otra forma, distinto a como el Padre y el Hijo los había dejado.
Lucero corrompe a millares de ángeles, quienes como borrachos por la alabanza de las criaturas que había creado, le seden las autoridades que tenían, y Lucero con estas autoridades con sus diseños, comienza su fase de mezclarse físicamente con las criaturas, para acelerar el proceso de habitar en carne y sangre, en cuerpo y alma, de estas criaturas de intento de hombre
Lucero y los ángeles corrompidos comienzan a cruzarse con estas criaturas, y al instante la materia se corrompe, la tierra, la creación, se vuelve desordenada y vacía.
A los ángeles Miguel y Gabriel, se les aparece un ángel al que no reconocen. Era el Hijo, pero ya despojado de la gloria del Padre. El Hijo les dice, ¿no saben quien soy?, y al instante por su hablar, por su voz, lo reconocen, y el Hjio les dice:
"Fieles han sido Miguel y Gabriel como los dos superiores en autoridad después de Lucero. Lucero ha terminado de quebrar lo creado. Ha utilizado la justicia del Padre, y la confianza que se le ha depositado, para torcer a la creación y a millares de ángeles."
Al terminar de decir esto, Miguel y Gabriel, ahora son nombrados Príncipes por el Hijo por su fidelidad. El Hijo les continúa diciendo:
"Con los ángeles que han caído, vayan a desterrarlos de las regiones celestes, a las regiones de tinieblas, de separación del Padre. La creación aún se mantendrá torcida. Pronto vienen sus hermanos, los hombres a ser creados. Sean fieles en sus diseños tras esta gran batalla. Aún los ángeles torcidos podrán interactuar en las regiones de la materia, ya que esta está en tinieblas, mientras ocurre el proceso de la restauración. Al hombre se le dará una gran llave de gobierno para sojuzgar la tierra, toda la materia, toda la creación, pero no podrá mantenerla por sí solo, y caerá en las mentiras de Lucero, el diablo.
Sean fieles mis hermanos, ángeles. Lucero está abriendo cosas prohibidas, como conocer la desnudez de un ser de carne y sangre, por parte de un ángel (esto es, tener relaciones sexuales). Aún tras la batalla y creación del hombre, ustedes ángeles pueden ser tentados y caer. No conozcan la desnudez de las criaturas ni de los hombres. Sean fieles, manténganse en mis Palabras, oh amados hermanos, que el castigo de Lucero será en la perdición eterna, para que no caigan en esto. Manténganse firmes en mis Palabras"
Al terminar estas Palabras, comienza la gran batalla celestial que se propaga por todo el cosmos. Al terminar, Lucero es desterrado, y su gran caída llega a manifestarse en lo natural, en lo material, como una gran roca torcida que cayó sobre la tierra borrando sus experimentos pervertidos.
La creación, la tierra queda desordenada y vacía. Comienza lo que vemos desde Génesis 1, versículo 2 en adelante.